Esto es una locura, miro la fogata que encendí hace unos minutos dispuesta a quemar todo lo que me hace daño, en pocas palabras, las drogas que me costo una ojo de la cara, aprieto los sobres blancos que tengo en la mano derecha, mientras tiro al fuego, las cajas de cigarrillo recolectadas en una bolsa.
Arrugo la cara, lo que estoy haciendo por ese pendejo, aunque directamente nunca me dijo nada, yo lo veía en sus ojos, además no solo por el, si no por, Kaira, Marielita, él y yo, puede ser un poco por mi hermano, solo un poco, lo sigo odiando.
Alzo las bolsas de drogas hasta mi cara y las miro por ultima vez, Adiós, pase de salida a la realidad, estiro la mano hasta que queden arriba de la fogata, suspiro profundamente y tiro las drogas.
Ahora Larry es mi pareja, tengo que cuidarlo y mimarlo, y estando drogada sin la noción del tiempo, no me ayudara para nada, me siento en la silla a unos metros lejos de la fogata y observo como se consume, como dejo atrás las drogas, cigarrillos, todo lo que, me hace daño.
Unos segundos despues que entre a la casa, afortunadamente, mis primas, y tías se fueron a dormir, solo estaba mi madre y hermano en la sala esperándome, se que ellos revisaron con quien había llegado por la ventana, las cortinas estaban movidas.
Madre es estricta en ese caso, la casa debe estar perfectamente arreglada, y además no le gusta que dejen las cortinas abiertas, ya que los vecinos pueden ver hacia acá, y aunque parezca irreal, es cierto, la gente es bochinchosa, este barrio es bochinchoso.
Miro al cielo y cierro los ojos.
Madre, como siempre, me reclamo por lo que hice en el parque, las señoras esas, la llamaron en grupo para dar una queja, me valió un pepino lo que dicen, despues me reclamo por lo que les hice a mi primas, por favor, agradezca que vinieron de sorpresa para mi, si no, habría investigado mucho mas y ¡Bum! se lo había reventado en la cara a mis tías para que sigan jodiendo.
Rio en voz baja.
Ya no estoy soltera, alguien es mi novio.
MÍO.
Eso se escucho muy posesivo, no me interesa.
Me levanto de la silla cuando veo la fogata apagarse, entro a la casa y camino directo a mi habitación, cierro la puerta con todos los picaportes, me quito la bata quedando en ropa interior, me lanzo a la cama, tomo mi celular y veo por ultima vez, el mensaje que me mando Larry, Mi Larry.
Hasta mañana, Juls.
Sonrió, No ha pasado ni dos semanas desde que lo conocí y me gusta, no se por que, pero me gusta.
Veo el reloj encima de la mesita, 2:04 am, relamo mis labios y un suspiro de alivio escapa de mis labios al sentir como por fin el cuarto se enfría por el aire acondicionado, ya comenzaba a hacer calor, me gusta el frio, prefiero el frio que el calor y es un poco raro ya que vivo en Bogotá.
Cuando el sol estaba en su máximo esplendor, llenaba una tina con una bolsa de hielo hasta esperar a que todos los cubos de huelo se derritan y así poder hundirme en esa deliciosa agua helada.
No me importara que minutos u horas mas tardes salía arrugada como una abuelita con tal de que la calor se valla, estoy muy bien, cierro los ojos esperando a que el sueño me gane y en un lazo de tiempo que no se mi conciencia me abandona dejando llevarme a la oscuridad para comenzar a soñar con el ser humano al que denomino Mío, Mi Larry, se oye bien, hasta mañana guapo.
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Hoy era el día.
El día en donde todo en instituto y “familia” se enterarían que Larry es mi novio, Mío, me miro al espejo por ultima vez y sonrío no solo por que me veo preciosa, si no, también por la primera noche que no me levanto en la madrugada ansiosa de un poco de droga.
Salgo del cuarto cuando escucho como un claxon suena con fuerza, llego, miro a mi hermano quien me espera en la sala y maldigo internamente al no acordarme decirle que hoy me llevara, carraspeo, al ver como se asoma a la ventana frunciendo el seño.
—¿Joseph?
—Sip—abro la puerta delantera—el vendrá a buscarme de hoy en adelante—hago una mueca—es mi novio, adiós.
Y, Salí corriendo directo al carro de, Mi Larry, entro al copiloto y suspiro cuando el carro comienza su trayecto, su interrogatorio para despues.
—Estas hermosa—susurro.
—lo se—suelto engreída—usted también esta muy guapo, Novio mío.
—Me llamaras, así—preguntó.
—exacto, como también puedo llamarte, Larry, Mío, Guapo, Novio, Mí hombre, solo mío y de nadie mas, ya mencioné Novio mío, ¿cierto?
Sonríe—no lo creo, no quieres que te pida que seas mi novia.
—Primero—alzo mi dedo meñique—no necesito que me lo pidas, segundo: Eres mi novio desde que decidiste esperarme en el estacionamiento y tercero: eres mío desde la primera vez que te vi.
—si, señora.
Sonrió.
—sabes, tengo complejo de Christian Grey—bromeo.
—y yo de leila Williams—me guiña un ojo.
—por que no de anastasia.
—ella no era para nada sumisa, amore.
Cierto.
Niego con la cabeza mientras reviso mi celular por cuarta vez desde que entre en el coche, llame a kaira una 15 veces, pero no me responde, será que su abuelo se murió, me estoy preocupando y mucho—Que te mortifica.
Suspiro y lo miro, ya se me había olvidado lo curioso que era, pero no me interesa, yo saciare su curiosidad en todas sus facetas—el abuelo de mi mejor amiga esta mal, estoy segura que esta un paso del mas allá que de aquí.
—oh, lo ¿siento?—miro por la ventanilla y rodeo los ojos cuando varias miras se posan en el auto, frunzo el seño cuando noto que la mayoría de las miradas, por no decir todas, eran femeninas, es mío, perras, quise gritarle pero me controle, desde cuando era tan celosa, no lo se y no me interesa lo mas mínimo—Estas enojada.
—No—chasqueo la lengua—mejor entremos, quiero enseñarte un lugar—lo veo bajar del auto y rodear este hasta abrirme la puerta y estirar su mano en mi dirección.