El sol comenzaba a ocultarse tras las montañas cuando Anwen y su grupo se adentraron en el valle oscuro donde Kael había convocado la batalla.
El aire estaba cargado de una tensión palpable, y las sombras parecían susurrar secretos de antiguos conflictos.
De repente, Kael apareció frente a ellos, envuelto en una aura imponente y fría.
—Pensaron que podían desafiar al ciclo y a sus guardianes —dijo con voz retumbante—. Pero solo están jugando con fuerzas que no comprenden.
Anwen dio un paso al frente, su mirada firme y llena de determinación.
—No más mentiras. No más manipulaciones. Hoy se termina tu juego.
La batalla comenzó con un choque de energías poderosas, luces y sombras entrelazándose en un baile peligroso.
Kael demostró ser un adversario formidable, usando tanto el poder de la oscuridad como las dudas que había sembrado para debilitar al grupo.
Pero Anwen, con la fuerza renovada por la confianza de sus amigos, logró resistir y contraatacar.
Mientras luchaban, Kael reveló fragmentos de la verdad sobre el ciclo y el origen del Cuervo Carmesí, dejando al grupo entre la esperanza y la incertidumbre.
La batalla estaba lejos de terminar, pero un nuevo capítulo en su historia se abría, lleno de promesas y desafíos.