El sonido de tu voz (corrigiendo)

Capítulo 14 Fortuito

 

Adam

Solo faltan un par de horas para que el vuelo de mi padre aterricé y llegue a casa, se están organizando unos pendientes en la oficina, él me exigió que siguiera yendo a la empresa para registrar información que enviaba a mi celular, eran unos códigos extraños, no tenía ningún interés en curiosear de que se trataban solo los ingresaba al sistema cumpliendo lo que se me demandaba.

Llego a mi casa exhausto, el partido de futbol estuvo muy intenso, en la preparatoria formamos equipos con chicos de diferentes salones, no había corrido tanto, pero no puedo negar que me divertí agregando que mi equipo fue el ganador, después tuve que invitar a Dylan a una buena refacción.

Esa fue la forma de saldar mi deuda porque mi madre les informó a sus padres de nuestra salida.

Últimamente me he sentido muy nervioso, puede que sea por saber los resultados de mi examen de admisión, pero siento que algo puede ocurrir, voy a cambiar de pensamientos para evitar tener ideas locas.

—¡Hey Bro! —me saluda Dorothy.

—Hola gritona—respondo.

—No soy gritona—dice—deleito al mundo con mi voz.

Volteo los ojos con las bobadas que dice.

—Ajá, en todo momento estas “cantando”—digo haciendo las comillas en el aire, me sorprende que no se haya ido el agua cuando estás dando berridos en la ducha.

Me arroja un puñado de palomitas del tazón que está sosteniendo.

—Eres un envidioso—dice—como tú no tienes ningún talento… a no espera si hay uno meterte en problemas.

—Uh que sensible, ya no se puede bromear contigo hermanita—digo acercándome para revolverle el cabello.

—Bueno como sea, ve a darte una ducha porque apestas horrible.

Me acerco a darle un abrazo y se retuerce queriendo zafarse, hace una mueca de asco y con eso me encamino a mi cuarto.

Luego de asearme y vestirme aprovecho para invitar a Katty, tengo planeado que vayamos al cine y después a comer algo, los dos hemos estado muy atareados con nuestros asuntos escolares y no hemos tenido tiempo para nosotros.

Voy saliendo cuando mi padre va entrando por la puerta principal, al oírlo mi madre y hermana llegan eufóricas a saludarlo, espero que terminen de apretujarlo para acercarme.

—Qué alegría estar en casa familia—dice.

—Me da gusto que te haya ido muy bien papá—respondo.

—Todo sea por mantener el patrimonio de ustedes.

—Supongo que nos trajiste regalos verdad—esa fue Dorothy.

Mi madre la mira negando con la cabeza.

— De hecho, si lo hice no puedo resistirme para traerles algo, sé que no compensa mi ausencia, pero ustedes saben el motivo por el cual debo estar viajando.

—Menos mal viniste antes—comenta Dorothy—, Pasado mañana es mi presentación y no quería que te la perdieras.

—Ese era uno de mis propósitos cariño, venir para compartir con ustedes sus logros, al igual que Adam que pronto recibirá sus resultados y quería estar presente para verlos.

Me aclaro la garganta haciendo que mi familia enfoque su atención en mí.

—Me encantan estos momentos familiares, pero voy de salida, prometo no venir muy tarde y compartir con ustedes.

—Tu padre acaba de llegar y ya te vas—me reprocha mi madre.

—Quiero salir con mi novia, he cumplido con lo que me impusieron en estos días, necesito ocuparme de mis asuntos también.

No espero respuesta de nadie y salgo, no me preocupo de mi seguridad sé que hay personas que me siguen a una distancia prudente para que no me sienta invadido.

 

Xxx

 

—Me encantó pasar tiempo contigo, amor—dice Katty.

—A mí también nena.

—Deberíamos aprovechar un poco más el tiempo, cuando vayamos a la universidad nos vamos a separar y solo podremos comunicarnos por celular o video llamadas.

—No pensemos en eso ahora hermosa, disfrutemos el momento y buscaremos la forma de estar juntos por más tiempo.

Le doy un beso y seguimos caminando por el centro comercial, pasamos en unas tiendas que llamaron la atención de Katty, veo la hora en mi celular y le digo que ya me tengo que ir, le conté que mi padre ya estaba en casa y que seguro querrá hablar conmigo.

Nos dirigimos a la salida cuando de pronto a un hombre se le caen unas bolsas haciendo un desastre en el suelo, nos acercamos para ayudarle.

—Gracias jovencitos, soy muy torpe no sujeté esto bien para evitar que se desparramaran las cosas en el suelo.

—No se preocupe a veces pasa—le digo.

Cuando levanto mi rostro y nuestras miradas se cruzan se queda un rato detallándome, por unos momentos me siento intimidado, de reojo veo que se está acercando uno de los guardias y le digo con un gesto que no es necesario, pero se queda a pocos metros.

—Me parece que te he visto en algún lado—por fin habla el hombre, mi novia solo se aferra a mi brazo.

—Quizá me confunde—respondo—, que tenga buen día le digo.

Antes de que pueda irme el tipo dice.

—Claro, eres el hijo mayor de Raúl Acosta.

—Así es—digo dudoso. ¿Cómo conoce a mi padre?

—Somos viejos amigos.

—¿En serio? —¿Cuál es su nombre?

—Byron Hernández—responde—Me saludas a tu padre.

—¡Claro! Un gusto conocerlo.

— El gusto es mío—dice— vayan con cuidado chicos.

Y con eso se aleja, me pareció amigable, al principio fue algo intimidante, pero se ve que es de esos tipos se codean con gente que mi padre trata.

Después de eso pasó a dejar a Katty a su casa y me dirijo a la mía, en el camino pienso en todo lo que me depara el destino y creo que tendré un sinfín de responsabilidades.




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