La vida en la ciudad puede ser aprisionante: el constante rugido de los autos, el tintineo de los timbres escolares, y el ruido de las construcciones que parecen no tener fin. Sin embargo, ¿qué sucede cuando de repente todo ese bullicio desaparece? A veces, el silencio que queda puede resultar más desconcertante que reconfortante.
He aprendido por experiencia propia que el silencio no siempre trae consigo la paz que esperamos; en ocasiones esconde secretos inesperados y desafía nuestras percepciones. A lo largo de esta historia, descubrirás conmigo que el silencio puede ser mucho más que ausencia de ruido; puede guardar en la profundidad misterios inquietantes y revelar aspectos ocultos de la realidad cotidiana.
En cualquier momento, la vida parece convertirse en una carrera contrarreloj, donde el peligro acecha en las sombras, ahora ya no es vivir, sino… sobrevivir.