El sillón

Final.

Bueno,este es el final del primer borrador de esta historia. Gracias por leerme. Todavía no lo sé por lo cual no puedo asegurarlo,pero si las condiciones de mi situación particular me generan confianza, publicaré otra de mis historias aquí.

Bendiciones para todos!

(Creo que me llevó más de tres caps llegar al final 🤭☺️)

La ceremonia estuvo preciosa. La iglesia, aunque casi vacía, contenía las personas que más le importaban tanto al conde ,como a Adele.

Ella se veía preciosa y tímida a la vez. El estaba muy guapo,en plena madurez. Ella pensó que era justo ese momento en el que podían pensar como perfecto,no antes,no después. Las palabras del párroco llegaron a sus corazones y las guardarían allí mucho tiempo después.

Cuando el párroco presentó al nuevo matrimonio, todos estaban felices. El tío estaba particularmente feliz. Su sobrina estaría bien, después de que el ya no pudiese cuidarla. Su Nana, Mr Harris, derramó lágrimas de emoción. Nunca ninguno de ellos imaginó que esté momento fuese posible. Mr Green y Miss Cuervo se miraron y sonrieron discretamente. Después volvieron a su talante correcto y lógico.

Creo que el regalo más hermoso que recibieron los nuevos esposos ese día,fue la sonrisa,esa pequeña sonrisa de su hijo, que luego se fue haciendo más grande. No era sarcástica, ni burlesca ,era una sonrisa sincera ante la felicidad de sus padres, aunque todavía le costaba aceptar a Adele como su madre.

Después de la ceremonia, irían de luna de miel a un lugar secreto,una sorpresa para la novia.

Después del servicio, compartieron una comida abundante en casa del párroco,sin ningún sirviente presente, Mrs Harris y Miss Cuervo, junto a Mr Green se hicieron cargo de servir a los demás y a ellos mismos.

Después de la comida, el padre y la madre subieron al carruaje,y ahí en el camino frente a la iglesia, el hijo ,la familia y los amigos,se despidieron de ellos. Porque sí, Mr Green y Miss Harris eran ahora sus amigos.

Escocia. Sí Adele apenas podía creerlo cuando el conde abrió la puerta de él carruaje y vió la enorme fachada de un castillo. Era el castillo Mc Hannon.

Fueron recibidos por Mc Hannon en persona y por su esposa y un joven de unos veinte años y una jovencita de unos dieciséis. Ella era hermosa, igual que su madre,con ese mismo cabello rojo.

- Sabía que ella estaría sorprendida!- Mc Hannon se rió y la sostuvo entre sus brazos.

-Calma, calma,dijo el conde ante la efusividad del hombre-

-Vamos hombre! No te pongas celoso tan pronto - y se echó una carcajada al aire frío de la mañana. Las dos mujeres sonrieron y los jóvenes también se rieron. El conde sonrió.

-Vamos, vamos entren!-

El lugar era de piedra, pero exquisitamente decorado. La esposa del laird tenía buen gusto.

Fueron acomodados en una amplia y ventilada habitación de la torre norte.

Adele se caía del cansancio. El conde le quitó las ropas y le dejó la camisola. La tomó en brazos y la llevó a la cama. La cubrió con la manta y Adele se quedó dormida de inmediato.

Luego se despojó a si mismo de sus ropas y se metió a descansar junto a su mujer.

Adele simplemente sentía que estaba flotando en un sueño hermoso. Era como un paraíso, podía besar y tocar y recibir el amor del hombre que amaba sin ningún tipo de restricción. Ella sabía que el la amaba profundamente. Dos semanas,dos semanas para disfrutar un poco del paraíso. Y después volver al mundo real. Ella tendría que reprimirse tal vez lo que quedase de vida, pero estaba bien, estaba bien, Dios ya le había regalado muchas bendiciones. Esa mañana después de meditar en ello, mientras el brazo de su esposo dormido descansaba en su cuerpo, agradeció a Dios por todo. Por lo bueno, por lo malo, porque ese conjunto de todo,la había llevado a este momento. A esta bendición.

El conde había procurado ser delicado con su esposa, no asustarla con su deseo por ella, le había tratado de explicar, que es lo que iba a pasar en palabras sencillas pero se trabó y terminó avergonzado. Ella solo le había tocado el hombro y le había dicho, -confío en tí - y ambos se habían dejado llevar.

Los paisajes de Escocia en verano era preciosos y ambos fueron muy felices ahí, lejos de todo. Una tarde, ella se había quedado sentada en un promontorio lleno de pasto, hierbas y florecillas, mirando al mar. El conde llegó junto a ella y se sentó a su lado. Le tocó un mechón de cabello con suavidad.

-Te ha molestado saber que, intercepte la carta de Mc Hannon ofreciéndote empleo?-

-Un poquito nadamás -ella sonrió. Luego le miró.

-Habias recuperado la memoria cuando abriste la carta?-

-No, aún no lo hacía -

-Por qué decidiste no dármela?-

-No pude explicarme a mi mismo el porqué,ni a tí tampoco,en ese momento. Pero yo sabía que eras alguien importante para mí, aunque no hubiese evidencias. Yo sabía que te debía algo. Solo lo sabía -Adele sonrió.

El amor había traspasado las fronteras de ellos mismos y los obstáculos que se pusieron ante a ellos.

-Esta enfriando, será mejor que volvamos,- él se puso de pie y le ayudó a incorporarse. Adele echó una última mirada al sol que moría en el mar. Se quedaron ahí todavía un tiempo, ella de pie y el detrás abrazándola.

Unidos. Ambos desearon conservar ese sentido de unidad lo que les restara de vida.

Fin.

Espero que hayas disfrutado la historia. Espero, aunque todavía no lo sé, volver a ustedes más adelante con otra de mis historias. Dios te bendiga y te guarde,te guíe y te sostenga, que le permitas ser tu Padre, tu Buen Pastor.

Bendiciones!



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En el texto hay: trabajo y amor, orfandad

Editado: 04.07.2025

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