El sillón

Nebulosa

El hombre bajó lentamente la escalera de madera pulida. Katerine alzó los ojos de la taza que servía.

-Se ve usted, bastante pálido- el hombre la miró y asintió.

-Quiere té?- él asintió de nuevo. Se aferró a los objetos fuertes que iba encontrando hasta llegar al sillón. El esfuerzo le había robado las fuerzas.

Katerine sintió un poco de compasión,solo un poco.

-Debe sentarse- lo observó mientras el hacía un último esfuerzo por alcanzar el sillón con su cuerpo.

Ella le acercó la taza de té humeante y la dejó en una pequeña mesa circular cerca del sillón.

El cerró los ojos y permitió a su mismo recuperarse un poco antes de intentar tomar la taza de té.

Katerine no desvió la mirada. Estaba bastante delgado. Tenía unas pocas canas en el mechón de la frente.

De dónde venía?, Quien era?

Con estos interrogantes en mente, ella simplemente se preguntaba si el recordaba algo.

-Recuerda usted algo?- sacudió la cabeza.

El nego lentamente.

-Deja de interrogar al invitado querida hermana - la voz de su hermano penetró la estancia.

-Veo que se ha levantado usted señor - el enfermo asintió.- no se esfuerce- luego se dirigió a su hermana- di que nos sirvan la cena aquí - ella salió del lugar para hacer los preparativos.

-He hablado con el sr. Clifford ,el reverendo , le he pedido que escriba a los condados cercanos,para saber si alguien le está buscando,- hizo una pausa - aún no hay noticias, pero si hay alguna novedad,le haré saber .- el enfermo asintió débilmente.

Los meses pasaron. Años después, ni Adele,ni Mr Green,ni Miss Cuervo, entenderían, porque nunca se tuvo noticias del conde, solo ochenta millas,y ninguna noticia se cruzó.

La condesa murió el siguiente enero y la tristeza hizo presa del joven conde que, no quería hablar con nadie. Se encerró en si mismo. Y regresó a la escuela.

A pesar de tener solo treinta y dos años,Adele se sentía tan envejecida. El abuelo del joven seguía presionando, hasta que el abogado dijo que, si estaba en desacuerdo, llevará el asunto a la corte, entonces,solo entonces desistió. No, no estaba dispuesto a renunciar a su vida cómoda e indolente,solo por ambición, porque eso era lo que buscaba, tener acceso a la fortuna de su hijo y nieto.

Pero el conde había sido específico al respecto. Todo sería manejado por su administradora y su abogado, la casa por su mayordomo y ama de llaves, y escribió para vergüenza de su padre, que su padre no estaba calificado para manejar el condado debido a sus problemas con las apuestas.

No iba a ganar el caso,lo supo de inmediato.

Entonces, poco a poco,sobrevino entre toda la tristeza,un poco de paz.

Katerine estaba prendada de ese hombre, porque a pesar de estar amnésico,era un hombre educado, ella intuía que era un caballero.

Su hermano, lo había hecho su compañero de negocios. Y el hombre,en cuanto se recuperó, empezó a buscar la manera de trabajar para contribuir a la familia.

Iba a la iglesia todos los domingos y hacía oración. Deseaba saber quién era él, era algo que no lo dejaba tranquilo.

Mientras el hombre amnésico se acostumbra a a su nueva vida, haciéndose útil a la familia, administrando la granja y acompañando al dueño, el joven hijo creció.

El año diecinueve regresó a casa con un diploma de estudio y preparado para asumir el condado. Con su llegada, el corazón de Adele se alegró, pero tiempo después también se le rompió.

Los abuelos maternos vinieron para quedarse. Y el conde nuevo,en cuanto tomó posesión,la despidió.

Su hijo,la desechó.

Le permitió seguir viviendo en la propiedad que el conde,su padre, había construido para ella, por qué era de ella.

Esa noche Adele no durmió. Lloró y lloró toda la noche. Ante sus ojos pasaron todos los cuadros importantes de su vida, que la habían llevado a ese momento.

El hombre amnésico se iba a casar. Sí. La insistente devoción y el carácter abierto de Katerine le habían inclinado a aceptar su amor.

Sin embargo,algo muy dentro de él,no se sentía completamente en libertad para hacerlo, pero según las cuentas de Katerine,habían pasado ya casi cinco años. Y nada. Ni memoria,ni noticias.

Una noche, acostado en su cama, soñó. Una mujer alta muy delgada, rubia y hermosa, de aspecto frágil tomando de la mano a un niño de cabello negro. Un niño tan hermoso que su corazón dió un salto. Se levantó de la cama asustado. Era la primera vez que sonaba algo así. Se quedó bastante tiempo sentado y meditando.

Si se iba a casar con Katerine, primero iría a Londres, si el era alguien conocido, alguien le reconocería, sino, volvería para casarse y seguir adelante con su vida. Aunque sintiese ese vacío que sentía.



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En el texto hay: trabajo y amor, orfandad

Editado: 04.07.2025

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