El silencio de Raimond.

Cuando se toca el corazón.

Durante todo el tiempo que le tomó a Vanessa recuperar la compostura K414 se mantuvo relajado, si es que un holograma puede relajarse, aquello la había tomado por sorpresa, y K414 lo entendía.

—¿Quienes son?—La voz de Vanessa tembló.

—Desconozco esa información en totalidad, solo se que uno de ellos, el chico para ser más preciso, estudió con usted, en cuanto a la chica, tengo entendido que fue escogida al azar.—K414 seguía sin abrir la puerta.

Finalmente Vanessa se levantó aun temblando ligeramente para volver a dirigir su mirada hacia el cristal.

—El hacinamiento me parece innecesario.—Vanessa torció los labios en una mueca.  

—Para ser honesto, a mi también.—K414 dirigió su mirada a Vanessa.

—¿La sangre de quien es?—Aquello sonó más preocupado de lo que Vanessa hubiese esperado.

—De la chica, pero no se ha lastimado en absoluto.—K414 cerró los ojos un momento.—Se trata de su menstruación.

—¿Cuánto tiempo?...  

—Mañana se cumplen tres semanas

—Jamás creí que Raimond...—Vanessa se abrazó a si misma.

—Su motivo es más importante que la vida de estos chicos. 

—¿Cómo puedes estar aquí sin impedirlo?—Vanessa negó con la cabeza.—Me resulta tan inhumano...

—Le recuerdo, señorita, que no poseo sentimientos, todavía.          

 Detrás del cristal cuidadosamente diseñado para poder observar sin ser observado se encontraba un cuarto de paredes en su mayoría blancas, tenía una cama en un rincón, manchas de sangre en el suelo, y en un espacio que se había extendido más de lo predicho un montón pestilente de heces, los propietarios estaban sentados en un rincón, tan asustados y con la mirada tan perdida que era imposible que no le evocaran sentimientos a cualquiera que los viera, si bien el olor no llegaba a cruzar el vidrio, podría notarse lo desagradable que seguramente era estar ahí dentro, las ropas de la pareja de jóvenes estaban tan sucias que parecían haber vagado por meses en campo abierto. Ambos tenían ojeras tan grandes que hacían parecer a sus ojos pequeños abultamientos.

Vanessa notaba que habían comido poco, puesto que incluso se comenzaban a notar parte de sus costillas, además de que notaba que desde que llegaron no se habían bañado. Los jóvenes además tenían poco o casi nulo contacto entre ellos, parecían incluso ajenos a que existía una persona más en la habitación. Vanessa sintió compasión, la misma compasión que sentiría cualquier ser humano.

—¿Raimond conoce el estado económico del chico? ¿Sabe que sus padres son de excelente posición económica? ¿Sabe que pueden demandarlo?

—Sus padre creen que está en Europa, y al joven se le ha borrado la memoria al traerlo aquí. El doctor quiere la versión más primitiva de los jóvenes, sin estímulos externos.    

 —¿Sabes que espera Raimond de ellos? ¿Cuando piensa liberarlos?—Vanessa trataba de mostrarse profesional, intento en el que estaba fallando profundamente.    

—Justo ahora, señorita, es para mi un misterio la mente de Raimond.

—¿Qué vamos a hacer? 

—¿Vamos? Le recuerdo que me es imposible manipular objetos, o salir del laboratorio.—K414 sonrió, acción que molestó a Vanessa.

—Voy a liberarlos entonces, esto tiene que terminar ahora.          

—Me temo que eso es algo que no puedo permitirle.—K414 se mostró serio, casi glacial.

—Entonces dime como esperas que te ayude porque de verdad que no te entiendo.—Vanessa comenzaba a exasperarse.

—Necesitan comer, y yo no puedo cocinar.—K414 enarcó una ceja.

—¿Me haces partícipe de esto solo porque necesitan comer? ¿No lo entiendes? ¡Esto es un crimen, estás atentando contra la dignidad humana! ¡Los estás privando de la libertad MALDITA SEA! Además...—Vanessa resopló.—Los están torturando ahí adentro.

 —Solo le he pedido que cocine por mi, y no sería necesario si no hubiese sedado al doctor.—K414 habló acusadoramente.—Y tampoco la dejaré salir hasta que consiga su ayuda.

—¿Me estás amenazando?—Vanessa aumentó su tono de voz, otra vez.

—Estoy pidiéndole un favor sin darle opción a negarse.

—De acuerdo, pero vamos a limpiar eso también, ahora ábreme, por favor. —Vanessa se acercó a la puerta, deseando salir de ahí de inmediato, para ir corriendo a la policía.

—¿Sabe por qué se que no va a ir a la policía?—K414 parecía haber adivinado sus pensamientos. —Porque quiere confrontar a Raimond, porque tiene curiosidad, porque necesita respuestas, porque puedo ver que usted quiere esto tanto como él, quiere aprender, quiere encontrar respuestas, quiere conocerlo todo.—K414 esbozó una sonrisa. —Porque en el fondo de su corazón cree que vale la pena.



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En el texto hay: asesinos, caos, amor

Editado: 27.10.2020

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