Ethan nunca había creído en el amor a primera vista, era una farsa, una completa basura, que acababa en el instante que comenzabas a conocer a la otra persona. Pero aquella idea cambió y se sintió flechado, aun más cuando Calíope giró y saltó del susto al encontrárselo de frente.
Ethan se dio cuenta de tres cosas en ese momento: la primera, que la estupidez del amor a primera vista podría ser real; la segunda, que aquella chica tiene algún impedimento auditivo; y tercero, que le urge volver a verla.
Ethan volvió a pasar la noche en vela, pero esta vez intentando aprender algo en vez de perder el tiempo. Y lo logró, justo en la madrugada, aprendió a decir “Hola, soy Ethan” utilizando sus manos.
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Editado: 04.01.2020