Adam
Bueno sé que en este momento recibiría un montón de miradas con desaprobación, hasta me imagino a mis abuelos negando con la cabeza, pero esa fiesta sé que estará buenísima así que iré.
Me percato que mi madre está en su habitación, alcanzo a escuchar que habla por teléfono, mi hermana está cantando “como cosa rara” así que ni escuchará cuando salga.
Salgo de mi casa, tengo que caminar varias calles para llegar al punto de encuentro que estipulamos con Dylan, no podía estacionarse cerca de mi casa debido que dentro de esta se activa una alarma cada que un vehículo llega directo y si eso sucede todo se vendría abajo,
Sigo mi camino mientras saco el celular de mi bolsillo para enviar un mensaje a mi amigo diciendo que estoy cerca, no pongo atención a mi alrededor cuando choco con alguien tan fuerte que caigo de culo en el suelo tirando lo que llevaba en la mano.
—¡Lo siento tanto! ¿Te lastimaste? — una voz varonil y madura dice.
—Creo que no… ¡Auch! — digo al intentar levantarme, seguido el hombre me ayuda. Me sobó el trasero porque me queda una sensación dolorosa
»—Fue mi culpa venía un poco distraído con mi celu…— me callo buscándolo por todas partes con la mirada sin obtener señales del mismo.
—Toma— me dice el señor— seguro es lo que estás buscando.
Me entrega mi celular, lo reviso inmediatamente para asegurarme que no haya sufrido algún rayón y respiro aliviado al notar que está intacto.
—Deberías tener más cuidado, jovencito—dice—puedes tener un accidente grave si no estás atento en tu camino.
—Lo tendré en cuenta— respondo.
Y así me apresuro a llegar a mi destino, debo confesar que ese tipo me dio muy mala espina, pero no le presto atención, será por la incomodidad del momento.
Alcanzo a ver el auto de Dylan, me acerco al lado del copiloto y doy golpes suaves en la ventanilla, ingreso y saludo a mi amigo.
—Cuando me enviaste el mensaje creí que en serio ya venias— es lo que me dice.
—Tuve un pequeño accidente con un tipo—le cuento—tropezamos y me caí.
La carcajada de Dylan llena el espacio y le muestro el dedo de en medio como respuesta.
—Quizá haya sido un castigo por haberte escapado Adam.
— No digas mierdas, mejor arranca esto y vayamos a la fiesta
—Como ordene capitán— dice haciendo un patético saludo militar.
Nos dirigimos hacia el lugar, queda un poco retirado, pero está en una muy buena zona, supongo que varios de nuestros conocidos ya están en el lugar, en el camino hablamos de varias cosas, por un momento pienso en las consecuencias que tendrá el haber desobedecido a mi madre, pero luego recuerdo lo bien que la pasaré y se me pasa.
Al llegar buscamos un lugar para estacionarnos, luego vamos hacia la entrada del Bar, la música está sonando fuerte y el ambiente está muy animado con luces de colores, hay muchas personas bailando, otros dándose muestras de cariño, algo subiditas de tono y otros haciendo lo que tengo en mente desde hace rato » Beber «.
—Esto sí que es un paraíso—dice Dylan—no puedo esperar a coger toda la noche, vaya que si hay muchas chicas hermosas.
Se me olvidó mencionar que mi querido amigo es un mujeriego empedernido, ya perdí la cuenta con cuantas chicas ha estado.
—Eres un descarado—le digo—deberías controlarte un poco, un día de estos te llegará la sorpresa que serás papá o pescaras una enfermedad.
—No seas aburrido—comenta—si a eso vinimos—no te hagas el inocente.
—Vendrías tú, yo tengo novia por si se te olvida— le recuerdo. Mi objetivo es beber y bailar para relajarme.
—Hablo el señor perfecto—se burla—bueno cada quien a lo suyo, ubiquemos a los demás.
Pierdo la noción del tiempo compartiendo con mis amigos, hasta un grupo de chicos se unió para hacer rondas divertidas para ingerir alcohol, la verdad tengo buen aguante para el chupe, me siento un poco mareado, pero no para caer en el mundo de la inconciencia.
Pasado un tiempo siento que es necesario que revise mi celular por si tengo llamadas, así que lo enciendo, no quería tenerlo encendido puesto que iba a estar muy ocupado entonces no tenía sentido que estuviera encendido.
Mis ojos casi se salen de sus órbitas cuando veo el historial de llamadas y mensajes.
Mamá: 15 llamadas perdidas
Papá: 10 llamados perdidas
Dothy: 6 llamadas perdidas y dos mensajes
Empiezo a buscar a Dylan para regresarnos, pero no lo encuentro en ningún lado, parece que mi valentía se fue por el caño y no me queda más que afrontar la situación cuando consiga como llegar a mi casa.