El Ser Mitológico

TERCER ESCENA

La osadía de ser capaz de lanzarse contra las profundidades inimaginables de la figura geometral era aquella travesía de traspasar los límites semejantes del pensamiento, a la expectación punitiva del fruto recrudecido del sentir. ¿Era la figura geometral la sensación de condena del sentimiento? Pues la figura geometral es voluble, inestable y abundante de seres crepusculares. ¿Qué son lo seres crepusculares? Los seres crepusculares son seres sobrenaturales que, debido a la saturación de su poder mágico, desertan al caer el velo de la luz, no solar, sino de la mañana. ¿Acaso eran los seres crepusculares el sentimiento expreso de los seres sobrenaturales? 

—¡Adelante! —exclamó Sebastián.

Primero salieron Ruth y Emma elevándose al son del alear de las alas de Ruth y la coordinación sobrenatural de Emma. Al mismo tiempo, Jonathan salió por los aires con Katie cargada. Luego, Ryan voló con Agnis en sus brazos. Después, un poco más adelante de los líderes, Ethan y Rose se fueron caminando: Ethan elevándose como si no pesara nada y Rose pisando un hechizo tras otro. Por último, salió Sebastián y Jade, ambos tomados de la mano, caminando un poco similar a la forma de Rose, pero con la facilidad de Ethan.

De repente, el canto de las sirenas sostuvo la caída de harpías y estirges, haciendo que se recuperaran del aturdimiento sensorial que habían sufrido. Estos seres sobrenaturales se abalanzaron contra los chicos con ligereza. El ángel y el demonio los esquivaban con rudeza, pero las anchas aletas del vampiro obstruían su paso para eludir de manera efectiva a tales seres sobrenaturales. Ethan acudió para ayudarlos: quizá por Agnis. Rose se adelantó para supervisar a Ruth y Emma, y a Jonathan y Katie. Jade y Sebastián iban atrás un poco atareados, pues harpías y estirges estaban adviniéndose desde la parte trasera que justo encabezaban los líderes.

Inesperadamente, las ondinas, las ninfas del agua, dispararon finas líneas de agua lo suficientemente cortantes como para atravesar a una persona. Para sorpresa de todos, las ninfas no atacan a menos que se sientan amenazadas. Todos estaban ajetreados tratando de evadir los ataques de los seres sobrenaturales aéreos y, además, esquivando las finas líneas disparadas por las ondinas. Gracias a Rose e Ethan, los demás chicos podían aminorar el embate de las ondinas.

De modo súbito, una de las harpías golpeó a Jonathan hiriendo una de sus alas. Este con sus alas angelicales se cubrió consigo mismo tratando de proteger a Katie; ambos empezaron a caer diagonalmente en ruedas hacia la figura geometral. Alrededor de Jonathan se creó un campo enérgico que repelía todos los ataques. A la par, Ruth con Emma en su espalda trataron de achicar la caída de Jonathan. Detrás de ellos, iba Rose custodiándolos.

Al darse cuenta que los seres sobrenaturales aéreos se estaban amontonando, Ryan cogió otra ruta más segura. Ethan refunfuñando siguió a Ryan. Los líderes se fueron detrás de ellos. Cuando el grupo de Jonathan llegó al suelo de la figura geometral, dejaron de perseguirlos y atacarlos. Lo mismo ocurrió con el grupo de Ryan. Ahora, el séquito elitista se había dividido en dos grupos iguales en cantidad.

«¿Todos están bien?», habló Jade en la mente de todos los participantes. «Jonathan ha sufrido un daño grave», contestó mentalmente Rose. Jade se preocupó. «Vamos para allá…», intentó decir Jade. «No…», interrumpió Rose. «La figura geometral está a punto de cambiar —explicó Rose—. Tenemos 72 horas para encontrarnos y, a la vez, poder salir de aquí», comunicó Rose a todos. «Por ahora, deben resguardarse», aconsejó Rose terminando el comunicado.

Desde la visión del grupo de Ryan se pudo reconstruir lo que era unas paredes musgosas y un piso resquebrajado: era la imagen de un laberinto al parecer inasequible de encontrar la salida, al menos, de la salida al encuentro con los demás. De improviso, todo a la redonda empezó a reformarse en un abrir y cerrar destructivo. El hender del piso del túnel se abrió paso hacia el grupo de Ryan: todo el lugar estaba siendo demolido.

Sebastián izó su mano apuntando hacia al advenimiento del hender del piso, tratando de detenerlo a través del control físico, pero esto era mucho más grande que sus capacidades, pues se concientizó que aquel espacio físico estaba siendo transmutado a grandes rasgos mágicos que, lastimosamente, él no podía, por lo menos, retener.

—Ryan… —gritó Jade al darse cuenta que Sebastián no podía ni siquiera ralentizar el hender del piso.

De entre los despojos del lugar, Ryan recogió un pedazo de madera.

—«Encantamiento elemental: cúpula de madera» —Ryan tiró el pedazo de madera hacia arriba. El pedazo de madera se deformó hasta formar una semiesfera con base que cubría a todos los chicos. La cúpula de madera estaba siendo vapuleada violentamente.

—No resistirá —dijo Sebastián en tanto que se recuperaba—. ¡Ethan! —clamó Sebastián.

Una de las comisuras labiales de Ethan se echó hacia un lado expresando un rostro de presunción.

—«Conjuración elemental: esfera de madera resistente» —conjuró Ethan. La semiesfera de madera de Ryan se completó en una esfera de madera más resistente. Ethan se sustentó bien posicionando firmes sus pies.

—Oh, no —dijo Sebastián, entre tanto agarró a Jade y adhirió sus pies al material de la madera.

Ryan cogió a Agnis por la espalda y, de espaldas, contrajo fuerza con el material resistente de la madera, quedando en una posición firme. Agnis estaba visualizando todo el escenario, pero no entendía lo que estaba pasando. Repentinamente, la esfera empezó a moverse bruscamente. Al moverse la esfera de madera resistente redujo el daño directo de la irrupción de la figura geometral.




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