El silencio de Nora

Capitulo 1

Un día lluvioso.

 

El silencio es una forma de expresar nuestras emociones pero las personas no lo entienden.

Nora

 

La mayoría de las personas tienden a ser crueles con los demás, denigran su forma de vestir de actuar y hasta de hablar. Toda mi vida había creído que la adolescencia era la etapa más bonita en la que podíamos disfrutar con nuestros amigos salir a pasear conocer nuevas personas y explorar de una manera inigualable pero me equivoqué, la adolescencia es lo peor que puede existir.

Es allí donde te das cuenta que los amigos se van, que nada es lo que parece. Que conocer nuevas personas en ocasiones es complicado ya que no sabemos cómo nos van a recibir, desde que cumplí 15 años mi vida se ha vuelto una tortura.

Desearía tener 8 otra vez, esa es la mejor etapa en dónde no te preocupas por nada ni por nadie. En dónde no importa lo que las personas digan, dónde te concentras solo en ti y en jugar sin que nadie te lastime con sus palabras por qué somos solo niños y no importa lo demás.

¿Te has dado cuenta?

Cuando las personas te dicen que has cambiado es porque dejaste de actuar como ellos quieren que actúes, eso les molesta tanto que muchas veces se alejan de ti y dicen llamarse amigos pero al final no lo son, son solo personas con máscaras fingiendo que te quieren y que están para ti.

Y allí estaba yo en mi habitación viendo por la ventana, el clima está como me gusta. El cielo está nublado y todo está en gris al parecer lloverá, el mejor clima de todos siempre lo he pensado ya que este relaja y quita mucho el estrés. Puedo solo pensar en algo o simplemente no, puedo salir a correr bajo de ella o simplemente observarla es tan hermosa.

Dos golpes en la puerta me sacan por completo de mis pensamientos, me acerco a la puerta y cuando la abrí  allí estaba mi hermanita Lola con su sonrisa como siempre.

—Mama preparo chocolate… pregunta que si quieres.

Ella es sumamente bonita, un poco más baja que yo. No es que yo sea alta para nada pero ella no me sobrepasa. Su piel es un poco pálida, es flaca y su cabello es una tomuza de rulos de color marrón muy claro, su rostro está cubierto de pecas que resaltan muy bien con sus ojos marrones, traía puesto un conjunto deportivo de color rojo.

—solo un poco.

—¿Te encuentras bien?—su mirada evaluaba cada pequeña parte de mi rostro—hace días estás diferente.

Si tan solo supieras todo lo que no digo, si supieras todo el silencio que tengo que guardar, lo que tengo que aguantar para que las personas puedan ser felices menos yo.

—si no te preocupes, todo bien.

—bueno, te lo traeré entonces.

—Gracias.

Con eso se fue y yo regrese a observar por la ventana. Las gotas de lluvia ya comenzaban a caer, el cielo se torno de un color más oscuro todo era perfecto en ese momento hasta que mi teléfono comenzó a sonar. me dirigí a la mesa donde se encontraba y pude ver en la pantalla que se trataba de clara mi mejor amiga.

Eso es lo que ella dice.

Lo tome y deslice el dedo por la pantalla, apenas coloque el teléfono en mi oído me arrepentí al instante de haberlo hecho.

Clara: ¡¡Nora!!.

Lo dijo tan fuerte que de inmediato me comenzó a doler la cabeza, hice una mueca para luego responder.

—sin gritos por favor, sabes que lo odio.

Clara: esta bien perdón, tengo que contarte algo muy importante.

Para clara hasta que una mosca vuele es importante, se altera por todo y se emociona también. Ella y yo tenemos dos años de amistad cuando cumplí 15 años ella fue a mi fiesta y desde ese día nos volvimos “Amigas”.

—¿Qué será lo que tienes para contarme?.

Clara: por favor no te vallas a molestar.

 

Ya sabía por dónde venía, ella siempre se ilusionaba con las personas y al final terminaban lastimando la. odiaba que fuera tan ilusa.

—te prometo que no me voy a molestar.

Clara: Bueno aquí va—tomo una respiración y luego hablo—volví con Mathew.

En ese instante se me olvidó lo que le había prometido antes. La sangre ya comenzaba a hervirme y la rabia se comenzaba a apoderar de mí, pero tenía que guardar silencio no podía meterme en algo que no era mi asunto. Preferí guardar el odio que le tenía al chico.

—Pues felicidades—en ese momento volvieron a tocar la puerta de la habitación y gracias a la cielo que lo hicieron por qué ya no quería seguir con la conversación—Clara, perdón tengo que colgar… hablamos en otro momento.

No deje que respondiera colgué la llamada y me dirigí nuevamente a la puerta, al abrirla allí estaba de nuevo Lola con una taza de chocolate caliente.

—Aquí tienes.

—Gracias.

Al tomar la taza estaba a punto de cerrar la puerta pero Lola aún no se había ido, ella quería hablar eso era seguro por eso la invité a entrar.

—Entra vamos.

Ella lo hizo muy feliz, se adentro en la habitación y se sentó en la silla que está junto a la mesa con un montón de papeles sueltos.

—hace mucho no entraba aquí.

—si, hace mucho.

Su mirada recorría cada rincón observando todo a su alrededor.

—A cambiado mucho este lugar.

Sabía a lo que se refería. Antes era de color rosa con un montón de peluches y posters, ahora es de color blanco con unas cuantas fotografías en la paredes, luces alrededor y papeles regados por todo el lugar. Te podrás imaginar el desorden que ay aquí.

—Mas del que me hubiera gustado.

—¿Te puedo hacer una pregunta? Digo si no te molesta.

A pesar de todo a ella no le podía negar nada.

—Adelante, pregunta lo que quieras.

—¿Por qué has cambiado tanto?.

La pregunta del millón, la que nunca nadie me había hecho pero como ella es curiosa obviamente la iba a hacer.

—No me vas a entender solo tienes 12 años, cuando tengas mi edad comprenderás todo.

—¿Ósea que me voy a volver apática cuando tenga 17 como tú?.

—Yo espero que no, ojalá no tengas que cambiar nada de ti.



#8394 en Otros
#774 en No ficción

En el texto hay: problemas familiares, dramas.

Editado: 15.05.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.