Agnis se desplomó, pues habían estado caminando posiblemente por días. Sebastián rápidamente lo atrapó para que no cayera contra el suelo.
—Ven, te llevo —ofreció Sebastián. Luego se hizo de espaldas para cargar a Agnis. Este de lo cansado que estaba aceptó.
Los demás chicos se veían exhaustos, pero estaban intactos para continuar.
—¿Estamos lejos? —preguntó Katie un poco azarada.
Huella de la Lupa le murmuró algo a Agnis. Al parecer los chicos no podían entender lo que decía los supuestos tulpas no confirmados de Agnis.
—Dice que… —intentó decir Agnis.
Sebastián la sintió y estaba segurísimo de que era ella. Su corazón estalló en latidos.
—¡La élite Dafean! —interrumpió Sebastián apurándose hacia un lugar en específico.
Los chicos, que iban desanimados, recuperaron el ánimo al escuchar las palabras de Sebastián. Luego se apresuraron a perseguirlo. Agnis, con la velocidad fisicalista de Sebastián, sentía que era como si la adrenalina se le metiera por la sangre.
Más adelante, por donde Sebastián se estaba encaminando, se alcanzaba a escuchar un estrépito bélico. Cuando apresurados llegaron a ese lugar, Agnis vislumbró una élite luchando contra un tipo de medusa inmensa totalmente cadavérica. Daba pavor verla a los ojos, lo cual Agnis sabía que ni por los ángeles podía entrar en contacto visual con esa inmensa medusa ni con cualquier otra.
—Eso fue lo que dijo —completó Agnis apenas llegó al lugar con una voz trémula.
Los chicos no le prestaron atención.
—¿Un poco de ayuda? —bromeó Sebastián con una mueca pícara.
—Emma, ¿dónde habías estado? —preguntó una de las integrantes de la élite Dafean a la vez que estaba deteniendo una de las llamas expulsadas de los cabellos serpenteantes del tulpa.
Inmediatamente, Emma entró a la batalla con la súplica que se denotaba en la mirada demoníaca de esa chica. Katie sintió una picada en su corazón. Uno de los integrantes de la Élite Dafean se molestó al ver a Katie encogida de hombros.
Por su lado, Agnis, voluntariamente, se bajó de la espalda de Sebastián, pues presentía una tensión afectuosa en el ambiente. La mirada de una mujer esbelta fulminó a Sebastián ante tal mediocre pregunta que había hecho. Agnis estaba seguro de que se trataba de algún otro líder.
—Voy… Voy… —dijo mientras se adentraba a la batalla.
Cuando Sebastián, Emma e Ethan ya se habían metido a la batalla, los cabellos serpenteantes de la gorgona se desprendieron de ella paulatinamente y, de ellos, se formaron medusas cadavéricas voraces.
Agnis, despavorido, dio un paso hacia atrás sin ninguna intención de participar en la batalla. Katie hizo lo mismo que Agnis, no iba a arriesgarse, pues conocía bien que ella era demasiado asustadiza y, además de ello, esa gorgona era descabellada.
—Haríamos un buen dúo… —se burló Katie.
—Seguramente de pura cháchara —Agnis se agarró a reír.
La batalla estaba intensamente al mismo nivel. Tanto Sebastián como la líder de la élite Dafean estaban combatiendo a la gorgona cadavérica a ciegas, mientras que los integrantes de ambas élites estaban luchando contra las medusas cadavéricas con un uso de la visión parcial. Pues los poderes visuales de la gorgona son más penetrantes que los de las medusas.
—Pensé que vendríamos juntos… —le recriminó Jade mientras esquivaba uno de los ataques de la gorgona.
—Supongo que lo olvidé —Sebastián miró a Agnis. Tras ello, Jade también lo observó.
Agnis sintió un escalofrío al percibir la mirada de Jade.
—Se ve que son unidos a ellos —le confesó Agnis a Katie.
—Sí… —dijo Katie con mucha ilusión en su forma de hablar—. Jade es la mentalista de Sebastián…
A Agnis se le erizó la piel.
—Entiendo… —comentó Agnis. Sabía que eso quería decir que estaban entrelazados por una unión natural, que podía, incluso, llegar a ser apasionadamente hiriente.
«Lo encontré…», le cantaba con orgullo Huella de la Lupa de haber hallado a Spot. Agnis se sobresaltó y echó un vistazo a todo su entorno, pero no logró captar la presencia de Spot.
—No lo veo —le objetó Agnis.
Huella de la Lupa colocó una de sus manos sobre su mentón, como si eso le ayudara a pensar. «Es aquí donde el camino termina», le susurró Huella de la Lupa, aun sabiendo que solamente Agnis podía entender sus palabras. Luego desapareció.
—Pero no está aquí —le contrarió una vez más Agnis, pero ya se había ido.
—¿Te dijo algo más? —le preguntó Katie con un poco de curiosidad.
—Dijo que Spot está aquí…
—¡¿En serio?! —interrumpió Katie y con su mirada empezó a buscarlo—. Yo no veo nada —afirmó Katie lo que Agnis ya sabía.
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Editado: 23.12.2022