El sillón

Él día.

Adele.

Extendí mis piernas y dí un paso hacia adelante. Era el día. Día de bodas.

Eran cerca de las cinco de la mañana.

Caminé hacia los campos de las ovejas, estaban ahí, quietas,cabezas abajo mordisqueando el pasto. Por lo que se sentía en el ambiente, sería un perfecto día de primavera.

Seguramente la boda se llevaría a cabo sin contratiempos.

Tuve invitación pero no pude hacerlo. Él Mr. Perkins se había ido a la capital el día anterior para asistir. Suspiré profundamente,estaba en un estado suspendido entre la vida del pasado, la vida actual y la vida futura próxima.

Con la nueva condesa, todo cambiaría. Solo esperaba que, mi puesto no me fuese quitado por mi condición femenina. Suspiré de nuevo, aunque estaba triste, había en mí una decisión muy arraigada de cumplir con mis obligaciones de la mejor manera posible y no tener problemas. Me dedicaría por entero a mí trabajo. No era una vida muy deslumbrante, pero era buena y segura. Lucharia por mantenerme cuerda, trabajadora y discreta.

Desde el día de la boda, los siguientes acontecimientos se sucedieron de un modo bastante activo. Los cargamentos con piedra, mortero y madera, comenzaron a llegar a la gran mansión.

Era una promesa en proceso de cumplimiento. Los trabajadores se presentaron seguidamente y , debí agradecer que, la construcción de la casita se iniciaste casi inmediatamente después de la boda del amo.

Ver el inicio de la construcción,me llenaba de ánimos, aunque debo decir que por algunos momentos,cada vez que salía de la casa grande a los alrededores.

Ver los pozos para los cimientos, las mezclas de mortero, las piedras siendo colocadas,me llenaban de entusiasmo momentáneo.

Él amo se presentó por la mansión casi dos meses y medio después de la boda.

Yo no sabía que esperar en cuanto a su actitud. Así que permanecí alerta a sus cambios de humor.

Pero él amo no cambio su comportamiento para conmigo, siguió tratándome con respeto y distancia .Yo respeté también esa distancia. Era lo más correcto. No iba a buscar oportunidades de interacción con él.

La condesa no llego junto al amo,en cambio, llegaron dos personas,su antiguo mayordomo y su antigua niñera.

Y también llegó con la novedad que,la casita tendría una habitación más, la anciana y guapa señora, viviría conmigo y con Miss Cuervo.

Se procedió entonces a expandir la construcción.

-Que le parece señorita Harris?-

Estaba mirando la construcción con mucho interés.

Las paredes ya estaban siendo levantadas. Y yo miraba bastante contenta .

-Me parece que usted sabe construir casas -

No sonreí. Debía tener mucho cuidado de no sonreír a ningún hombre, podría ser que pensaran que yo abría la posibilidad de coqueteo.

Y yo había decidido no casarme.

-Mi padre me enseñó, en mi tierra,la mayoría de los hombres saben construir sus casas,y aunque aveces , algunos ingleses piensan que somos menos inteligentes que ellos, la realidad es que no es así -

-Entiendo -

Él se rió, - En realidad no creo que me entienda, pero no importa - miró hacia el frente con seriedad.

-Porqué piensa eso?- curiosidad,me había ganado la curiosidad, no debía envolverme en una conversación.

Me arrepentí de inmediato.

-Se ha sonrojado - el tenía esa pequeña sonrisa que les encantaba a mis compañeras.

Carraspee.

-Debo irme -

-Disculpe usted si le ofendí,solo quería explicarle,como es que hacemos las casas en Escocia, es..algo con lo que crecemos los niños allá. La vida es vista de otra manera, tenemos nuestra propia forma vivir - se había puesto serio.

Luego continuó

-Las paredes se elevarán al frente y detrás, y el techo reposará sobre ellas. Haremos una buena construcción para usted, y las otras señoras.-

Incliné la cabeza asintiendo. Y se me volvió a salir, yo y mi boca imprudente.

-Extraña su hogar?-

Me miró, él no esperaba esa pregunta.

Meneó la cabeza,-claro que lo extraño. Es una sensación de desear estar ahí, pero por el momento no me es posible -

Apenas iba a hacer otra pregunta y justo en ese momento, Miss Cuervo y sus ojos de fuego,me llamaron desde la vereda.

Suspiré aliviada, por lo menos no continuaría con la conversación.

No. Para nada deseaba complicarme la vida, permitiendo a un hombre entrar en ella.

Sí,yo deseaba seguir siendo un "huerto cerrado".



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En el texto hay: trabajo y amor, orfandad

Editado: 20.05.2025

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