El soldado del amor

Un poco de tu luz pido nada más

Al dar inicio el mes de diciembre, Pedro había ya empezado a buscar otras formas de pasar su tiempo libre que, de alguna manera, había aparecido de la nada. Al ser que ya no se encontraba estudiando, no podía decir que al salir del trabajo sólo iba a casa.

Al pensar por mucho tiempo, se decidió empezar aprender hacer alguna manualidad para pasar el rato. Por ello, viendo videos, empezó con tejer. Bueno, aunque era algo raro verlo haciendo estas actividades, por alguna razón inexplicable comenzó a sentir algo de emoción mientras lo hacía. Esto tampoco era tan fácil. Cada noche tenía que reanudar lo que estaba haciendo y, cuando se equivocaba en un paso, casi le tocaba reiniciar todo lo que había hecho. Pero, entre sus pensamientos, se decía – si aprendo esto, si pudiera hacer, aunque sea un gorro para alguien tan especial –. La mente de Pedro se iba en el aire y el tiempo ya era lo de menos. Unas lagrimas en sus ojos parecían querer salir. Su mente nuevamente volvió a dejar esta frase – si lo estoy haciendo ¿quién será? ¿quién se pondrá esto? – entre su trabajo, que parecía que empezaba cada vez a mejorar. Y su mente, que ya no tenía distracción alguna, se concentraba más en lo que hacia y le dejaba ir mejorando varios aspectos que antes no había notado.

Entre el trabajo, Pedro iba ayudando a sus compañeros cada vez que lo necesitaban. Esto, con el pasar del tiempo, hizo que el pudiese llegar a subir de puesto. El ser ascendido y contar con varios beneficios con ello, hizo que el quisiese hacer algo con sus amigos para celebrarlo. Por ello, para no tener problemas con el trabajo, decidieron hacer una fiesta durante el dieciséis de ese mes para aprovechar las vacaciones que tendrían por ser fin de año.

Con esmero, estuvo planeando lo que haría con sus amigos al llegar ese día. Mientras el tiempo seguía pasando, el jefe lo llamo para que se preparara y se dirigiera a una reunión con otros. En esta reunión se pretendía que la situación de las empresas con las que comercializaban llegase a ver un acuerdo y, de la misma forma, poder ver una introducción a un nuevo mercado.

Durante la preparación de los documentos, Pedro se mantenía centrado en su trabajo y recopilo toda la información que le fue entregada por sus demás compañeros y, sintetizando todo, dio inicio a un análisis de cómo se encontraba la problemática que enfrentarían al invertir en tal lugar como las posibilidades de poder mantenerse en juego hasta "la salida de emergencia" en caso de que todo se fuera en picada.

Con el esmero y la confianza en poder llegar a llenar las expectativas que tenían puesto en él, sus manos parecían estar volando con el teclado que no dejaba de sonar. Entre las horas extras que tuvo que pasar trabajando en el reporte, todo iba según lo planeado. Por ello, las investigaciones que le fueron otorgado de varios días más las habilidades que había adquirido, logro obtener todo para la reunión e, incluso, vio como era posible que su plan fuera puesto en marcha y aprobado por todos los presentes en aquel lugar. Pedro, sin tener que seguir pensando en lo que había sucedido antes, pudo sentir un pequeño descanso de todo lo que le hacia mantenerse, en ocasiones, sentir que algo andaba mal.

Pedro, poniendo nuevamente sus pies y la mente en la tierra al fin, todo a su alrededor se tiño de un sinfín de dudas. Entre más respuestas trataba de dar, las interrogantes eran mayor. Por ello, dándose la vuelta y viendo como había preparado aquella fiesta y sus compañeros de trabajo estaban a punto de llegar, miro a su gato y luego dijo – nunca las cosas van a ser fáciles – y luego sonrió como si todo estuviese bien.

Al llegar todos los invitados, todo comenzó bien con risas, música y la comida que casi no quedo nada. Todos estaban pasando un buen rato. Pero, a pesar de que en esta ocasión se veía a Pedro con una actitud muy positiva y muy animado, el asumir que no pasaba nada era lo más lógico. Entre las sonrisas de todos, se pudo decir que todo andaba bien hasta que alguien fue a traer unas cervezas para acompañar el resto de la noche.

Entre tanto desastre que se avecinaba, Pedro ya no lo siguió pensando y tomo una lata. Esto, que sorprendió a sus compañeros, que dijeron - ¡¡¡Vamos Pedro!!! –, en lugar de detenerlo, estaban por ver que él también podría llegar a conocer e integrarlo a lo que estaban acostumbrados. Con tan enérgica fiesta y animación, en la mente de Pedro venia estas palabras- ya no me importa nada. Al final de cuentas, ¿qué puedo hacer para poder dejar que todo este mejor?, ya nada se puede revertir – abrió la lata.

Mientras él miraba la lata que espumeaba, entre los que estaban presentes, había alguien que sólo miraba desde un rincón lo que pasaba. Ella, levantándose y pensando – conque esto seguirá la misma historia de siempre. Bueno, será mejor que me vaya. Aquí ya no hay nada más que hacer y no puedo desvelarme mucho debido al cansancio de esta semana –. Miró una vez más a todos los que estaban presentes como si buscaba que alguien más estuviese cuerdo y no se dejase llevar por la corriente, pero sin conseguir hallar nada.

Pedro, volviendo por un instante a sus sentidos, bajo la cabeza y dejo la lata de cerveza en la mesa. De esta manera, todos dejaron de animarle y comenzaron a decir "que aburrido" "creí que lo iba hacer" "Parece que se acobardo en el último minuto" "Que se puede esperar de él" "Si tan sólo lo hubiese hecho, lo podríamos llegar a invitar a todas nuestras reuniones, pero... bueno, es lo que se esperaba de él" entre otras cosas.

Pedro, levantándose, dijo – bueno me encuentro un poco cansado por lo que estuvo pasando estos días, así que me retiro – unos compañeros le despidieron y siguieron con un ambiente alegre. Sin embargo, desde el otro lado, donde también se celebraba una fiesta, unas señoritas se encontraban ya cansadas del parloteo de sus compañeros y también decidieron que era hora de retirarse y no continuar más tiempo en un lugar donde ya no le encontraban sentido poder estar. La espera entre todos, una de ellas, que portaba un vestido negro, le dijo a la otra – dime. Mejor recuérdame el por qué estamos aquí – su compañera – ya te había dicho que esto no era más que una reunión con unos viejos amigos y no quería venir sola – ella – bueno, creo que no volverá a venir a ni otra de tus reuniones con "tus amigos" – su compañera – bueno, no es mi culpa que esto terminara así – ella – bueno, creo que será mejor que me retire – su compañera – está bien y luego miro a los demás y dijo – bueno, mi amiga y yo pasamos a retirarnos ya que mañana debemos de ir a trabajar – y se levantaron. A pesar de las quejas de los demás, ellas no se quedaron más tiempo ahí.



#26698 en Novela romántica

En el texto hay: romance

Editado: 25.04.2021

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