El sillón

Acordando.

Adele caminó muy temprano, hacia la casa del guarda. Era probable que su tío estuviese durmiendo. Ella solo quería meditar. Pensar. Qué era lo que debía hacer?- suspiró.

Deber? O querer?. Qué quería? Qué era lo que realmente deseaba?.

Sí,deseaba ser la esposa de William. No del conde, pero sí de William. Lo amaba. Él tal vez lo sabía o tal vez no.

Pero lo amaba y siempre lo haría. Sería capaz de hacerlo?, sería capaz de alzar su mano y tocar la felicidad anhelada?.

Ella bien sabía que era su oportunidad. Pero no podría pasar sobre su hijo para ser feliz. No. Si realmente quería tener su propia porción de felicidad,no podría dañar a su hijo.

Nadie aparte de los cercanos podía saberlo. A ojos del mundo, ella sería la administradora del conde y ya.

El conde tendría que concederle eso. Ningún sirviente podría hablar al respecto.

El conde había sonreído. Ella en realidad no sabía que esperar.

-Acepto tus condiciones,no porque me avergüences,sino por tu delicadeza hacia nuestro hijo. Estoy genuinamente feliz - salió de detrás del escritorio y la invitó con un ademán de la mano derecha a salir de su pequeño escritorio.

Entonces la abrazó y en ese abrazo lleno de calidez, Adele se sintió amada,cuidada y protegida.

Solo permanecieron así,en ese abrazo tan anhelado,tan dulce,en ese instante largo,lleno de serenidad, calidez,tan lleno de felicidad.

Reuniones, ahora sí, había que reunirse con el hijo. Con el tío y la Nana,con Mr Green y Miss Cuervo, con todos los demás sirvientes de la mansión.

La más difícil por supuesto fue la reunión que sostuvieron con su hijo. El joven William,no dijo nada en un principio,guardó silencio. Ellos le dijeron que,nadie aparte de los moradores de la casa sabrían acerca de su matrimonio.

Después dió una sonrisa entre triste y sarcástica.-Me sorprende la ingenuidad de ambos padre, usted cree que los sirvientes se van a guardar semejante secreto? -

-Es lo único que puedo hacer - el conde estaba desalentado. Hubo un silencio sepulcral.

-Quieren realmente saber que pienso?-

-Si por supuesto - dijo el conde, Adele asintió.

-Pienso que deberían casarse fuera, en Gretna Green por ejemplo. Nadie que no pueda guardar el secreto debe saberlo.-

-Esa sería una solución buena, pero no ideal, que tal si tu madre queda embarazada,no podemos ocultarlo de los sirvientes.-

-Entonces, díselo a todo el mundo, cuál es el propósito de guardarlo,si uno de los sirvientes se lo puede decir a otro en la ciudad y luego la información irá de boca en boca, será peor -

-Tu madre,no quiere -

-Si ella no quiere decirlo y harás lo que ella quiere, porqué me preguntan a mí.?- mostró bastante irritación y animosidad.

-Creo que podemos hacer algo así como Gretna Green - dijo Adele en ese momento.

Ambos la miraron,el padre con interés,el hijo,ceñudo.

-Creo que, si celebramos una ceremonia muy íntima,solo el párroco, mis tíos y Mr Green y Miss Cuervo, podremos mantenerlo más en secreto, por lo menos por un tiempo, mientras el joven encuentra esposa -

Hubo un nuevo silencio. El joven conde no supo de momento como tomar el hecho de que ella,esa mujer,no lo había llamado hijo.

-Que te parece?- el padre lo miró con un dejó de preocupación y ansiedad. Su padre siempre lo había amado, siempre había velado por su bienestar, ahora él quería un poco de felicidad, y debido a su enfermedad, quien sabe cuánto durase. Por otra parte , esa mujer, aunque todavía no podía aceptarla, había sido una segunda madre para él. Ella lo había cuidado con mucho amor en su niñez.El no podía negarse.

-Esta bien. Que así se haga.- se puso de pie - si esto es todo, me retiro - hizo una ligera reverencia y salió del despacho.

La ceremonia se llevó a cabo en secreto. El párroco estuvo de acuerdo. La iglesia fue adornada por Mrs Harris,y Miss Cuervo. El vestido de novia era hermoso, aunque Adele se sintiese incómoda durante un tiempo,ante tanta belleza, se lo puso con ilusión.

Era el momento de que la novia entrase a la iglesia. Ella pensó que su hijo no estaría allí y se puso triste. Se quedó de pie,en el pequeño recibidor, sola. Cuando el párroco, que también era un buen músico,comenzó a tocar el piano, ella sintió la presencia de alguien a su lado.

El no dijo nada,solo tomó el brazo de su madre y lo puso sobre el suyo. Ella dejó escapar un sollozo.

Si hijo estaba ahí. Si hijo estaba ahí.



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En el texto hay: trabajo y amor, orfandad

Editado: 04.07.2025

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