El Sonido de una lagrima

Entre el amor y el odio

— !Jairem¡ — dijo Bob—  a veces se gana y otras se pierde, pero no siempre se logra empatar, a ti te tocó hoy perder y yo te aconsejo que retomes esta discusión en otro momento más calmado — él tenía razón, pero Jairem no es de los que se retira y deja las cosas para luego tan fácilmente, se fue a la mesa y lo pensó una y otra vez hasta sentirse frustrado, la verdad es que su intención esta vez no fue ofender a Rachel, más no se pudo controlar y eso lo hizo sentir como nunca antes se había sentido, la mirada de muchos que estaban en el bar y escucharon la conversación fortalecieron ese sentimiento. En silencio se marchó como no lo había hecho en las pasadas ocasiones al salir del bar de Bob, por primera vez en mucho tiempo se marchó sobrio—.

Una cosa es perder y otra, muy distinta, es dejar de intentarlo.

Su frustración le llevó varios días en que se sorprendía pensando en ese momento y en Rachel. Quería volver al bar, quería verla, saber cómo estaba, quería..., quería..., quería pedirle perdón por su comportamiento y eso lo llenaba de rabia en demasía pues él no era de esos que pedía perdón, mucho menos rebajarse a pedírselo a una sirvienta como Karen, sé sintió que no era él quien estaba pensando en ese momento y eso lo asustaba. Leía un libro en la oficina que decía en un artículo: "Búscala, mientras no te decidas ir a verla, más pensarás en ella"

— ¿Me estaré volviendo loco? — pensó él para sus adentros— ¿ahora tomo consejos de un estúpido libro? — decía esto a sabiendas de que, de todas maneras, dicho o no para él, ese artículo tenía razón pues eso era exactamente lo que le estaba pasando a él.

Intentó ir a otros bares, conocer más gente para despejar y ver si lograba olvidar, más no se sentía igual y seguía pensando en ella, al volver a la casa y encontrarse con Karen la recordaba, ya no sabía qué hacer, no tenía opción, resolvió llamar a Iván para que él le diera un consejo.

— Hello — responde Iván—, hace días que no sé de ti amigo ¿dónde tú te metes?

— Es una larga historia — respondió Jairem—, pero luego te la contaré. Necesito verte, tengo un problema que no sé cómo resolverlo ¿puedes venir?

— Si amigo, solo no te muevas de ahí y nos vemos en un rato, no te desesperes por favor — Iván se tardó unos minutos en llegar al lugar donde él estaba—.

— ¡Por fin llegas! — le dijo Jairem al llegar—  pensé que ya no lo harías.

— Lo que pasa es que al principio pensé que mi GPS se había equivocado pues tú no eres de los que vienen a estos bares tan raros, luego de dos vueltas te vi y pasé a estacionarme sorprendido aún de que tu estés aquí.

— Lo importante es que ya estás aquí, te necesito contar algol que me tiene estresado, muy estresado.

— Cuéntame que es eso que ha hecho que tú pierdas la brújula amigo, no me digas que tienes una víctima para acá.

— No, no tiene que ver con ninguna mujer de estos alrededores, has silencio y escúchame. El otro día yo salí de casa como alma que lleva el diablo por un problema que surgió con Karen como siempre, así que me fui a despejar la mente al bar de Bob, pero eso no era suficiente, yo quería, no, necesitaba hablar con alguien sobre lo que pasaba en casa, por lo que llamé a la mesera esa con la que antes discutí en dicho lugar para que me acompañara a la mesa y... — Jairem le fue contando todo lo que le fue pasando con Rachel desde aquel día, le dijo con lujos y detalles todo y no se le escapó nada que él no le contara a Iván que lo miraba con ojos de estupefacción e incredulidad; en momentos le quiso interrumpir para opinar algo, más prefirió callar hasta ver al joven totalmente desahogado — , desde entonces, no sé qué es lo que me pasa, pero por más que he querido no la he podido olvidar, ni mucho menos he dejado de sentirme mal por como la hice sentir a ella.

— Te entiendo, pero eso se te pasa con una morena linda de esas que yo conozco, vamos a buscar una buena fiesta para despejar la mente amigo y ya verás cómo eso se te olvida.

— ¿No crees que ya he intentado eso? no me dio resultado, creo que lo que tengo que hacer es ir al bar de Bob y disculparme para que la culpa no me consuma más y así me saco a esta mujer de mi cabeza.

— ¿Tú? — Se burló Iván entre carcajadas— ¿el gran Jairem González? Eso tengo que verlo para creerlo hermano y disculpa, pero si no te conociera de seguro creería eso — el joven lo miró molesto, pero no dijo nada más, y al mira su seriedad Iván comprendió que él hablaba muy en serio—  okay ya sé de qué va esto, vamos amigo yo te voy a acompañar — le comentó ya sin reír.



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En el texto hay: dolores, amor y sufrimiento, decepciones

Editado: 05.03.2018

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