Después de que Mc Hannon se fue, Adele se ha vuelto más seria y distante conmigo.
Está poniendo barreras. Unas barreras que yo ciertamente voy a respetar. Ha perdido peso. Se nota que se está esforzando,tal vez por olvidar a Mc Hannon.
Evita conmigo,todo contacto innecesario. Evita ir a fiestas, va fielmente a la iglesia y participa en reuniones de caridad.
Yo he querido ayudarla, consolarla, pero no puedo hacerlo y ella no permitirá que yo traspase ciertos límites del decoro.
Llegó el verano y le permiti a Joseph llevarla a Brighton dos semanas, espero que a su vuelta, ella esté mejor , más alegre,con más espíritu ante la vida.
Extracto del diario personal del conde.
Adele.
Realmente en ese momento no me he percatado de cuan afortunada he sido. En estos últimos tiempos,me he estado convenciendo de que es obra y gracia de Dios.
El reverendo ha dicho que ni un solo cabello cae de nuestra cabeza sin que Dios lo sepa. También ha dicho,en otras palabras, que si Dios cuida de las aves, también cuida de sus hijos . Últimamente he estado más perceptiva a lo espiritual. A lo que no se ve.
Creo que a Dios le importa, le importa lo que me pasa. Le importo yo. Y eso ha traído un consuelo a mí corazón. No importa lo mucho que me he equivocado, no soy un desecho que el arrojará de sí.
Leí en el libro de los Hebreos que él nos invita a acercarnos a él. Entonces lo he estado haciendo. Por las noches oro y le digo lo que pienso y siento. Por las mañanas le agradezco por estar viva, por todo lo bueno que disfruto.
Soy afortunada, y lo he meditado. Cuando quedé huérfana, Céline estuvo ahí para mí. Cuando papá murió,mi tío estaba ahí para mí. El conde me dió la oportunidad de una educación y escogió al mejor maestro que pude aspirar. Esa es una razón más para agradecer,y para no seguir arrepintiendome de haber rechazado a Mc Hannon. El conde actual me ha dado la oportunidad de ser su administradora,esto es algo bastante fuera de lo normal. Debo ser agradecida y contar mis bendiciones. Porque cuando miro afuera a la vida común, entiendo que hay muchos que quisieran tan solo una oportunidad. Afortunada,eso es lo que soy, gracias a Dios y a las personas que me han hecho un bien.
La vida normal no es algo fácil para el común de las personas, pero con las pequeñas o grandes peripecias,se debe reconocer que se puede encontrar felicidad y se puede vivir en ella.
He de reconocer que,desde que he atendido a mi necesidad del espíritu, desde que me he acercado a Dios con sinceridad en mi corazón,estoy más en paz conmigo misma.
Dos años después.
La condesa estaba realmente desmejorada. Estaba perdiendo peso y débil. Había perdido su primer bebé y estaba extremadamente triste.
Miss Cuervo la sostenía de un brazo y su doncella del otro mientras la llevaban con cuidado a través del jardín. El médico había dicho que ella debía tomar el sol antes del medio día.
La miré por la ventana del despacho y dije en voz alta, olvidando por un momento que el conde estaba ahí sentado ante su escritorio.
-Espero que Dios le de fuerzas y que su salud se restaure-
El se puso de pie y se acercó también a mirar por la ventana.
-Yo también lo espero -
No me miró, pero yo supe que la tristeza no sólo la tenía ella, él también estaba triste y dolido.
-Lo siento mucho exelencia - dije haciendo una pequeña pero respetuosa reverencia. El me miró y asintió, pero no dijo nada más.
Regresé a mi banquillo y seguí con mi trabajo.
Cuatro años más tarde.
Tenía ya veintitrés años.
Debí acudir junto con los condes a esa velada en la ciudad.El lugar de la pequeña y exclusiva fiesta, estaba iluminado por muchas velas. Ni siquiera intenté contarlas ,cómo lo había hecho en otras ocasiones, sabía que tal cantidad de ellas, suponía un gasto bastante grande.
Últimamente todo lo medía en números. El gasto de casa,del mantenimiento de ella, derivado en sueldos, manutención,arreglos y provisiones.El rendimiento de la finca y muchos otros detalles que debía manejar diariamente.
Me había encontrado a mí misma haciendo plan de ahorros y luchando con los imprevistos. El amo quería invertir en una fábrica de loza.
Esa noche, debíamos reunirnos con algunos inversionistas.
Después de que fuí algunas veces a la ciudad y conocí a la modista de la condesa, que aunque yo no lo quisiese, yo tenía la responsabilidad de decidir,cuántos vestidos, y prendas de vestir podía ella comprar por temporada, bajo su directriz,me envíe a hacer tres vestidos de gala para fiestas. Debido a mi condición, la modista decidió que los colores adecuados para mí indumentaria eran el marrón,el gris obscuro y el negro.
-Haremos que te veas elegante, pero no muy llamativa- había dicho mirándome.- tu fuerza está en verte sobria e inteligente, haremos que está gente te tome en cuenta por tu aspecto,lo demás - me echó otra mirada- depende de tí -
Así que ahí estaba yo. Con unos discretos adornos y con mi vestido de seda negro. Miss Cuervo me había mirado y me había aprobado con una pequeña sonrisa y un asentimiento de cabeza. Suspiré."Bien leones, allá vamos"
Nunca me cruzó por la cabeza,a quién o quiénes me encontraría allí.