El Ser Mitológico

QUIINTA ESCENA

A una gran altura, el cauce del río vertía su torrente sobre una piedra, un tanto proporcionada, al desnivel del caer del agua. El desagüe de la cascada sobre dicha piedra ocasionaba un efecto expulsivo, creando, de esta manera, un portentoso rocío que riega cada parte natural de la jungla.

En la parte final de la cascada había un peñasco que servía de puente de lado a lado, el cual también regulaba la dirección de caída del agua hacia la piedra creadora del rocío. En ese peñasco, se encontraba Katie en pose de meditación. Agnis estaba en frente de ella levitando sobre el caer de la cascada.

—El encantamiento —dijo Agnis— es la magia que se utiliza a través de…

—Los objetos —intervino Katie con una cara de sabihonda.

Agnis expresó una cara de aturdido.

—¿Qué es exactamente lo que no sabes? —preguntó Agnis subestimando el conocimiento de Katie.

—Los seres esenciales conocemos los tres tipos de magia —aseveró Katie—: lo que no sabemos es tu sistema de magia.

Agnis hizo una mueca de que había acabado de entender. También pensó si era esto a lo que estaban destinados a vivir el linaje mágico de Natus Vincere.

—Mi sistema de magia —Agnis se empapeló en Natus Vincere— consiste de dos componentes fundamentales —Agnis colocó una sonrisa de énfasis—: primero, la conceptualización, que es la manera como cada uno de los seres mágicos individualiza e interioriza la magia —Agnis hacía gestos extraños con sus manos— y también como la codificamos —Agnis hizo énfasis en su voz—. Para ello —añadió Agnis—, siempre debemos nombrar el tipo de magia a realizar: conjuración, encantamiento, hechicería. Luego —agregó— introducimos el concepto adyacente a la magia, que es el que regula la naturaleza de la magia, por ejemplo, según el espacio, el tiempo, la materia, la masa, los elementos —manifestó Agnis de acuerdo a como él se veía haciendo magia—, no es necesario —afirmó Agnis—, pero ayuda a que la magia se estabilice y a que utilices menos magia de la requerida…

Katie estaba con los ojos entreabiertos tratando de entender.

—Después viene la segunda parte de la conceptualización —dijo Agnis como si fuese regulador mágico—. Esta parte es la más importante, porque nos permite imaginar, nombrar y materializar la magia a través de nuestro pensamiento. Por ejemplo —dijo Agnis mientras se daba la vuelta para la jungla, dándole la espalda a Katie y a la cascada. Luego adelantó su brazo y llamó a su báculo acristalado—, «Encantamiento elemental: árbol del edén» —encantó Agnis con su báculo mágico. De la jungla creció un descomunal árbol.

Katie estaba sorprendida.

—¿Y cómo sé cuándo utilizar cuál? —preguntó Katie aún sin entender.

Agnis se volteó hacia Katie y la cascada.

—El segundo componente de la producción mágica es la señalización —explicó Agnis—: este componente nos permite descodificar la magia que hemos codificado desde nuestro pensamiento mediante nuestros sentimientos, permitiendo que afluya de acuerdo a cada naturaleza mágica —Agnis se detuvo para pensar qué decir más adelante—. La descodificación de la conjuración es a través de nuestro cuerpo, del encantamiento a través de los objetos externos al yo —explicó Agnis recordando sus sesiones en la regulación mágica del encantamiento con su profesora tenaz— y de la hechicería a través de la grafía, los símbolos, las letras…

Agnis percibía que la cabeza de Katie estaba enmarañada. Katie agachó su cabeza.

—¿A cambio? —preguntó Katie con una voz lúgubre.

Agnis se sorprendió: ¿había un precio a pagar? Lo recordó.

—El mundo mágico está destinado a perecer —le confesó Agnis a Katie— y este sistema de magia nos permite intervenir en el destino, cualquier que sea, del mundo mágico —expuso Agnis desde lo profundo de su corazón—, pero también nos da el poder de hacer un mundo mágico mucho peor —dijo Agnis mientras aferraba su báculo—: solo podemos guardar la esperanza de que la volición de los seres mágicos haga un mundo mucho mejor —expresó Agnis con un tono esperanzado—. Por eso —Agnis se irguió—, debemos darle al mundo mágico una razón para que se unan… sin importar lo que me cueste —dijo Agnis bien empapelado en el discurso de Natus Vincere. Se preguntó por primera vez lo que había tenido que pasar Natus Vincere para mantener al mundo mágico a raya de su inexorable e irrevocable destrucción.

Katie se incorporó e hizo una reverencia de aprendiz a Agnis. Este pudo entender que Katie estaba dispuesta a seguirlo como mentor. Luego volvió a sentarse.

—Ahora necesito que practiques —ordenó Agnis tomándose en serio el papel de mentor.

—¿Por qué? —cuestionó la aprendiz de Agnis.

—Porque te enfrentarás contra la comandante de los seres sobrenaturales —habló Agnis.

Katie se puso de pie de un solo respingo.

—¿Contra el titán sobrenatural? —dijo Katie boquiabierta, retractándose de haberle dado a entender que estaba dispuesta a ser su fiel aprendiz.

Agnis se agarró a reír.




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