El sosiego de la metrópoli [eclipse]

Capítulo 13

Horrorizados por la muerte del hombre corrieron a toda prisa por el pasillo con la esperanza de encontrar la salida de emergencia, fatigados cubiertos de cenizas y la cara sucia a causa del hollín, se asfixiaban unos tosian y otros respiraban rogando por más aire. 

_Pronto saldremos de aquí._ A duras penas pudo decir Dina. 

_Me parece un pasillo infinito_ Dijo Victoria. 

_Corran estamos cerca._ comentó Pablo, feliz. 

Los focos comenzaron a estallar la lluvia de chispas caían sin cesar, el humo los ahogaba. Llegaron a la puerta, se quedaron frente a ella. No podían abrirla. 

_Amigos, no abre._ comentó Miriam, nerviosa por la tensa situación. 

_Tienes un arma._ dijo Nicole, señalando la mano de Miguel. 

_Gracias genio._ murmuró él chico, si antes pensar la razón e intención del porque se lo dijo. 

_Apartense._ gritó Gema. 

Apuntó el arma hacía la puerta y disparó, pateó la puerta y todos abandonaron el almacén, no les importó ser vistos, lo único que querían era oxígeno, aire fresco. Cayeron en un jardín y pudieron ver las últimas chispas. Había una nube negra sobre el almacén, todo a causa del incendio.


_¿Que hora es?_ Preguntó Kay. 

_2:08, fue un largo rato allí dentro._ respondió Dina. 

_Estamos sucios y la ropa está quemada._ Habló Kay de nuevo. 

_La pequeña tiene razón, tenemos que arreglarnos._ sugirió Alexis. 

El grupo se puso en marcha, nadie conocía el lugar, creían haber salido de la ciudad, pero también creían estar dentro de ella. Un pequeño arroyo corría cerca de otro jardín. 

_Vamos, es lo mejor que pudimos haber encontrado._ Dijo Victoria señalando en dirección al arroyo. 

Nadie quiso correr, iban caminando se sentían cansados. Llegaron hasta el agua, y decidieron sentarse junto a este. 

_ Ah, es genial._ Dijo Miguel con la expresión de alivió al hundir sus manos en el agua.  

_¿Tienen agua purificada?_ preguntó Miriam. 

_Todos tenemos una en nuestra mochila._ respondió Dina. 

_Acabé mis provisiones._ dijo la jóven descepcionada. 

Cómo buena amiga y compañera Dina ofreció su botella sin antes haber saciado su sed, Miriam aceptó y bebió todo el contenido. Todos limpiaron el hollín de sus cuerpos haciendo parecer nuevos a excepción de las prendas. 

_Suficiente, tenemos que encontrar un lugar para poder vestirnos nuevamente._ anunció Victoria. 

Todos asintieron y se pusieron de pie, cargaron sus mochilas y comenzaron a avanzar. 

_Alguien se ha preguntado ¿Quien era el compañero del empleado de esa asociación?_ comentó Dina. 

_¿Compañero? ¿Qué? ¿Había alguien más?_ Preguntaba Gema. 

_Sí, escuché dos voces diferentes._ respondió Dina. 

_Javier y Charly._ agregó Miguel. 

_¿Sabes sus nombres?_ preguntó Nicole. 

_Los escuché, se gritaban mencionando sus nombres._ le respondió a su compañera. 

_¡Hostias! que lío tío._ dijo Verónica, sorprendida por lo que acababa de escuchar. 

_Tal vez, se quedó allí dentro._ opinó Kay. 

_No, aún lo escuché decir que se marcharía._ comentó Rogelio. 

_Entonces quizá esté vivo._ comentó Miriam. 

_Eso es seguro, lo que no sabemos fue si se marchó o se quedó en espera de su compañero._ concluyó Dina bajando el volumen de las palabras. 

Se detuvieron frente a una casa de madera a pesar del techo inclinado era mejor que el resto de las casas que la rodeaban.  

_¿Tocan?_ preguntó Kay, temía estar ahí. 

_Yo voy, tranquila._ Dijo Nicole dándole un beso en la frente. 

Kay le sonrió, permaneció detrás de ella cómo si fuese su escudo. Nicole se adelantó y tocó la puerta 3 veces. 

_¿Crees que alguien vive ahí?_ preguntó Pablo, como si se burlara del acto. 

_No estoy segura pero esté o no habitada no echaré a la borda mis modales._ respondió Nicole. 

_De acuerdo._ dijo Pablo poniendo los ojos en blanco. 

Pasaron uno por uno al no escuchar respuesta, habían electrodomésticos, muebles y decoraciones, vaya que era grande, aunque no tanto como la de los políticos que gracias a la corrupción se las permitían, rápido buscaron una habitación y la encontraron. 

_Las damas primero._ comentó Alexis caballerosamente. 

_Quizá allí dentro exista un baño también._ sonrío el chico. 

_Entremos todas, total somos mujeres._ sugirió Miriam, quién por mucho tiempo había permanecido callada. 

Ninguna chica se negó e ingresaron a la habitación y sí, había un baño por si lo necesitaban, tenía agua así que lo aprovecharon. Mientras los chicos permanecían afuera, caminando por los pasillos buscando otro cuarto, la casa tenía varias habitaciones y decidieron no perder más el tiempo e ir a vestirse en uno de los tantos cuartos sin antes informarles a sus compañeras. 

_Si terminan primero, nos esperan aquí mismo no salgan de la habitación._ ordenó Miguel. 

_¿A dónde irán?_ preguntó Victoria. 

_Encontramos otro lugar para vestirnos._ respondió. 

_Esta bien, y si terminan primero no se vayan sin nosotras._ dijo Victoria casi riendo. 

_De acuerdo._ comentó Miguel y se retiró de la puerta. 

Las chicas habían terminado de vestirse antes que los chicos y sus prendas las echaron en el cesto de basura, Dina encontró una pintura de Frida Kahlo la observó e hizo espacio en su mochila para quedarsela, también encontró un libro de Jaime Sabines por suerte había otro espacio en la mochila y lo guardó apreciaba tanto la cultura de su país y de su estado, a pesar de que todo aquello se estuviera destruyendo. 

_¿Que pasa?_ preguntó Miriam a Dina. 

_Recuerdo cuándo vivíamos tranquilos._ dijo entristecida. 

_Yo también lo recuerdo, ahora solo tenemos que buscar la manera de sobrevivir._ Alegó su amiga poniéndose en su lugar y la abrazo. Las demás chicas las miraron y la animaron dándole un reconfortable abrazo. Era la primera vez que sentía el calor de un abrazo después de tanta presión y se sentía bien de sentir la calidez y era maravilloso que la animaran. Alguien tocaba la puerta y Dina limpió sus lágrimas. 

_¿Quién es?_ preguntó Gema. 

_Yo, Pablo._ respondió como si estuviese nervioso. 

_Ya vamos._ dijeron en conjunto. 

_Rápido chicas encontramos algo que queremos que vean._ comentó de nuevo el chico. 

Salieron a toda prisa adentrándose más a la casa, en momentos corrían y otros caminaban. Se detuvieron al final del pasillo.



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Editado: 02.09.2024

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