El ser que habita en mi

RESCATE

Me despierto con los brazos de Gabriel a mi alrededor. Los acontecimientos del día anterior me llegan a mi memoria. Me doy la vuelta para quedar frente a Gabriel, que todavía sigue dormido. Le acaricio suavemente el pelo, con cuidado, temiendo despertarlo, y pensando en lo afortunada que soy por tenerlo.

Observo en el reloj que se encuentra en la mesita de noche, que todavía son las 6:30 de la mañana. El cielo todavía está oscuro y en las calles brillan las luces de Navidad. Me levanto de la cama con cuidado y agarro mi ropa que se encuentra desperdigada por el suelo de la habitación. Con esta, me dirijo al cuarto de baño en donde abro el agua caliente de la ducha para darme un baño rápido. Al terminar salgo de esta y me visto. Regreso a la habitación de nuevo, en donde Gabriel sigue dormido, y me acuesto de nuevo a su lado, pasando mi brazo por su cintura.

Instantes después de que el sueño me empieza a invadir de nuevo unos fuertes pensamientos llegan a mi cabeza. Pensamientos que hacen que despierte a Gabriel de forma apresurada y nerviosa.

-¿Lucinda, qué ocurre?-me pregunta asustado al ver mi estado.

-Están aquí. Los oscuros están aquí Gabriel-observo como Gabriel se levanta de la cama y se viste rápidamente, agarrando su arma-Tenemos que avisar a Richard. Ellos no saben que estamos aquí, creen que estamos muertos.

-¿Estás segura de eso?-me pregunta mirándome fijamente y posando sus manos en mis hombros. Asiento segura de mi misma su dirección.

-Los pensamientos al contrario que las palabras no se pueden modificar. Debemos darnos prisa y salir de aquí.

-Está bien. Agarra todas tus pertenencias. Nos vemos obligados a irnos.

Ambos empezamos a guardar todo de manera apresurada y al terminar salimos de la habitación rumbo a la de Richard, nuestro piloto. Por suerte están pegadas la una de la otra. Gabriel llama a la puerta y poco después sale Richard que nos mira con cara de extrañeza.

-¿Sucede algo?-nos pregunta.

-Los oscuros están aquí. Lucinda ha oído sus pensamientos. Tenemos que irnos, y aprovechar que no saben que estamos aquí. Recoge todas tus cosas.

Los tres nos adentramos en su habitación y empezamos a recoger todo, no dejando muestra alguna de nuestra estancia en el hotel. Una vez preparados los tres, Gabriel nos hace invisibles y con esto salimos del hotel sin ser vistos. Caminamos por diferentes calles hasta llegar al parque de la Ciudadella, el cual se encuentra bastante concurrido. Decidimos adentrarnos en la iglesia de este, en donde nos sentamos en unos de los bancos. Para nuestra suerte,esta no es muy conocida y por lo tanto estaba vacía.

-Supongo que nuestro plan tiene que esperar-dice Richard.

-No podemos esperar. Los iluminados están retenidos en la Sagrada Familia y esta noche serán convertidos a la oscuridad y los que se opongan serán asesinados-comento, recordando todavía aquellos pensamientos.

-No puedo creer que esto esté sucediendo. Que uno de nosotros sea un traidor-dice Gabriel-Supongo que tenemos que actuar rápido y seguir con el plan.

-Estoy dispuesto a dar mi vida-dice Richard.

-Lo se. Has demostrado ser fiel, pero mandarte solo...No quiero perder a nadie más.

-Eso no sucederá. Iremos los tres. Gabriel puedes volvernos invisibles y tú Richard puedes cambiar de forma, mientras que yo puedo leer sus mentes. Todo eso son puntos a nuestro favor, por lo que aprovechemos ese hecho. Además creen que estamos muertos. Vayamos los tres eso nos dará más posibilidades.

-Eso es muy arriesgado Lucinda. Los oscuros son seres poderosos que mo dudarán en atacarnos si nos descubren-me dice Richard.

-Lo sé, pero no puedo permitir que los vuestros sufran. Vosotros arriesgasteis mi vida por mi y ahora me toca a mi. Esta también es mi guerra de alguna manera-noto la mano de Gabriel sobre la mía, agarrándola fuertemente.

-No me agrada la idea de que vengas con nosotros; pero tienes razón-dice Gabriel-Iremos los tres.

Contemplo como Gabriel saca de su bolsa unos trajes con el logan azul de los iluminados. Uno me lo entrega a mi.

-Tenemos que prepararnos-nos indica.

Los tres nos separamos para ponernos el mono y una vez que termino me vuelvo a encontrar con ellos. Contemplo como Gabriel lleva consigo su espada y Richard un látigo de metal que se enrolla sobre su muñeca.

-Esto es para ti-me dice Gabriel tendiendome un arco de color azul y unas flechas doradas con plumas azules a juego con el arco.

-No creo saber utilizarlo-digo agarrándolo.

-Lo sabrás hacer-me responde.

Al final los tres salimos de la iglesia y nos ponemos rumbo a la Sagrada Familia, la famosa Catedral de Barcelona. Caminamos en silencio, bajo el escudo de invisivilidad de Gabriel, intentando esquivar a las personas. Todo el mundo está feliz dado a la Navidad. Lo leo en sus pensamientos. Si ellos supiesen de la proximadad de una guerra no estarían asi. Me gustaría ser uno de ellos, pero eso implicaría no haber conocido nunca a Gabriel; y el ahora es mi todo, mi mundo.

Minutos más tarde estamos frente a la catedral. Se ve majestuosa, incluso estando en reformas. Ojalá pudiese explorarla y contemplarla. Los tres nos miramos sabiendo lo que viene a continuación.

-Ya sabéis el plan. Richard te harás pasar por un Oscuro y buscarás a los nuestros, mientras que yo y Lucinda trataremos de averiguar que es lo que planean. Ten cuidado, has demostrado ser un gran Iluminado-le dice Gabriel a Richard tendiéndole la mano




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