El sillón

Remodelación y construyendo una casita.

El conde sabía que en tres semanas no podría hacerse todo el trabajo que había decidido hacer en la mansión y en la casa para Adele.

Sí ,había decidido construir una pequeña casa de tres habitaciones, justo al lado de la casa del señor Harris.

Y Adele tendría su independencia, hasta cierto punto.

Él señor Perkins se había asustado al tercer día de su llegada, cuando el conde le había comunicado que, haría una casita para la señorita Harris y construiría sanitarios para gran parte de las habitaciones de la casa. Esa era la enorme reforma que había proyectado hacer.

Hacia poco tiempo que en conversaciones con él capataz Mc Hannon, éste le había hablado acerca de la nueva novedosa manera de los nobles del norte de Inglaterra para hacer y deshacerse de sus necesidades fisiológicas.

Tuberías de barro cocido, unidas con barro. -Él truco o detalle - había dicho Mc Hannon,- era el nivel descendente de las tuberías y la construcción de fosas sépticas.

Aquello había llamado su atención,lo suficiente para decidir hacer la reforma.

Para que eso,fuese viable antes de que la condesa nueva,viniese a casa, él había decidido vivir durante seis meses en la ciudad.

Iría y vendría del campo a la ciudad hasta que la reforma estuviese concluida.

Él Mr. Mc Hannon sería el encargado de supervisar las obras.

Pero, antes de que se construyesen los baños, se construiría la casita para Adele. Dos habitaciones y un pequeño saloncito y una pequeña cocina juntos.

Y todo eso sería posible, también debido a que Miss Cuervo viviría con Adele.

El conde no se dirigió a ella a solas,todo lo expuso frente a Mr Perkins y Mr.Mc Hannon y Adele.

Ella tendría su casita. Ella se puso muy feliz. Si bien él estaba tomando una distancia bastante prudente con ella, también estaba interesado en su bienestar.

-Eso es suficiente - se dijo a sí misma Adele - es suficiente - ya no tendría que vivir en la gran casona.

Sería más fácil así matar cualquier ilusión que aún quisiera dominarla respecto del conde.

Porque la pobre Adele descubrió que ella lo quería,y lo quería mucho.

Se miró al espejo. Y se desafió a si misma.- Una vez casado, perdido para siempre. No hay nada que sentir,nada que desear,nada que esperar . Nada.-

El conde en realidad nunca previó lo que sucedería en los meses subsiguientes.

Tres semanas siguió con su rutina. La noche anterior a su partida, ocho días antes de la boda, le pidió a Adele que le avompañase.

Solo por esa noche.

Él no le faltaría respeto. Solo quería hablar con ella. Cerca, juntos. Hablar,recordar. Una despedida.

Ella accedió.

Él ocupó el nuevo sillón. Tomó : Los viajes de Gulliver,de la estantería. Ella se sentó a sus pies, recostando su cabeza en su rodilla. Cómo antes.

-Si me estoy casando es por mis padres,no por mí -

Ella no dijo nada.

-Siempre te he querido Adele-

Ella no pudo hablar. Se le formó un nudo en la garganta. Se sentó derecha y miró hacia el frente.

-Me voy a casar por qué no hay otra opción para mí -

Ella entonces pudo sentir su dolor. Él no quería casarse.

-No sé que pasará en el futuro,solo espero que permanezcas cerca,para poder cuidar de tí -

-Entiendo señor -

Él se inclinó hacia ella.-Me quieres aún Adele querida?-

-Si señor -

-No me llames señor,no hoy porfavor -

-Le quiero conde. Pero entiendo que usted y yo no podemos estar juntos,como una familia -

Ella se aclaró la garganta.- Entiendo que ni usted ni yo, debemos dar rienda suelta a este amor.- Lo miró a los ojos.- Usted tendrá siempre mi cariño y mi lealtad amo-

Estaba llorando. Él extendió la mano y le tocó la cabeza acariciando su cabello.

-Mi señor, una vez casado, por favor procure amar a su esposa, aunque lo que siente por mí se deshaga para siempre. Yo lo aceptaré. Ella debe contar con su honestidad y lealtad -

El conde, tragó saliva dificultosamente. Se le sobre cogió el espíritu de emoción.

-Siempre tendrás la libertad de decirme lo que necesites.-

-Le agradezco señor -

-Me abrazaras Adele querida?- el se puso de pie.

Ella entonces se levantó del piso y se echó a sus brazos.

Ambos permanecieron allí por bastante tiempo. Ambos estaban conmovidos. Entonces Adele se permitió llorar y el también.

Sí el se casaría. Lo que el conde no sabía,era que ella también lo haría, y que eso le dolería. Mucho.



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En el texto hay: trabajo y amor, orfandad

Editado: 20.05.2025

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