El significado de la Navidad.

Acertijo.

Las fiestas acabaron, con el espíritu dañado,

con Melisa en coma, las familias festejaron,

a Manuel le contaron, con tristeza fue afectado.

 

“¿Cómo pudo ser?” con miedo preguntó,

Kate no supo responder, y así se marchó.

 

Todos los días, Manuel a Meli visitaba,

a los padres de la niña, sólo les apenaba.

 

Fue un año desastroso,

no tuvo nada de hermoso,

el pobre y humilde chico,

a la lista negra pasó de un brinco,

el enojo lo cegó, a su amiga perdió,

la familia avergonzada, solo lo ignoró.

 

Quería una respuesta, y a Kate en la escuela buscaba,

ella lloraba desconsolada, cuando este tema abordaba.

 

Finales de noviembre, Kate no soportaba,

la chica ya lucía bastante desesperada,

una celebración muy pronto se acercaba,

los padres ignoraban a su hija angustiada,

y debían festejar, en contra de su voluntad,

no había otra forma, o terminarían igual.

 

Kate visitó a su hermana, encontrando a Manuel,

y como una capitana, tomó su mano y se fue con él,

entraron a la casa de los padres de Kate,

con la frente en alto sin sonar a un tropel,

exclamó que sus padres le explicaran por qué.

 

Manuel no lo pudo creer, por acercarse a los dos tal vez,

pero así lo tuvo que entender, entonces los miró cual juez,

idear un plan le decía su ser, uno que fuera diez de diez.

 

“¿Qué quieres qué...?” preguntó Kate,

“Tal vez a Santa lo pueda conocer,

¡y un deseo él me pueda conceder!”

 

Kate y Manuel no dudaron en aliarse,

cartas escribieron hasta nunca cansarse.

 

Entonces con algo, ellos no contaron,

resultó que Kate, algo había destrozado,

otro espíritu amargo, que tuvo significado.

 

Para el quinto día, él había llegado,

Santa Maligno, por otro ser consumado.

 

Los cencerros sonaron,

pobres chicos aterrados,

pero a Krampus confrontaron,

ver a Santa exigieron ambos.

 

Krampus admiró, esa gran determinación,

aceptó la petición, su curiosidad lo invadió,

y al Polo Norte en un instante llegaron,

Krampus no dudó en querer observarlos.

 

Al gran taller entraron, habían juguetes y enanos,

eran los famosos duendes, por supuesto,

quienes pronto armaron su alboroto,

en ese intstante, el bonachón había llegado.

 

“¿Qué es esto, Krampus?” preguntó el barbón,

 aunque no hubo contestación, solo retrocedió,

los niños aliviados, comenzaron el sermón.

 

“Querido Santa…” comenzó Manuel,

“para esta Navidad, no te pido un corcel,

solo quiero a mi hermana tener”, cerró Kate.

 

Pero Santa no fue un dulce amigo,

a ambos les explicó cuál fue el motivo,

“Quisiera ayudarlos”, comentó de corazón,

pero en la lista negra aparecen los dos,

malos niños fueron, de eso no hay perdón”.

 

Los niños miraron decepcionados,

sus miradas pronto las agacharon,

y un dulce corazón, terminó destrozado.

 

Así Santa lo pensó, y a ambos animó,

con un fuerte abrazo, las palabras les dio:

“Sé que este año, no pudo ser el mejor,

pero sé también, que buenos niños son,

es por eso que quiero probar su corazón.

Si resuelven un acertijo, les perdono el revoltijo,

empiezan hoy día cinco, hasta el inicio del veinticinco”.

Los niños observaron, muy esperanzados,

milagro navideño, entendieron ambos.

 

“Lo único que tienen que hacer es razonar,

y con eso averiguar, sobre cuál es la verdad,

sobre el significado real, de la bella Navidad”.

 

De esta manera, volvieron a casa,

en compañía del Malvado Santa,

los padres de ambos, preocupados estaban,

y a los niños les dieron una buena regañada.

 

La emoción fue pasajera,

y la cosa se puso seria,

en la mañana del siguiente día,

sobre el acertijo no tenían ni pistas.

 

En casa de Kate buscaron,

a sus padres preguntaron,

desvergonzados contestaron:

“¡Banquete y regalos!”.

 

Fueron con sus chefs y jardineros,

a lo que estos pronunciaron:

“Estar en familia”, todos añoraron,

sus pobres miradas pronto bajaron,

dado que ellos año tras año,

en Navidad siguen trabajando.

 

Los niños se fastidiaron,

y al internet se asomaron.

 

Cuando hacer su búsqueda intentaron,

un mensaje les fue entregado,

la pantalla del monitor estaba señalando:

“La respuesta está en otro lado”,

“Magia Navideña”, pensaron engañados.

 

Los días avanzaron,

a más personas preguntaron,

sus respuestas decepcionaron,

“regalos”, “regalos” y muchos más “regalos”.

 

Algunos mencionaron unión,

otros al famoso Santa Claus.

 

En alguna ocasión, un niño se les atravesó,

de siete años tal vez, que apenado les preguntó,

si ellos podían ayudarle, con su buen corazón.

 

Manuel y Kate no hicieron mucho caso,

en la acera se encontraban pensando,

pero después al niño vieron en su paso,

que luces navideñas estaba cargando,

era mucho el peso, aunque seguía intentando.

 

Ya de mala gana aceptaron,

cargaron las luces hacia un pequeño patio,

encontraron muchos bancos,

y en el centro un enorme árbol,

de varios adornos decorado,

hechos a mano como la estrella en lo alto.

 

“¿Qué es esto?”, preguntaron asombrados,



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En el texto hay: navidad, amistad, cuento infantil

Editado: 21.12.2019

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