El silencio de Nora

Capitulo 2

Malos ratos y encuentros inesperados.

El odio es malo pero a veces es bueno.

Pero nunca nadie menciono

Que hacerte la fuerte,

Te destruye el doble.

 

Dicen que cuando más silencio guardamos más nos hacemos daño y no nos damos cuenta de eso si no hasta que cambiamos por completo. Todos deberíamos tener el valor para poder decirle a las personas en su cara todo lo que se merecen porque nadie es más importante, todos tenemos el mismo valor.

Me encontraba en una banca en el parque observando a todas la personas pasar mientras esperaba a Clara y a su querido novio Mathew, estaba comenzando a desesperarme cuando llegaron.

—Nora ¿cómo estás?.

Su vos era ronca. Es alto, su piel del mismo color que la mía con ojos muy oscuros, cabello negro y su rostro tenía las facciones muy marcadas al igual que su cuerpo.

Lo observé por unos segundos y fingí una sonrisa.

—muy bien, Mathew… pensé que te habías muerto.

—hierva mala nunca muere.

—Cuánta razón tienes.

Clara nos observaba con cara de confusión, para ella no es un secreto que el no me caía bien. De hecho todo el mundo sabía que yo no pasaba a Mathew, era insoportable, tanto que a veces quería arrancar le la lengua para que no hablará.

Después de varios segundos de silencio clara decidió hablar.

—por favor, no comiencen —podía notar los nervios en su tono de voz— estamos aquí para distraernos un rato.

Querida clara si supieras que estoy a punto de ahorcarte.

Estaba a punto de hablar pero ella lo volvió a hacer.

—Esperen aquí, voy a comprar algo para comer.

Sin poder protestar se fue dejándome con el Imbécil de su novio. Diablos me caía tan mal, aún no entiendo cómo Clara le pudo dar otra oportunidad.

Decidí poner mi vista en otro punto que no fuera él pero fue imposible ya que hablo.

—¿Por qué me odias? — lo observe con molestia — digo… yo no te he hecho nada.

Maldita pregunta ¿De verdad quería saber por qué lo odiaba? Pues iba a saberlo.

Me acerque más a él. Sus ojos estaban fijos en los míos, su mirada era neutra, su rostro estaba serio al igual que el mío había llegado el momento de hablar.

—No me vengas con eso, tu sabes muy bien porque no te soporto.

—¿Aún sigues dolida por eso? ¿Enserio?.

—No estoy dolida, no te creas tan importante por qué no lo eres.

—yo se que aún te importo.

¿Qué me importaba? Yo solo quería tener un varita mágica para desaparecer lo. No lo soportaba, no aguantaba ninguna de sus acciones. Cada vez que lo veía me provocaba arrancar cada pequeña parte de él y dársela a los…

Niña cálmate, estás fuera de control.

Si el supera que desde hace mucho dejo de ser importante en mi vida, nada de lo que tenga que ver con él es importante para mí, eso fue hace mucho.

Que bonito detalle ese tuyo de existir, ojalá ya no lo hicieras.

Cálmate, no te vallas a descontrolar aquí.

Es imposible no hacerlo con este imbécil en frente.

—¿A qué le tienes miedo?.

¿Miedo? Lo que tenía eran ganas de salir corriendo y no verlo nunca más. De hacer que clara supiera la verdad y se fuera de su lado.

—No tengo miedo— dije calmando mis ganas de golpear lo— solo no quiero que hagas con Clara, lo que hiciste conmigo.

Su mirada era profunda con un pequeño brillo en el fondo.

—¿Y si lo hago que?.

¿Así que quieres jugar de esta manera? Pues juguemos querido Mathew.

—Te aseguro que te vas a arrepentir.

—Mejor guarda silencio Nora, eres muy buena en eso.

Basta. Ahora sí había perdido la poca paciencia que tenía.

—Eres un maldito imbécil.

—Gracias.

No estaba dispuesta a seguro soportándolo. Él muy infeliz se creía superior y no lo era, yo misma me encargaría de eso.

En ese momento Clara se estaba acercando a nosotros con una sonrisa en los labios.

—¿De que hablaban?.

Yo no quería ni mirar a los lados, solo quería desaparecer de la faz de la tierra. Mathew fue el primero en hablar.

—De lo egoísta que es la gente.

—Ustedes y sus temas de conversación tan raros.

No aguanto más, necesito irme de este lugar o juro que lo mataré, me dedique a mirar a Clara para luego hablar.

—Perdón, pero tengo que ir.

Su cara paso a una de confusión. Ella no se lo esperaba y se que después preguntaría porque me iba, pero enserio no podía estar ahí un minuto más.

—¿Qué? ¿Porque?.

— que tengo que buscar a Lola en el entrenamiento… ya sabes que juega futbol.

—si cierto, bueno nos vemos luego.

—Adiós.

Antes de alejarme el imbécil hablo.

—Hasta luego, Nora.

No me iba a provocar, no lo haría. Lo mejor era que me fuera porque juro que no lo soporto ¿Cómo es posible que se haya metido con mi amiga? ¿Enserio le importe tan poco? Pues eso ya no es importante, el pasado debe quedarse allá en el pasado.

Decidí ir a buscar a Lola al entrenamiento. cuando se lo dije a Clara no era cierto pero no tenía ganas de convivir con el imbécil de Mathew, era imposible hacerlo.

Estaba adentrándome a las gradas de la cancha de fútbol cuando tropecé con alguien.

—Ten cuidado por dónde caminas— dije con algo de molestia.

—¿Nora?.

Esa voz. No puede ser ¿O si?.

Al alzar la vista me encontré con la persona que jamás pensé volver a ver. Era él, era Carlos. estaba más alto que la última ves que lo vi, su tono de piel era pálido con ojos color miel, cuerpo bien definido y cabello corto.

—Carlos.

No pude evitar sonreír, hace mucho no lo veía.

Se acercó más a mi y me rodeó con  sus brazos.

—Dios, cuánto tiempo.

—Ha pasado mucho tiempo — fue lo único que salió de mi boca.

—¿Cómo estás?.

Dios mío. Esa voz siempre me pareció insignificante, pero justo en ese momento me estaba enviando una corriente muy extraña por todo el cuerpo.



#8505 en Otros
#800 en No ficción

En el texto hay: problemas familiares, dramas.

Editado: 15.05.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.