El Ser Mitológico

CUARTO ACTO

—Agnis —se dirigió Sebastián—, se acerca la petición elitista —mencionó Sebastián. Agnis sintió un poco de ansiedad— y, además, has sido adiestrado por las regulaciones mágicas… —indicó Sebastián.

—Pero aún no he terminado —intervino Agnis.

Los chicos, ahí presentes en la sala, agarraron a reírse excepto Ethan, quien tenía un rostro serio.

—A diferencia del mundo natural —explicó Katie, distante de Emma—, el adiestramiento de las regulaciones mágicas no tiene una terminación.

Agnis se extrañó, ¿cómo así que no había una terminación?, entonces ¿cuándo terminaría de asistir a las sesiones?

—Mira —esclareció Emma—, las regulaciones mágicas tienen muchas funciones en el mundo mágico y la de instituto va de niveles menores a niveles superiores…

—Simplemente alguien especializado estructura una sesión —interrumpió Sebastián— y los que quieran instruirse en ello se inscriben —puntualizó Sebastián.

Agnis sabía muy poco de las políticas del mundo mágico: ese papeleo siempre se lo había dejado a Sebastián, su próximo líder.

—¿Entonces? —preguntó Agnis.

—Pues es hora de que te prepares —enunció Sebastián.

—Yo puedo instruirlo —Katie se ofreció—, al menos en el encantamiento… —precisó.

—No —replicó Sebastián—, necesita un aleccionamiento más intenso y en equipo… —enfatizó subiendo de tono la voz— y pues como se nos ha encargado supervisar la figura geometral estaba pensando… —anunció Sebastián. 

Katie, que estaba tomándose una infusión aromática, la escupió al escuchar «figura geometral». Ethan, mientras tanto, esbozaba una sonrisa jactanciosa. Emma, sentada, se paró. 

—No estarás pensando en… —articuló Emma.

—Sí —intervino Sebastián antes de que Emma lo dijera—, nos llevaremos a Agnis con nosotros —dijo Sebastián como si no tratase de nada peligroso.

Katie, dramática, empezó a titilar del miedo. Sebastián se percató.

—Katie, no te preocupes —apaciguó Sebastián—, la élite Dafean vendrá con nosotros.

Ethan se encrespó. Katie se maravilló.

—Ya sabes que... —masculló Ethan.

—También fuimos asignados con la élite Dafean de supervisar la figura geometral —contrarió Sebastián interrumpiendo a Ethan—. Además, la élite Dafean también llevará a Ryan por la misma razón —dijo Sebastián con tono competitivo.

Agnis se alborozó por completo. Ethan se molestó.

—Me parece demasiado extremo —juzgó Emma—: Ryan es un ser sobrenatural preparado, mientras que Agnis es… —Emma miró que Agnis se encogió— Agnis —terminó con una sonrisa para excusarse de lo que había tratado de decirle.

—No lo es —respondió Ethan con un matiz malicioso—. Después de todo, él —Ethan ignoró a Agnis— se convertirá en nuestro mentor —murmuró Ethan.

Agnis escuchaba que la élite Macapa disentía una y otra vez, pero Agnis no entendía muy bien el meollo.

—¿Qué es la figura geometral? —preguntó, por fin, Agnis.

Katie se erizó y retornó a tomar su infusión aromática de frutos rojos.

—Es una de las zonas mágicas del mundo sobrenatural, que han sido utilizadas para el entrenamiento de las élites, incluida la petición elitista —explicó Sebastián echándoselas a Katie y a Emma.

—Ajá… —comentó Katie—, la más peligrosa, por cierto —dijo Katie mientras batía su aromática. Agnis se inquietó.

—Porque —atenuó Sebastián dedicándole una mirada punitiva a Katie— es la zona mágica donde entrenan los mentores de élite.

—¿Habrá más élites? —dijo Agnis con un brillo en sus ojos, imaginándose conocer otras élites.

—Lo dudo… —se le escapó a Emma.

—Las élites escogen mentores ya entrenados —le recriminó Ethan a Sebastián.

—Entonces, ¿por qué me escogieron si hay mejores? —cuestionó Agnis subestimándose.

—Pregunto lo mismo —coincidió Ethan.

—No es por eso —soslayó Sebastián—: es una de las zonas mágicas más peligrosas —admitió Sebastián sin tener más opción—, pero la buena noticia es que estaremos acompañados —dijo Sebastián.

—Habla por ti —rechistó Ethan.

—Por lo menos —replicó Katie a Ethan echándoselas a Emma—, estaré con Jonathan.

—Menos mal que Ruth también va —respondió Emma con una mirada desafiante.

—Y yo con Ryan —prosiguió Agnis sin darse cuenta de la tensión.

—Ja, ¿con un vampiro? —emitió Ethan con abyección.

—Ese no es tu problema —amenazó Agnis, se levantó de la silla y se apoyó sobre la mesa.

—Tienes razón —convino Katie enfocándose en Emma—, para Ethan todo es juego —puntualizó firmemente Katie, pero en realidad estaba haciendo alusión a Emma. Acto seguido, se apoyó sobre la mesa de la misma manera que Agnis.

Ethan se sorprendió del comentario de Katie.




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