La gran avalancha de acontecimientos, que sucedieron el verano número catorce,( edad de su hijo), conmovieron los cimientos mentales y emocionales de Adele.
Ese verano, comenzaron las verdaderas tragedias.
Después del año número doce,el niño que ya comenzaba a ser un adolescente, comenzó a distanciarse de Adele poco a poco. Ellos lo percibió y luchó contra ello, pero era tan discordante y paulatino que,no sabía cómo seguir persistiendo para que la comunicación entre ellos no muriese.
Las cartas mensuales que escribía dejaron de recibir respuesta. Cuando llegó a casa para celebrar la navidad ese año, la condesa rogó al conde, que permitiese a sus padres venir a celebrar fiestas con ellos y para completa sorpresa y desagrado de Adele, el muchacho se llevaba bien con sus abuelos maternos, que en realidad no eran sus abuelos.
El corazón de la madre comenzó a agrietarse. Esto era peor de lo que había imaginado. Era lo peor que podría pasarle.
Después, los viajes de los condes , los viajes con los abuelos en verano,todo , todo se interpuso entre Adele y su hijo, William Joseph tercero.
Ella lo intentaba,una y otra vez, la mayoría de las veces consiguiendo unas pocas palabras. Después, la distancia se volvió real.
Su hijo estaba separado de ella,no sólo física ,sino mentalmente.
Estaba dejando de sentir apego por ella. Y dolía terriblemente.
La situación se agravó aún más cuando ese otoño, el otoño número catorce, sucedió el imprevisto,la tragedia familiar.
Había sido un día tormentoso, pero le fue necesario al conde, salir a la capital para asistir a un compromiso ineludible.
Una carretera húmeda, lodazal, precipicio, accidente. Un accidente y el conde ya no estaba.
El conductor y los caballos, muertos. El conde desaparecido.
La noticia fue terrible, el chico tuvo que salir de la escuela, y regresar a casa prontamente. La condesa cayó en cama agravando así su situación física debido al impacto de la noticia.
Adele nuevamente, en shock, debió hacerse cargo de las diligencias, junto a Miss Cuervo, Mr Green y el abogado.
No había cuerpo,que es lo que iban a hacer?.
El joven estaba silencioso y apagado. Su madre en cama con laudano. Los abuelos llegaron prontamente, ambos pares de abuelos. El chico era menor de edad, aún no podía hacerse cargo del condado.
Lo que sucedió después fue un martirio mental para Adele.
Se intentó buscar información del conde, pero era como si la tierra lo hubiese tragado. Nada. Absolutamente nada.
Con el pasar de los primeros meses, después de soportar a la madre de la condesa todo ese tiempo, se decidió abrir el testamento.
Lo cual trajo bastante disgusto tanto para los padres del conde,como para los padres de la condesa.
Adele había sido nombrada albacea y tutora del joven conde y nadie exepto la condesa ,débil y bastante desmejorada estaba de acuerdo con ello.
Sus suegros presionaban, los padres de la condesa, también. El abuelo paterno del joven, deseaba ejercer el mismo el condado, hasta la mayoría de edad de su nieto. Pero el documento decía lo contrario.
Entonces sucedió lo inevitable, Adele fue presionada por el padre del conde,para renunciar a sus derechos como albacea y tutora,a cambio de su permanencia como administradora.
Fue humillada e insultada por la madre de la condesa y fríamente rechazada por la madre del conde desaparecido.
Hubo momentos que quiso renunciar, pero renunciar para ella significaba renunciar a su hijo,y no lo hizo.
El joven se volvió aún más distante y callado. Ella decidió que,lo mejor era que volviese a la escuela.
La condesa puso fin parcialmente a la discusión,al pedir a ambas parejas de abuelos que,se respetase la voluntad de su esposo.
Cuando el joven volvió a la escuela, los abuelos abandonaron la casa, sin preocupación por la deteriorada salud de la condesa.
Hola, lamento haber desaparecido un buen tiempo, tengo bastante trabajo por estos días, seguiré actualizando como vaya pudiendo,volveré un poco más regular la última semana de julio. Gracias por leer. Dios te bendiga.