El Sonido de una lagrima

No siempre es lo que aparenta

Una noche de invierno, a pocos meses de la navidad Jairem estuvo llamando por teléfono a Rachel, pero ella no le respondía, era una de esas noches en que a ella se le había quedado en casa el celular, pero como ya estaba tarde e iba en bus no pudo regresar a buscarlo. Ella estaba muy molesta porque sabía Jairem podía llamarle y no podría contestarle, además uno de sus hermanos estaba enfermo y quizás pueda surgir una emergencia para la que la puedan llamar.

Llegando al bar de Bob rápidamente busco un teléfono fijo para llamar a Jairem y avisar, pero este se molestó tanto de llamar y no recibir respuesta que apagó su móvil. Ella se preocupó pues se le hacía muy extraño que el móvil de Jairem estuviera sin servicio, pero conociendo como era él a veces ella no se preocupó mucho y empezó a trabajar, al ser invierno sabía que saldría tarde y que tendría mucho trabajo y estrés. Entre sus clientes estaba un ex compañero de clases que se llama Charlie, él es alto, cuerpo bien definido, mirada intensa, voz calmada y muy varonil, ojos oscuros de mirada penetrante y pelo castaño y corto, además siempre le gustaba vestir en vaqueros oscuros y camisas claras, se veía muy elegante e informal a la vez cosa que hacía que pareciera un galán de telenovelas.

Charlie siempre ha estado enamorado de ella, frecuentaba el bar desde que se enteró que ella estaba trabajando aquí para verle cada día, pero ella no le hacía caso a él porque él nunca ha sido firme en sus decisiones, desde que inició la universidad ella pudo notar que no tenía esa facultad de decidir cosas y tener responsabilidad, Charlie le tenía miedo a esa idea del compromiso, se mudó a la capital y desde entonces dejo de ver a Rachel.

La cosa es que era rico desde cuna, mal criado por sus padres y apoyado por aquellos que decían ser sus amigos cuando a la verdad buscaban sacar un buen partido de estar cerca de él. Cada vez que reprobaba un curso sus padres pagaban para que sus calificaciones fueran buenas como por arte de magia, resulta que el dinero no hace la felicidad, pero puede comprarla hecha.

—  Hola Charlie. Hace tiempo no te veía ¿qué te trae por este sitio?

—  Hola Rachel. Veras, pasaba por la ciudad y me preguntaba si tendría la oportunidad de ver alguno de mis compañeros de la facultad entonces recordé que a más hermosa de toda la clase trabajaba la aquí y me dio por venir a ver si luego de tantos años la encontraba, Para mi sorpresa aquí te encuentro, para mí es muy placentero ver que sigues tan buena como siempre.

—  Por favor ten un poco más de respeto hacia mí — le dijo Rachel en tono de enfado—, por lo visto no has cambiado mucho.

— ¡Qué bien! — Dijo él mientras sonreía y hacía caso omiso a la aptitud de ella—  entonces tenemos algo en común.

—  No me digas — dijo ella con ironía. Se despidió y continuó en su trabajo. Por otro lado, Charlie pidió otro trago con intenciones de esperar a Rachel a su salida del lugar.

Jairem intenta concentrarse en su trabajo, pero le es imposible, lo único que le pasa por su cabeza es Rachel y la pregunta de ¿Por qué no le responde las llamadas? Decidió intentar nueva vez, pero fue en vano, ya estaba bastante enojado como para pensar en algo positivo.

Empezaron a surgir pensamientos en su cabeza — De seguro esta con otro muy feliz en el bar y yo aquí preocupado, pero Rachel no es así — pensaba él—, ella no es capaz de hacerme eso — también se decía—, quizás esta muy ocupada y por eso no me responde las llamadas — Las dudas y los celos fueron más grandes a cada segundo que pasaba y la intriga de no saber nada, lo estaba llevando a perder la paciencia, hasta que decidió saber en persona la razones que tenía Rachel para no contestar ninguna de sus llamadas.

Mientras que ella aún tenía que lidiar con un sin número de clientes en el Bar y con su amigo Charlie que estaba casi embriagado y que no paraba de acosarla, lo que la hacía sentir incómoda y trataba de ver como se deshacía de él, pero le parecía imposible. Fue donde Bob y le rogó que le dejara salir antes del trabajo.

—  Dejé mi móvil en casa y tengo un hermano enfermo no quiero que surja una emergencia y yo no esté disponible — le decía ella tratando de hacer que él entrara en razón y le permitiera salir antes.

—  De acuerdo — Dijo Bob un poco incómodo al notar que al Bar se le estaban sumando cada vez más clientes y Rachel haría falta para que el servicio fuera más eficiente —  a pesar de que no estoy muy feliz con la idea de que la noche más activa de todo el mes tengas que irte, te comprendo así que puedes salir desde que termine tu turno.

—  Gracias — le dijo Rachel a Bob mientras no paraba de saltar de alegría, salió corriendo a terminar su turno para poder ir a casa.



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En el texto hay: dolores, amor y sufrimiento, decepciones

Editado: 05.03.2018

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