El socio de papa.

Capitulo once.

La confesión a mi padre marcó un punto de inflexión en nuestras vidas. Aunque aceptó mi relación con Rogand, sabía que no sería fácil mantener la paz en la familia y en la empresa. La tensión entre mi amor prohibido y las responsabilidades familiares se volvió más palpable con cada día que pasaba.

Rogand y yo continuamos nuestra relación en secreto, pero la presión de mantenerla oculta comenzó a desgastarnos. Una tarde, después de una reunión en la oficina, nos encontramos en nuestro lugar de encuentro habitual.

"Esto está volviéndose insostenible," dije, sintiendo una mezcla de frustración y desesperación. "No puedo seguir viviendo con el temor constante de ser descubiertos."

Rogand me abrazó con fuerza. "Lo sé, y quiero encontrar una solución. Pero no quiero perderte. Eres todo para mí."

Sus palabras me conmovieron, pero también me hicieron darme cuenta de la magnitud de nuestro dilema. ¿Cómo podíamos encontrar un equilibrio entre nuestro amor y las responsabilidades que teníamos hacia nuestras familias y la empresa?

Con el tiempo, comenzamos a discutir posibles soluciones. Una de ellas era revelar nuestra relación a todos y enfrentar las consecuencias, pero sabíamos que eso podría poner en peligro la empresa y la relación con mi padre. Otra opción era terminar nuestra relación, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a renunciar a lo que sentíamos el uno por el otro.

Finalmente, decidimos mantener nuestra relación en secreto un poco más, mientras intentábamos encontrar una manera de equilibrar nuestras vidas. Sin embargo, sabíamos que esta solución era solo temporal y que eventualmente tendríamos que enfrentar la verdad.

A medida que pasaban los días, la tensión en la empresa y en nuestras vidas personales seguía aumentando. Los rumores y las sospechas no desaparecían, y Lucas y Victoria seguían vigilándonos de cerca. Cada encuentro clandestino con Rogand era un recordatorio de lo frágil que era nuestra situación.

Una tarde, mientras trabajaba en la oficina, Lucas entró sin previo aviso. "Necesito hablar contigo," dijo, con una expresión seria.

Asentí y lo seguí a una sala de reuniones cercana. "¿Qué sucede, Lucas?"

"He escuchado rumores sobre ti y Rogand," dijo directamente. "Y quiero saber si son ciertos." Sentí cómo el pánico se apoderaba de mí. Sabía que este era el momento de la verdad. "Lucas, te prometo que todo es más complicado de lo que parece."

Lucas me miró con preocupación. "Solo quiero asegurarme de que estás bien y que no estás tomando decisiones que puedan herirte." Sentí una oleada de gratitud por su apoyo. "Gracias, Lucas. Realmente aprecio tu preocupación."

A medida que las semanas pasaban, la presión seguía acumulándose. Finalmente, llegó el momento de enfrentar la verdad. Una tarde, mientras trabajaba en mi oficina, mi padre entró y cerró la puerta detrás de él. "Necesito hablar contigo," dijo con un tono grave. Sentí un nudo en el estómago mientras él se sentaba frente a mí. "¿De qué se trata, papá?"

"Quiero que seas honesta conmigo," dijo, mirándome a los ojos. "¿Hay algo entre tú y Rogand?" Mi corazón latía con fuerza, y supe que este era el momento de la verdad. Tomé una profunda bocanada de aire y decidí ser sincera. "Sí, papá. Rogand y yo estamos juntos. Pero hemos intentado mantener nuestra relación en secreto para no afectar la empresa ni nuestra familia."

Mi padre cerró los ojos por un momento, procesando la información. Cuando los abrió de nuevo, supe que nuestra vida nunca volvería a ser la misma. "Entiendo," dijo finalmente. "Pero necesitamos encontrar una solución que no ponga en peligro todo lo que hemos construido."




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