El silencio del tiempo.

Desesperación

Odio levantarme por las mañanas. Me despertaba rodeado de botellas vacías de cerveza, tenía el pelo desaliñado y la barba larga. Seguía en mi empleo aburrido y para añadirle a mi triste existencia la única persona a quién llegue a querer se iba a casar, me sentía solo y que la vida no tenía sentido.

Para llenar el vacío dentro de mí bebía todos los días, cuando pasaba el efecto volvía la soledad y sentía que no podía compartir con nadie el sufrimiento. Me había ido de mi casa cuando cumplí la mayoría de edad porque no quería molestar más a mis padres.

Comencé a tener pensamientos constantes de suicidio, lloraba todas las noches y sentía que mi consciencia me estaba susurrando y recordando lo poco que valía y que para acabar con ese dolor yo mismo tenía la solución. Esos pensamientos me rondaban todos los días ya no soportaba ser parte de este mundo,  de vivir solo para trabajar, de no encontrar motivación y no saber el propósito de mi vida. Quizás ya no lo había intentado antes porque era un cobarde y por todo el dolor y tormento que traería a mis padres.

Comencé a mirar con odio a las personas que se veían felices y en el trabajo nadie se acercaba a mí, comencé a tener problemas por el horario de llegada, por el rendimiento y por el comportamiento hasta que finalmente me despidieron. Esa misma noche decidí suicidarme, deje una nota en mi departamento, me fui primero a un bar y gasté todo el dinero que me sobraba en bebidas a modo de reunir el valor que necesitaba, cuando salí y me dirigía al puente comencé a recordar toda mi vida, mi juventud, a mis padres, a ella y nuevamente sentí el dolor. Me sentía excitado, el calor era agobiante, las sirenas de las ambulancias a lo lejos me ponían alerta, me preguntaba si además de mis padres alguien se sentiría triste con mi muerte, fantaseaba en que podría mirar a las personas que iban a mi propio funeral y que por fin podría ser el centro de atención en algo.

Me pare sobre la baranda, el viento me golpeaba la cara, sudaba mucho, el alcohol no hacía efecto pero en el último instante en un arrebato de estúpida valentía me incline hacía el precipicio para escapar de este horrible mundo y del dolor agobiante de mi existencia…



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En el texto hay: soledad, realismo

Editado: 04.08.2020

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