El sillón

Los ojos de un bebé.

-Cómo quieres llamarla?- Celine sostuvo a la recién nacida cerca de la débil madre para que la viese, la pobre mujer estaba extenuada.

El cabellito negro y húmedo de la cabecita,fue acariciado por su trémula mano.

- Adelaide ,cómo mi madre - ni siquiera tenía fuerzas para llorar o para sostener a su bebé.

Celine sintió que el corazón se le estrujó. Era una de las pocas personas que se habían apiadado de la pobre Marie. Tan joven y tan hermosa, y se había enamorado de ese oficial.

La comunidad la había repudiado en cuanto el romance salió a la luz, y la pobre mujer,a pesar de que el oficial le enviase dinero para sostenerse, difícilmente hallaba quien le vendiese alimentos.

Con el embarazo, la desnutrición se aumentó. Entonces conoció a Céline,mientras tocaba a la puerta de su casa un mediodía caluroso del mes de marzo. El marido de Celine por supuesto de opuso a que su mujer le ayudase a esa "traidora, ramera de los ingleses"pero Celine no se intimidaba fácilmente y cuando sabía que lo que hacía era lo correcto, nadie,"ni el rey,ni Napoleón" decía ella,la harían desistir.

Celine la recibió en su casa y le brindó comida, hospedaje y cuidados. Marie le pagaba lo recibido con el dinero que él oficial le enviaba cada mes, pero la salud de Marie se estaba deteriorando con él acercamiento de su alumbramiento.

Marie murió ese mismo día más tarde, el hombre de la casa puso el grito en el cielo,al darse cuenta de que tendrían que hacerse cargo del funeral y después de la huérfana.

Celine no le prestó atención, mientras lo dejaba gritar primero y luego rumiar su descontento.

Ella lavó con respeto y cariño a la difunta, mientras su hija mayor cargaba la pequeña y mojaba un trapo en leche de vaca recién adquirida,para alimentarla.

Después del pobre sepelio, con solo la presencia del cura a quien Celine le pagó con las últimas monedas de Marie, ella y su hija con la bebé y su hijo de seis años , regresaron a la casita y Celine se dió a la tarea de escribir una carta al oficial,padre de la pequeña.

La niña tenía dos meses cuando por fin llegó una misiva del capitán Harris. En ella le pedía que,cuidase de la pequeña mientras el regresaba de la guerra y se establecía para poder recogerla. También le enviaba dinero para la manutención de la pequeña y otra porción para pagar sus cuidados.

La niña pues, bastante afortunada,se crió en esa casita con la amabilidad, cariño y cuidados de Celine y su hija mayor.

Era hermosa, regordeta y feliz. Tenía un cabello negro, suave y fino, unos ojazos azules grandes y brillantes con unas pestañas larguísimas.

Seguramente el color de los ojos lo había heredado de su padre, el cabello era herencia de Marie.

Celine procuró con dinero que le envío el oficial, bautizar a la pequeña y tener su fé de bautismo con la fecha de nacimiento y su nombre: Adelaide Marie Dionne Harris.En la fé de bautismo también se encontraban los nombres de ambos padres.

Cuando el padre por fin llegó por su hija, la pequeña estaba bien cuidada y sana.

Los ojos de la bebé, atraparon el corazón del oficial Harris,los rizos largos y negros,la carita risueña le recordaba a Marie,a quien había amado.

Le entregó el último pago a Celine con su sincero agradecimiento y su disposición a ayudar a la familia cuando lo necesitasen,se despidió de ellos y se llevó a la pequeña a vivir con el a Inglaterra.



#3720 en Novela romántica
#1318 en Otros
#263 en Novela histórica

En el texto hay: trabajo y amor, orfandad

Editado: 17.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.