El sillón

Intrusa

La condesa estaba feliz, de pasar gran parte de su mañana en el estudio junto a Adele y el niño y por supuesto el conde.

Su risa,nunca antes oída,se escuchaba como un lindo sonido entre las paredes repletas de viejos y nuevos libros.

Adele sonrió. Seguramente estás mismas personas,se asustarían si la escucharán reír a ella, reír de verdad. A carcajada limpia.

La condesa se reía tan musicalmente que era un gusto escuchar.

Un toque en la puerta, desvió la atención de todos. El mayordomo entró solemnemente.

-Conde, condesa - se inclinó respetuosamente - hay una dama en la puerta que dice ser lady Elliot y pide ver a sus exelencias.-

-Elliot?- el conde no recordaba a nadie conocido con ese nombre.

La condesa recordó en ese momento.-Lady Elliot es mi prima,se ha casado con lord Elliot hace unos meses. No le conociste querido,no hemos frecuentado su familia - ella le entregó el niño a Adele - me preguntó que hace aquí, entiendo que radican en Bath -

El conde se puso de pie, -sera mejor que vayamos a atender -

Ambos salieron de la estancia, el dando la precedencia a su mujer.

El conde,pudo sentir cierta animosidad y también cierta ansiedad en la actitud y movimiento de su esposa.

-No te agrada?-

-Quien?-

-Tu prima, lady Elliot -

-No-

El conde la detuvo a medio camino en uno de los pasillos,antes de bajar la escalera.

-Por qué?-

La condesa dudó. El esperó.

-Ella... ella es mentirosa y ... también es .. coqueta,muy coqueta.- su tono de voz era bajo y tímido.

-No tienes que recibirla sino quieres -

La condesa sonrió.- gracias. Pero debo ser por lo menos cortes,por la familia...-

Ambos se dirigieron al recibidor.

La mujer que esperaba en el recibidor era hermosa. Cabello muy negro y ojos azules y una boca grande y bien formada pintada de un color rojo, llamativo.

-Prima querida!- dijo la mujer con entusiasmo - me recuerdas? Soy Rebeca, tu prima -

-Buenas tardes prima - Eleonora dió un paso atrás,para evitar el toque de la mujer.

-Estas hermosa, te has mejorado tanto! ,y supongo que esté apuesto caballero es tu marido - sonrió abiertamente al conde.

-William,querido ,está es mi prima Rebeca,lady Elliot, lady Elliot este es mi esposo, William Bennet conde de Woodstock.-

La mujer extendió la mano y el conde la sostuvo unos segundos sin besarla.

-Un placer conocerlo su exelencia. Ha tenido mi prima, una gran suerte de encontrar tan buen partido -

El conde guardó silencio.

-Para qué has venido?-

Rebeca sonrió, así que ahora él ratoncito de campo,tímido y callado era audaz y directa.

-Estoy viajando a casa de mis padres, mi doncella ha enfermado en el camino,la he dejado en la posada, ahora despedí al cochero para que la lleve de vuelta a casa. - sonrió confiadamente - espero que me permitan pasar la noche aquí -

La condesa miró al conde. Él ladeó la cabeza pero no dijo nada.

-Si es por una noche, está bien - respondió ella.

-Te lo agradezco tanto - parloteo tomando los brazos de la condesa. Ella se soltó en cuanto pudo.

-Le agradezco primo- y le obsequió una hermosa sonrisa al conde.

-No me llame primo, soy el conde de Woodstock, espero que no lo olvide - dijo con el ceño fruncido y secamente.

-No lo olvidaré,conde-hizo una reverencia con la cabeza y soltó una risa.

-Mr Green?-

-Su señora?-

-Lleva a lady Elliot a la habitación de huéspedes rosa-

-Si señora,- se dirigió a la mujer - por aquí Lady Elliot -

El despacho estaba silencioso, interrumpido solo por la nana que la condesa le cantaba al niño.

Lo sostenía frente a la ventana y los rayos del sol matinal, pintaban de dorado la suave piel rosada del bebé.

Adele escribía y escribía numeraciones. Hacía operaciones matemáticas y hacía listas de cosas que atender.

El conde respondía cartas y en esa preciosa mañana de mayo, una calma tan apreciada se extendía por la habitación.

La puerta se abrió sin aviso alguno chirriando un poco y asustando al bebé que se estaba quedando dormido. Se echó a llorar.

La condesa volvió la vista molesta. Era Lady Elliot. Con esa mirada inocente, y esa sonrisa que pretendía ser casual, entró disculpándose en la habitación.

-Querida Eleonora,te estaba buscando!-

Adele levantó la vista de sus numeraciones. El conde la ignoró.

-Conde, primo querido buen día!-

El conde levantó la vista hacia ella.- le he pedido que no me llame primo, vuelvo a recordarle que para usted,soy el conde de Woodstock, no ose volver a llamarme como lo ha hecho -

-Una disculpa conde- sonrió melosa. El conde la miró severamente.

Luego, lady Elliot se fijó en el pequeño bulto que Eleonora tenía entre sus brazos. Abrió la boca y los ojos con sorpresa!

-Tienes un bebé!-...



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En el texto hay: trabajo y amor, orfandad

Editado: 20.05.2025

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