Arrepentirse 2.

Adele abrió los ojos. La tenue luz del nuevo día inundó la habitación. Parpadeó. Su cerebro lento, intentó comprender, porqué había alguien en su habitación?, la figura estaba de espaldas, completamente vestido. Era un hombre. Comenzó a asustarse. Que hacía allí?.

Jaló con miedo la cobija para cubrirse, entonces se dió cuenta con horror, que estaba desnuda . Sí desnuda. Completamente.

Su corazón comenzó a latir apresuradamente dentro de su pecho golpeando sus sienes. La figura se dió la vuelta. Era el conde.

Horror. Que estaba pasando?. Comenzó a respirar apresuradamente.

-Adele por favor - extendió ambas manos frente a él.- tranquila -

-Que ha pasado?, porqué está usted aquí?!- sumamente horrorizada.

-Necesito que estés tranquila y me escuches - hizo una pausa y la miró a los ojos.- tranquila -

Ella, acostumbrada a obedecer se controló.

-Voy a darme la vuelta, vé al vestidor, vístete lo más pronto posible. Hablaremos en tu habitación -

En cuanto el se dió la vuelta y se acercó a la ventana, ella se bajó con rapidez y se puso la ropa interior. Se abrochó el corset como pudo. Se encajó el vestido y se puso los botines a la velocidad más pronto que pudo.

-Estoy lista -

El le echó una mirada- tus medias...y tú broche.-

Estaba sumamente avergonzada y a punto de echarse a llorar. Recogió sus cosas y al alcanzar el broche que asomaba bajo la sábana, vió las manchas de sangre y se paralizó. El se acercó a ella que estaba atónita.

Entendió de inmediato y se sintió peor. El peor hombre del mundo.

Lo que sucedió después fue tan rápido. El conde le pidió que regresará a su habitación y fingiera dormir ahí. Se irían a primera hora de la mañana. El conde instruyó a su ayuda de cámara y él le ayudó a conseguir sábanas nuevas en tiempo récord,las sábanas manchadas fueron quemadas en la chimenea de la habitación del conde.

Para las siete de la mañana ya se encontraban todos tomando un rápido desayuno y despidiéndose del padre de la condesa, que era el único que tenía la costumbre de levantarse temprano.

-Asuntos urgentes - dijo el conde con cara de pocos amigos,ante la pregunta de su suegro,del porqué de tan repentina marcha.

La madre de la condesa aún no bajaba y para el caso fue lo mejor y uno de los objetivos del conde.

El viaje de regreso fue peor. Nadie dijo una sola palabra, no se detuvieron en ninguna posada y llegaron a casa cerca del medio día.

Adele agradeció a la condesa y se despidió rápidamente. Llegó a su casita y se metió rápidamente en su habitación,y se echó a llorar, en esa horrible casa había perdido algo que jamás podría recuperar.

No probó bocado,solo lo que se había forzado a comer en el desayuno. A raíz de eso, tenía un dolor estomacal.

Era de noche. Se había quedado dormida. Alguien estaba tocando la puerta.Eran cerca de las diez de la noche,lo decía claramente el reloj de la repisa. Se levantó con dificultad se palpo el cuerpo. Vió en el piso el vestido verde y todo lo demás. Le entró de nuevo un ardiente deseo de llorar,la puerta seguía siendo tocada.

Abrió. Allí estaba él. Entonces ya no pudo contenerse, y se echó a llorar desconsoladamente.

Ella se sentó en el sillón. El sillón de cuero rojo que él le había regalado. Estrujó el pañuelo, que el le había tendido.

-Por favor Adele- hizo una pausa- estoy intentando entender como ha sucedido esto y como es que llegamos hasta lo que llegamos -

Ella puso ver qué él estaba sumamente molesto y avergonzado,mortificado y que en sus ademanes nerviosos se percibía cierta impotencia.

-Que es lo último que recuerdas?-

Ella se limpió las lágrimas y exhaló.- Tome...un té, la criada que me atendió ella... Me dió un té.- lo miró - no recuerdo nada más - dijo sinceramente. Luego se aclaró la garganta..- recuerdo que de pronto sentí un mareo, ella estaba cerca,se me nublo la vista... escuché que llamó a alguien, ella dijo: la señorita está indispuesta, sentí que alguien me sostuvo...- alzó la vista hacia él - no recuerdo nada más - dijo lentamente.

El se quedó meditando unos minutos que parecieron muchos.

-Creo que alguien nos tendió una trampa -

-Trampa?, porque?- estaba sorprendida y alarmada.

-A mi también me ofrecieron una copa de vino, pero solo después de haber bebido algunas antes. Pero el vino que me ofrecieron tenía otro sabor, pensé que tal vez era francés o italiano. Me bebí toda la copa. Después me sentí... bastante acalorado y mareado. Y.. alguien estuvo ahí para sostenerme y llevarme a mi habitación. Recuerdo que alguien me dió un vaso de agua, pero no tenía sabor a agua. Sé que alguien me desvistió, porque pude sentir sus manos en mi ropa. Y sé que no fue George,( el ayuda de cámara) yo le di permiso de ausentarse esa tarde. Volvió temprano al día siguiente.- el detuvo su narración y la miró.

-Perdoname por favor Adele yo... Yo te hice daño. Yo..no era yo.- se levantó y caminó frustrado por la pequeña habitación - se acercó a ella y puso una rodilla en él piso.- Perdóname,te lo suplico - estaba turbado y con una profunda consciencia de responsabilidad, aunque no fuese su culpa.

Ella asintió levemente.

El le besó la mano respetuosamente. Y se puso de pie.

-Usted... usted me.. tocó?-

El asintió. - No me justifico, pero realmente sentí un deseo tan fuerte y..yo pensé que eras mi esposa - estaba atormentado,sacudio la cabeza - lo he recordado,como entre brumas de un sueño, Adele yo...soy culpable. Si... Si sucede algo - el no quiso decir la palabra, pero ella sí la dijo.

-Embarazo?-

El asintió. Ella volvió a llorar. Desconsoladamente. El se puso de cuclillas frente a ella.-Pase lo que pase,te voy a proteger. Se que alguien planeó todo esto. Debo descubrir quien y porqué lo hizo.- su voz cambió de la ternura al enojo, mientras las ideas iban tomando forma en su cabeza.

Por primera vez en mucho tiempo,Adele se tomó unos días libres. No quería ver a nadie. No quería ver a la condesa. Cómo iba a lidiar con la culpa? Pero no era culpa suya. No. No era su culpa.