El Silencio de Black Hollow

Capítulo 10: La Primera Desaparición

El silencio en Black Hollow High era más aterrador que cualquier grito.

Dereck lo notó al entrar ese viernes por la mañana: los pasillos, normalmente llenos de risas y empujones, estaban tensos como la cuerda de un violín a punto de romperse. Los estudiantes se movían en grupos apretados, susurrando detrás de manos crispadas, mirando constantemente hacia las ventanas que daban al bosque.

—¿Qué pasa? —le preguntó Dereck a Mary cuando la encontró junto a su casillero, pálida como la cera, sus dedos retorciendo la pulsera de hilos rojos hasta hacerle sangrar la muñeca.

Ella levantó unos ojos vidriosos.

—Brandon Ketch no llegó a casa anoche.

El nombre le sonó familiar. Dereck recordó a un muchacho alto y delgado del equipo de atletismo, con una risa demasiado fuerte y la costumbre de burlarse de Mike en los pasillos.

—¿Se fugó?

Mary negó con la cabeza, tan lento que parecía moverse bajo el agua.

—Su mochila apareció al borde del bosque. —Su voz se quebró—. Abierta. Con todo en orden... excepto por un cuaderno arrancado y esto.

Abrió la mano. En su palma sangrante había un pétalo marchito.

Blanco.

Como las rosas del jardín de los Hollow.

El director Calloway hizo el anuncio después del primer período, su voz monótona leyendo un comunicado sobre "esperar noticias de las autoridades" y "cooperar con las investigaciones". Pero Dereck notó cómo sus ojos, normalmente fríos y calculadores, no dejaban de mirar hacia la ventana que daba al bosque.

—No es coincidencia —Mary lo arrastró al baño de niñas vacío, revisando los cubículos uno por uno antes de hablar—. Brandon estaba en el equipo de periodismo. La semana pasada me dijo que había encontrado algo en los archivos del pueblo. Algo sobre... niños desaparecidos en los años 60.

Dereck sintió que el diario de Sarah le quemaba la espalda a través de la mochila.

—¿Crees que...?

—Lo silenciaron —Mary lo interrumpió, sus uñas clavándose en los brazos de Dereck—. Como a mi hermana. Como a Sarah.

Un golpe seco en la puerta del baño los hizo separarse de un salto.

—¿Quién está ahí? —gritó Mary, pero solo el eco le respondió.

Cuando abrieron la puerta con cautela, el pasillo estaba vacío... excepto por un objeto colgando del picaporte:

Un collar de perro.

El medallón estaba abierto. En el interior, una foto de Brandon sonriendo, con algo escrito en la parte posterior en letras temblorosas:

"Encontré la lista. Nos equivocamos. No son diez años. Son SIETE."

Mary dejó escapar un gemido ahogado.

—Dios mío... —susurró—. No es el primero de esta década. Es el último.

El timbre de clases sonó, tan estridente que Dereck se llevó las manos a los oídos. Cuando las bajó, Mary ya estaba a varios metros de distancia, corriendo como si el mismo infierno la persiguiera.

En el piso donde ella había estado parada, quedaba un charquito de agua oscura.

O tal vez no era agua.

Porque cuando Dereck se agachó a tocarlo, el líquido se movió solo, formando letras, palabras, un mensaje que le heló la sangre:

"BUSCA BAJO LAS ROSAS ANTES DE QUE ELLA TE ENCUENTRE."

Y entonces lo entendió.

Brandon no había sido una desaparición.

Había sido un recordatorio.

Y él era el siguiente en la lista.



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En el texto hay: suspenso misterio

Editado: 23.08.2025

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