El sonido de tu voz (corrigiendo)

Capítulo 19 En peligro

 

Dorothy

 Esta sin duda es de las peores pesadillas que estoy teniendo, un día estoy yendo a la escuela riendo con mis amigas, visitando a los abuelos, sintiéndome mágica frente al escenario cantando y solo tuve que pestañear para encontrarme aquí en este lugar que parece sitio de la realeza porque todo está lleno de cosas lujosas, gente que se mueve como si nada.

Evidentemente estoy secuestrada, desperté unas horas después, solo recuerdo que alguien coloco un trapo con algo que olía horrible y después desperté toda desorientada, el viejo loco llamado Frederick me estuvo diciendo más detalles de lo que pasó y lo que motivó para hacer todo esto, yo solo quiero volver con mi familia; no tengo nada que ver en lo que haya pasado.

A pasos lentos se va acercando nuevamente yo solo me arrincono en la habitación donde pidió que me dejaran.

—Será mejor que estés tranquila, de ti dependerá que nada malo te suceda.

«Maldito loco»

—No tiene sentido que haga esto, por lo que me contó, mi padre solo hizo lo correcto en denunciarlo.

—Te equivocas, arruinó mi vida, tenía una carrera excelente, si hubiera sido más inteligente la fortuna de la empresa se habría multiplicado y ambos tendríamos poder.

Es cierto que parezco una niña y creerá que soy una idiota que no analizo las cosas, pero sé que todo lo que ha dicho este hombre son idioteces, su venganza no tiene sentido, sin embargo, con la rabia que cuenta las cosas temo que me haga algo malo o peor aún… a mi familia.     

—Ya he tenido el gusto de conversar contigo—habla—, ahora llamaré a tu padre.

Mi corazón empieza a latir alocadamente nunca me había alejado tanto tiempo de mi familia y no puedo evitar que lágrimas escapen de mis ojos.

Cuando contestan comienza hablar tranquilamente como si se tratara de saludar a un viejo amigo, le dice que no es casualidad que le esté llamando me acerca el teléfono, pero lo único que puedo hacer es llorar con más ganas y alcanzo a escuchar que mi padre le grita e insulta a ese hombre.

Le dice que trate de llevar las cosas con calma que no tiene prisa, tengo mucho miedo, pero no quiero quedarme aquí.

No pongo atención a lo que dice después, veo que termina la llamada y se acerca nuevamente a mí.

—Está loco, la policía lo va atrapar otra vez por todo lo que está haciendo.

Suelta a reír como loco.

—Mocosa tenías que ser, llevo meses vigilándolos, soy un experto en tecnología, ya te lo había dicho. Por lo tanto, ahora tengo mejor preparación, gente que está conmigo y por supuesto que no me dañarán esta vez.

»—Aquí permanecerás sin que tengas algún rasguño, siempre y cuando colabores, yo no tengo prisa en que las cosas sucedan ya he esperado mucho por este momento. Fui muy cauteloso, todo estuvo a mi favor para que vinieras a mí, no necesité manipularte o amenazarte.

—¿Qué es exactamente lo que hará? —interrogo—, todo esto es por ¿dinero?, lo dudo se nota que tiene mucho.

— ¡Increíble! —exclama—, veo que observaste y vas conectando las neuronas que tienes, ya lo descubrirás niña, no te preocupes verás todo en primera fila.

Luego de eso sale de la habitación dejándome sola, cuando lo hace se escucha que cierra con llave, no estoy atada o con vendas en los ojos, pero al alzar mi vista veo que hay como 4 cámaras y están distribuidas muy bien para lograr captar todo de este sitio.

Mi familia no es muy religiosa que digamos, pero en este momento estoy clamando para que puedan venir a rescatarme, también me reprocho el no haber mencionado el nombre de este señor a mis padres, estoy segura que me hubieran advertido y no estuviera pasando por todo esto.

Trataré de no provocarlo, no quiero que me haga nada malo, no puedo confiar en nadie quiero mantener la calma, por lo menos no estoy en un lugar asqueroso, veo que hay una puerta supongo que es el baño entraré para hacer mis necesidades y echarme agua en la cara para estar relajada.

 

***

 

No tengo forma de ver qué hora es, obviamente me despojaron de mi celular lo peor es que nadie ha venido por acá y mi estómago ya está aclamando por comida.

Pongo una mano en mi estómago y volteo a ver a una de las cámaras quizá se apiaden y me traigan algo.

Pasan como 15 minutos cuando entran dos mujeres con una bandeja, las dos con caras de amargadas no digo nada, dejo que ellas rompan el silencio.

—Es hora de comer, niña—dice la mujer que se ve mayor.

Asiento únicamente.

— ¿No tienes boca para responder?

— Gracias—hablo y ruedo los ojos.

Al parecer ese gesto no les gustó porque una de ellas intenta darme una bofetada y le agarro la mano evitando que lo haga.

—¡¿A mí nadie me va poner un dedo encima?!—grito fuerte.

La otra la toma diciéndole que hay ordenes de su jefe y que no pierda su tiempo conmigo.

Salen y procedo a comer lo que me trajeron, es algo decente lo ingiero antes de que me lo vengan a quitar.

 Sé que me hago daño al ponerme pesimista, pero todo esto no sé cómo manejarlo, tengo 14 años en tres meses es mi cumpleaños y estaba muy ilusionada con mi fiesta solo deseo que llegué ese día y poder estar rodeada de toda mi familia.

Para olvidarme de todo esto cierro mis ojos y empiezo a cantar, me dejo llevar imaginando muchos escenarios donde vuelva a ser feliz.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.