Los días fueron transcurriendo luego de aquel suceso hasta convertirse en meses, todo aparentaba ser normal pero no era así, Rachel llegaba cada vez más tarde a su trabajo pues Jairem la retenía más tiempo y ya no quería que ella continuara trabajando allí, esta era una cosa en la que ella no estaba muy de acuerdo porque siempre ha sido una chica muy independiente.
Por su lado él estaba trabajando menos, aunque también estaba más dedicado a su trabajo con la idea de salir temprano del trabajo, estaba de acuerdo con los planes de sus colaboradores e intentaba concluir su faena antes de la hora pautada para ir al bar a ver a Rachel, esa era la única razón por la que ella aún seguía trabajando en aquel lugar, él pasaba cada tarde por el bar a verla trabajar y a esperarle a la salida.
Las cosas con Karen... Karen...Karen es un tema que es mejor que conozcan por ustedes mismos, hasta a mí me sorprende.
— Buenos días joven Jairem ¿quiere que le traiga un café o tiene planes de desayunar con sus padres? — Le preguntaba ella al joven Jairem un lunes en la mañana antes de que este fuera a partir al trabajo—.
— No me prepares nada Karen, gracias, pero tengo planes de reunirme con unas personas que vienen a plantearme un negocio y no quiero llegar tarde, será en otro momento, me despides de mis padres cuando se despierten por favor—.
— Pero por lo menos llévate el café o algo preparado para el camino, mira que no es bueno que te vayas sin comer nada — le insistía la amante mujer al joven que aún no estaba muy a gusto con ella y su aptitud hacía él, es que la miraba y aún no entendía por qué ella se comportaba así con él—, lo puedo hacer rápido, no me tomará mucho tiempo, no es bueno que...
¡¡¡Karen!!!... — gritó él resaltando la pobre mujer que casi se muere del susto, luego pasó a mirarle muy seriamente con cara de que quería estrangularla con la mirada, respiró profundo cambiando el semblante de su rostro y le sonrió — gracias por tus intenciones, Karen, pero estoy tarde para llegar al trabajo, ya luego será — a Karen le estaba gustando atender al nuevo Jairem, éste aunque gritaba se contenía y pasaba a tratarla con amabilidad, era más humilde y respetuoso, sabía comportarse con altura, era el hijo que ella estaba esperando que fuera aunque él no supiera que ella era su madre, lo importante era que ella le amaba como a nada en este mundo, eso era suficiente para ella, y que su amor, por fin, estaba siendo correspondido. No sabía cómo, ni quién había efectuado el cambio en él, de lo que sí estaba segura es de que fuese quien fuese la persona o el suceso, le estaba eternamente agradecida de que le diera la oportunidad de disfrutar de su hijo como siempre había deseado, pero que nunca había podido.
— No hay problema joven — dijo ella mientras sonreía y le arreglaba la corbata—, lo importante es que usted esté bien y se sienta cómodo. Espero que pase un buen día — desde hacía ya buen tiempo el joven estaba actuando diferente, éste carácter de él era un punto de luz entre tantas tinieblas para la pobre de Karen, ella estaba olvidando su pasado y empezando a disfrutar este bello presente que la vida le estaba obsequiando amablemente, por primera vez desde hacía ya muchos años podía sonreír de verdad, cosa que Elizabeth y Marcos lo notaban a leguas y que también se disfrutaban al máximo pues era uno de sus mayores deseos, al observar como ella hacía los quehaceres de la mansión cantando y lanzando risas al aire como quien recuerda una fechoría pasada o un momento vívido, ellos sonreían y le daban gracias a Dios por derramar algunas bendiciones sobre la pobre de Karen.
— Hola Iván — le dijo el joven a su chofer y amigo al salir de casa con una gran sonrisa en el rostro— ¿qué tal el día hoy? ¿Cómo vas? ¿Por qué esa cara de pocos amigos?
— Buen día amigo — dijo esta vez Iván con cara de tragedia y desanimo en la voz— , el día de hoy es una mierda, me vestí con mi traje favorito y a mi vecina se le ocurrió lanzar agua sucia por la ventana, aparte de eso, de camino para acá se pinchó un neumático y como si eso fuera poco al salir del coche lo cerré con las llaves dentro, no te imaginas el rato que pase tratando de abrir para conseguir la llave, este no es mi día, estoy seguro que será uno de los más lagos y difíciles de todos los que he tenido — Jairem se rio a carcajadas ante esas cosas que le contaba Iván y esto molestó a su amigo, pero al joven no le importó y continuó soltando carcajadas con las manos en su estómago, luego que se pudo calmar se acercó a su amigo, le puso la mano en el hombro y trato de conformarlo un poco.
— Mira el lado bueno amigo, a pesar de todo estas aquí temprano, para compensar el mal rato de hoy, y para que veas que te comprendo perfectamente, aunque me esté riendo de lo que me cuentas, hoy si quieres te puedes tomar el día libre para que despejes y así ya mañana vienes a trabajar más relajado ¿qué te parece? — A Iván le extrañó la idea porque, a pesar de que casi no trabaja para Jairem ya que siempre están de parranda en parranda, el joven nunca le había planteado tal idea ¿con quién saldría esta noche si él era quien lo llevaba a los bares? ¿Quién lo llevaría a casa si se embriagaba? ¿Será que ya sí se estaba poniendo loco el joven? ¿O le estaba tomando el pelo? — Venga ya, no me mires así brother, hoy tengo una cita con Rachel, cenaremos algo y luego iremos a su apartamento. Sabes que si no es contigo a mi lado no me embriagó amigo — ambos se abrazaron y volvieron a reír ante ese comentario, se subieron al coche y salieron con destino a la reunión que tendría Jairem en el Never give up de la calle Hope.
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Editado: 05.03.2018