El Símil: Días de Rebeldía y Noches Monstruosas

PRÓLOGO (por Óscar Millán Vivancos)

 

 

Prólogo a El Símil II, Días de Rebeldía, noches monstruosas

 

            Ha sido todo un honor para mí que Víctor me haya elegido para prologar este nuevo episodio de su saga Identidad. Y me está resultando un verdadero placer. Eso sí, os cuento: antes que nada, me puso a hacer los deberes. Me hacía ilusión, pero había que currárselo un poquillo. Como todo escritor que se precie, he tenido que documentarme para saber de qué iba a hablar. Ya había leído su primera entrega, La cabaña.Aquello me pareció casi un libro de relatos, diverso y muy bien escrito, novelizado y verdaderamente innovador. Así que para acometer la misión que se me había asignado, comencé a entrar en materia, leyendo, en principio, La taberna, libro muy interesante cuyo principal protagonista acaba siendo el mismo autor. Y he seguido acercándome más y más al corazón de la bestia… Por ello, recientemente me adentré en todo un resort narrativo y de acción como puede resultar El símil, ya el antecedente directo del actual Símil II: Días de Rebeldía y noches monstruosas. Y ya vi en El símil una muy consistente construcción narrativa fantástica que se diversificaba en varias, según te adentrabas entre sus paredes de papel, combinándose con los ensayos sobre psicología y psiquiatría que remataban cada relato (casi novela corta cada uno de ellos). Aquello ya era una gran novela, muy maciza, o bien una serie de novelas cortas relacionadas unas con otras, un proyecto realmente ambicioso y bien acometido por Víctor Fernández García. No solo me pareció vanguardista esa hermandad de novelas de ambientación cinematográfica, sino que los intermedios separadores entre ellas, esos ensayos sobre enfermedades mentales, expresados desde el punto de vista de un paciente, enriquecían y refrescaban de modo realmente interesante aquel volumen (sin mencionar la calidad del diseño y las ilustraciones que suelen acompañar los libros de Víctor F. G.).

            El mundo de la literatura en muchas ocasiones es llevado al cine. Sin embargo, Víctor F. G., en las dos últimas entregas de su saga IdentidadEl símil y este Símil II: Días de Rebeldía y noches monstruosas, más bien ha hecho lo contrario: ha engendrado cientos de páginas literarias usando como fuente de inspiración, por momentos, algunos materiales cinematográficos. Cierto es que a su vez esos materiales visuales provinieron en su tiempo de obras literarias de otros autores, así que esto tiene algo de "hacer justicia": deconstruir, descodificar lo que previamente había sido codificado en imágenes por otros. Lo que surgió del papel que vuelva al papel. Por cierto, he dudado, por un momento si mencionar las famosas películas a las que el autor ha hecho un homenaje en esta entrega, siguiendo el estilo de su anterior El símil, pero he llegado a la conclusión de que nos conviene a todos cada vez más que no nos lo den todo masticado, que ya nos basta con la inmediatez de Internet. Que ya comienzan a aparecer talleres para trabajar con nuestro intelecto y nuestras aptitudes memorísticas, para que dentro de algunos años quede algo digno de nosotros. Por tanto, lo bonito es el juego: que cada lector se las apañe para adivinar a qué hace referencia Víctor en cada ocasión. Por otra parte, en general es bastante obvio. Son historias modernas conocidísimas y que no han caducado. Sus elementos principales son fácilmente reconocibles.

            Ya que acabo de referirme a Internet, voy a comentar una curiosidad: Víctor y yo, en el momento en que escribo este prólogo, todavía no nos hemos visto nunca en persona. No por ello diría yo que seamos amigos “virtuales”, ya podemos decir que nuestra amistad, nuestro colegueo, nuestro compañerismo, es algo real. Pero es cierto que nos conocimos, hará más de un año, a partir de que nos caímos bien en una página de Facebook de escritores de todo el mundo hispanoparlante en la que ambos coincidimos y nos vimos luchando, a diestro y siniestro, a capa y espada, contra enemigos virtuales insultantes. Hicimos frente juntos a bastantes mequetrefes que, revolcándose en su pedante mediocridad, creyéndose dioses, intentaban anular a los pocos artistas reales, creadores que realmente sí que aportaban algo nuevo y original a todo aquello. Entre nosotros surgió cierta camaradería, nos caímos bien, y juntos, y tal vez ayudados por algún aliado más, los pusimos a caldo, como Cyrano de Bergerac puso a caldo, él solito, a un centenar de petimetres, en una noche… y a otra cosa mariposa. 

            Así, nos separa el Mar Mediterráneo, pero ya hemos colaborado el uno con el otro en tareas literarias comunes, atacamos juntos al mundo desde la misma revista literaria, y nos comunicamos todo lo que queremos y más ayudados por las redes sociales y hasta algo tan extraño y anticuado como el teléfono, si hace falta. Ya nos veremos en alguna ocasión. Quedan días. Lo cierto es que en la actualidad no conviene viajar demasiado. Seguimos luchando contra una pandemia mundial digna de la atención narrativa de todo buen autor…

            La lectura de El símil II: Días de Rebeldía y noches monstruosas ha sido amena y agradable, ha sido un ejercicio realmente intenso. Es una novela potente, por momentos una rara avis bélica, de fantasía, de ciencia-ficción, de horror… que puede recordar, incluso, la desoladora oscuridad de los potentes bestsellers del berlinés Sebastian Fitzek, por ejemplo (aunque a otros se les haría más evidente, tal vez, un Stephen King).



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En el texto hay: bipolar, cine, identidad

Editado: 09.12.2020

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