Punto de vista desconocido
Las imágenes y grabaciones se siguen reproduciendo en la pantalla que está frente a mí, las dejo de lado mientras Esteban me relata con detalles lo que ya tenemos en proceso.
—El absorbente ya está implantado en el celular del chico—me informa—Fue más fácil de lo que me imaginaba.
—¡Excelente! —contesto—De igual forma los mensajes ya fueron entregados.
Me pareció buena idea enviarle tanto a Raúl como a su bella esposa Aria unos párrafos que tenían pinta de ser mensajes motivacionales, pero no se imaginan que es una clara advertencia que los va joder.
Establezco las coordenadas en el sistema para que descifre los códigos que llegaron al programa, después que Esteban me relatara la forma en que introdujo el código en el celular de Adam me es inevitable reír » Estúpido « Tendré acceso a llamadas, mensajes y a todas las aplicaciones que estén contenidas en ese aparato.
—Por la información que estoy recibiendo, he de suponer que Raúl estará de regreso en unos días, me imagino que irá a la presentación que tendrá su linda princesita—comento.
—Supongo que ese será el propósito—dice el hombre que está a mi lado—Obviamente nos conviene que asista tiene que estar en primera fila para disfrutar del show.
—Así es—respondo—necesito que el lugar que será el escenario central esté listo para cuando inicie todo.
Este golpe que daré será silencioso no llamará la atención de todo el público, a diferencia de otros que buscan hacerse notar yo pasaré desapercibido y la prueba será que la presa vendrá directa a su cazador no será al revés, mientras tanto seguiré jugando con la mente de mis víctimas.
Mi meta es dejar destrozado al hombre que me mandó a la cárcel, espero que todavía no sepa que ya estoy en libertad, pues se suponía que estaría más tiempo, pero pues la suerte jugó un poco a mi favor.
—Señor alguien desea hablar con usted—me informa Darlys mi asistente.
—Dile que estoy ocupado—contesto.
La mujer se queda parada observándome mientras analiza que contestar.
—¡¿Estás sorda?!—ve hacer lo que te digo.
—Perdone es que me dijo que es importante.
Respiro hondo, no me gusta que lleguen aparecidos y pretendan que les brinde mi tiempo sabiendo que necesito ocuparme en mi plan lo más que pueda.
—Que pase—digo molesto—. Pero dile que sea breve estoy ocupado.
Se marcha y no pasan muchos minutos cuando un hombre con un traje reluciente y porte de autoridad entra.
Me levanto cuando el tipo estira la mano esperando que la estreche y así lo hago.
—Buena tarde mi nombre es Byron Hernández—se presenta—Necesito un trabajo técnico y al parecer es el indicado.
Las alarmas en mi cabeza no se hacen esperar, este hombre me resulta extraño y hago un leve gesto a los hombres que están rodeando la habitación para que estén atentos y de ser necesario tomar cartas en el asunto.
—Dudo ser la persona que necesita—contesto.
Se alisa el traje y se pasa las manos en el cabello antes de responder.
—Perdone, es que pasaba y observe a varias personas entrando con equipos, computadoras—detalla—y tengo un problema con uno de mis programas que me urge solucionar y supuse que era un sitio indicado para ello.
Cruzo miradas con Esteban y este me da entender que le siga la corriente.
—Por supuesto, puedo evaluar el desperfecto, sin embargo, nece…
—Le pagaré una buena suma de dinero—interrumpe—. Así de desesperado estoy, pero la verdad me urge recuperar esa información.
No es que me haga mucha falta, pero el dinero extra nunca cae mal ¿no?
El hombre me explica su situación y tomo nota de lo que necesita me pasa una usb y una laptop para que pueda acceder al sistema que necesita y le explico todo. De pronto una notificación hace que me detenga porque son los resultados de la información que llegó al celular del hijo de Raúl y no puedo explicar la sensación que me recorre al observar de lo que se trata.
Sin duda puedo usar la frase de “fui por cobre y encontré oro” me queda perfecta.