El amanecer se alzó sobre el campo de batalla, teñido de tonos carmesí y dorados, como el último suspiro del ciclo que habían decidido desafiar.
Anwen, Kael, Eliah, Ilyana y los demás se prepararon para enfrentar a Liora y al destino que les esperaba.
El combate fue feroz, un choque de voluntades, poder y emociones contenidas durante tanto tiempo.
Pero en medio de la batalla, Anwen entendió algo crucial: no se trataba solo de romper el ciclo, sino de transformarlo.
Con esa revelación, usó el poder del Cuervo Carmesí para crear un vínculo nuevo entre todos, sanando heridas y uniendo fuerzas.
Liora, viendo esa luz, sintió que la ira que la consumía se disolvía poco a poco.
Finalmente, el ciclo comenzó a cambiar, no con destrucción, sino con renacimiento.
El silencio que rodeaba al Cuervo Carmesí se rompió en un susurro de esperanza, mientras un nuevo camino se abría para ellos y para el mundo.
El futuro ya no estaba escrito en sombras, sino en la fuerza de quienes elegían luchar por un destino diferente.
Y así, en el eco del silencio, comenzó una nueva historia.