El Silencio de Black Hollow

Capítulo 27: El Poder de Dereck

El agua no era agua.

Era memoria líquida.

Dereck se hundió en las profundidades del pozo, pero no sintió frío, ni asfixia. Sintió siglos deslizándose sobre su piel como seda negra. Visiones destellaban ante sus ojos:

  • 1823: Evelyn Hollow, joven y aterrorizada, de pie al borde de este mismo pozo con un bebé en brazos.
  • Un pacto sellado con sangre: "Mi vida por la suya, pero nunca mi linaje."
  • Algo emergiendo de las profundidades, tan vasto que llenaba el cielo, sus huesos formando montañas, su sangre ríos negros.

Entonces las cadenas.

Evelyn—la verdadera Evelyn—apareció ante él, sus pies atrapados en hierro forjado con runas que ardían como brasas.

Tienes su sangre —susurró, tocando la frente de Dereck—. Y la mía. Por eso puedes ver.

El contacto fue como un relámpago.

Dereck vio.

Realmente vio.

El pozo se desvaneció, y de pronto estaba en todas partes y en ningún lugar.

Black Hollow se extendía ante él, pero no el pueblo moderno. Un asentamiento colonial, con casas de madera y rostros famélicos. Y entre ellos, fantasmas.

No las apariciones espectrales de las historias.

Eran reales. Tan reales como él.

Niños jugando entre las lápidas del cementerio. Mujeres lavando ropa en un río que ya no existía. Hombres cuyos cuellos mostraban el marcado de horcas.

Todos muertos.

Todos visibles.

¿Qué... soy? —logró articular Dereck, mientras el espectro de un niño pequeño le tomaba la mano con dedos helados.

Evelyn flotó frente a él, sus ojos estrellados reflejando infinitos secretos.

Un vidente. El primero en mi línea desde que yo misma lo fui. —Su voz era suave pero triste—. Por eso Lillian te temía. Por eso quería tu sangre.

Las imágenes cambiaron. Ahora veía la verdad sobre Lillian:

No su madre biológica. Una impostora. Una criatura que había tomado su lugar años atrás. Su verdadera madre, enterrada viva bajo el roble de los vestidos, su boca llena de raíces. El engaño, Los sacrificios nunca fueron para apaciguar al monstruo. Fueron para alimentarlo.

Dereck retrocedió, pero Evelyn lo sostuvo.

Mira más allá —lo instó.

Y entonces vio a Liam.

O más bien, vio lo que Liam había sido.

Un niño rubio de ocho años, secuestrado mientras recolectaba moras. Su nombre real: Daniel Whitaker.

Él resistió —susurró Evelyn—. Más que cualquier otro. Por eso pudo ayudarte.

El agua (¿era agua?) alrededor de ellos comenzó a hervir. Algo enorme se movía en las profundidades.

El ritual —urgió Evelyn—. Debes elegir: ¿serás el verdugo o el sacrificio?

Dereck miró sus propias manos. Ahora brillaban débilmente, como si la luz atravesara su piel.

Hay una tercera opción —dijo, recordando las palabras finales de Sarah—. El intercambio.

Evelyn lo miró con algo que podría haber sido orgullo.

Sangre por sangre —asintió—. Un Hollow por el pueblo.

Las cadenas a sus pies resonaron.

Algo venía.

Dereck no tuvo tiempo de prepararse.

El agua explotó alrededor de ellos, y la verdadera prisionera del pozo emergió.

No era un monstruo.

No era un demonio.

Era la primera Hollow.

Abigail.

Su esqueleto estaba cubierto de rosas blancas que crecían entre sus costillas, sus ojos dos pozos de noche sin estrellas. Cuando abrió la boca para hablar, cientos de voces infantiles salieron en un coro aterrador:

MI SANGRE... MI LEGADO... MI LIBERTAD...

Evelyn se interpuso entre ellos.

No hoy, madre —dijo, y su voz retumbó con poder—. El pacto se cumplirá.

Abigail Hollow alzó una mano ósea, y el pozo cantó.

Las visiones se desvanecieron.

Dereck sintió que lo arrojaban hacia atrás, a la superficie, a la realidad.

Cuando abrió los ojos, estaba de nuevo al borde del pozo, el cuchillo ceremonial en su mano sin recordar haberlo tomado.

Frente a él, Lillian forcejeaba con Daniel, pero algo había cambiado:

Los muertos los rodeaban.

Docenas de niños fantasmales formaban un círculo silencioso, sus manos unidas.

Y entre ellos, una mujer con los ojos de Dereck —su verdadera madre— extendía los brazos hacia Lillian.

Es hora —dijo Evelyn, emergiendo del pozo tras Dereck—. De cumplir tu destino, hijo mío.

El pueblo de Black Hollow contuvo el aliento.

Y Dereck eligió.



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En el texto hay: suspenso misterio, paranomal

Editado: 21.10.2025

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