El ser que habita en mi

ISLA PARAÍSO

Al despertarme, me encuentro con los brazos de Gabriel alrededor de mi cintura. Los recuerdos, hechos del día anterior me golpean con fuerza. Al parecer en mi anterior vida, por así decirlo, había sido una Iluminada. Mi historia con Gabriel, nuestro amor, se remontaba a mucho tiempo atrás.

Me giro para quedar frente a Gabriel, quién todavía sigue dormido de forma plácida y tranquila. Parte de su pelo cae sobre su rostro. Decido apartarlo con sumo cuidado, para así aprovechar también el hecho de tocar su mejilla, suave y cálida bajo mi palma.

-Buenos días mi lirio azul-susurra aún con los ojos cerrados.

-Buenos días-le respondo, acurrucándome aún más entre sus brazos, que comienzan a acariciar mi espalada desnuda.

Estos momentos junto a el se han convertido en mis favoritos. Momentos en los que los dos permanecemos juntos, abrazados, sin tener que decir nada; simplemente permanecemos abrazados, no queriendo separarnos.

Oímos como llaman a la puerta, interrumpiendo este momento. Escucho de Gabriel un pequeño quejido, lo cual me hace sacar una pequeña sonrisa, dado que nunca antes lo había oído quejarse.

-Sentimos interrumpiros, pero el Padre de la sede de Madrid acaba de llegar y requiere de vuestra presencia urgentemente-nos dicen desde detrás de la puerta.

-Está bien. Iremos dentro de unos minutos-responde Gabriel-Creo que nuestro momento se acaba de terminar-me dice dándome un corto beso en los labios.

-Creo que si-respondo, levantándome de mi cana y agarrando la ropa del día anterior que se encuentra esparcida por el suelo.

Ambos nos vestimos, y al terminar salimos de la habitación rumbo a la sala de reuniones.

- ¿Cuántas sedes hay?-le pregunto a Gabriel de camino.

-Bastantes. Hay una en las ciudades más grandes e importantes de cada país. Aquí en España están: la de Barcelona, Madrid, Sevilla y Santiago de Compostela.

-¿En Santiago hay una?

-Si. Se creó por el motivo de que es una ciudad bastante turística y de peregrinaje y muy importante para muchas personas. Por eso se creó una sede allí, para evitar que los oscuros la atacaran aprovechando ese hecho.

-Entiendo-respondo, justo cuando nos encontramos frente a la puerta de la sala-Van a hablar de lo que vamos a hacer. Están preocupados acerca de nuestro futuro-le indico a Gabriel, luego de percibir los pensamientos de los Iluminados que se encuentran en la sala.

-Me lo imaginaba-me responde-Digan lo que digan, no pienso separarme de ti de nuevo.

-Yo tampoco.

Ambos nos adentramos en la sala, en la cual ya nos aguardan varios iluminados, entre ellos el que debe ser el Padre de la sede de Madrid.
Nos sentamos cada uno en una silla, uno al lado del otro. A lo largo de aquella mesa circular había en total unos 10 Iluminados de distintos rangos.

-Buenos días. Sentimos si os hemos despertado; pero tal y como está la situación era necesario. Los Oscuros ya saben que estáis vivos y eso hará que vayan a por vosotros. Saben que estáis aquí y por eso debéis partir cuánto antes. Dado la reciente traición el lugar será elegido por vosotros. Nadie más sabrá vuestra localización. Ambos os encargaréis de elegirlo, y tú Gabriel te teletransportarás a dicho lugar con Lucinda.

- Solo puedo teletransportame a lugares que veo, a donde alcanza mi visión-responde Gabriel.

-Eso es porque nunca has intentado hacerlo viendo una fotografia del lugar me imagino-le dice Padre lanzándole una guía de viajes por encima de la mesa-Escoger el lugar y partir cuánto antes. Ya tenéis todo lo necesario en vuestra habitación. Buena suerte a ambos-Con esas palabras todos se levantan de la mesa y salen de la sala.

Gabriel y yo regresamos a nuestra habitación, en la cual observamos varias maletas. Durante el trayecto, Gabriel no ha parado de ojear la guía con concentración.

-Si llego a saber que te gustan las guías de viaje, te habría robado una en el hotel-le indico, sentándome sobre la cama.

-Estoy observando nuestro futuro destino. Quiero que sea tranquilo, relajado y alejado de cualquier sede que exista. Cuántos más alejados estemos de ellas mejor. Los Oscuros probablemente nos busquen en estas-me responde sentándose a mi lado.

-Lo sé. Todavía no me hago a la idea de todo esto. Apenas han pasado unos días desde que vivía en Roma como una chica normal y ahora...Todo ha cambiado muy rápido-digo en voz alta sin darme cuenta.

-¿Te gustaría volver a ser aquella Lucinda?-me pregunta Gabriel, dejando la guía marcada con uno de sus dedos-la que no era una Iluminada.

-Si no lo fuese jamás te habría conocido, y tú eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida. Fuiste la luz en mi oscuridad, las alas que ayudaron a levantarme, el ser que hizo que viera todos los colores de la vida y no solo el gris o el negro, fuiste...Eres mi todo Gabriel. Jamás querría volver a mi otra vida si eso significara no estar contigo-le respondo totalmente convencida.

A continuación, siento los cálidos, dulces y suaves labios de Gabriel sobre los míos.

-Tú también lo eres todo para mi. Te quiero mi pequeño lirio azul; pero ahora es mejor que agarres esas maletas. Ya tengo escogido el destino.




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