Cada vez hacía más frío la niebla estaba ganando terreno, aún no hallaban un sitio para acampar eran las 12:08 de la media noche por suerte no se habían topado con ningún loco, el sendero era escalofriante a esas horas.
_Se acerca la llorona._ susurró Pablo.
_Calla espíritu._ susurró Victoria dándole un codazo a Pablo.
Apresar del dolor el chico se echó a reír pero su risa se cortó al instante que alguien gritó.
_Te dije que estaba cerca._ murmuró.
_No tonto esa fue Gema._ alarmada le dió un puñetazo en el hombro.
Todos se centraron en Gema quien iba en el medio, la rodearon, sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad pero seguía siendo un problema para mirar con claridad.
_¿Que pasó?_ Preguntó Miriam.
_Algo tiene sujetado mi pantalón._ respondió Gema.
_Es una trampa para osos._ dijo Miguel.
_Pero si aquí no hay osos._ irritada habló Nicole.
_No hay osos pero si personas._ comentó Dina mirando a la trampa.
_Nos están cazando._ la voz profunda de Rogelio lleno de tensión el ambiente.
La trampa para osos estaba atascada, abatidos por el esfuerzo rompieron la tela de la prenda.
_¿Miran ese árbol?._ Preguntó Dina señalando hacía aquel lugar que estaba a escasos metros del camino.
_Allí acamparemos._ dijo sin esperar respuesta.
_¿Podemos hacer fogata?._ Preguntó Nicole.
_Oh no, no tenemos fósforo ni siquiera encendedor._ indignada ella misma se respondió.
_Al estilo de nuestros antepasados._ en tono de broma dijo Pablo.
_Gastarias la poca energía que te queda._ dijo Alexis con gran seriedad.
_En esté caso, dormiremos abrazados._ dijo Victoria.
_Oye yo no pienso dormir así._ disgustado se expresó Pablo.
_¿Oh nunca has dormido con una mujer?_ preguntó Victoria mientras se burlaba y reía de él.
Enojado Pablo le respondió _Yo nunca di..._
_Ya basta._ Dina y Alexis hablaron al mismo tiempo interrumpiendo al joven ambos se miraron esperando a que hablara el otro. Con una seña Alexis le dió la palabra a su compañera, ella hizo una pequeña reverencia agradeciendo.
_Tenemos 2 sábanas chicos._ luchando por evitar poner los ojos en blanco, sacó las sábanas y las tomó una en cada mano.
_Bien esto es para nosotros._ Miguel tomó una sábana.
_No pienso dormir así._ cruzado de brazos dijo Pablo.
_Bueno suerte con la hipotermia._ Dijo Miguel llevándose a Alexis y Rogelio con él.
_Dina, la sábana es pequeña y somos muchas._ Victoria le susurró al oído.
_Gema, Kay, Nicole y Miriam pueden quedarselo._ murmuró Dina.
Victoria asintió._Algo más¿Habrá guardia?_
_No, si quieren matarnos, que vengan por nosotros._ fríamente respondió Dina.
Victoria y Dina se reclinaron junto al árbol y cerraron los ojos. La oscuridad de la madrugada y el sonido de los grillos y el viento inundaban el lugar, era fresco y la neblina provocaba escalofríos.
El cielo comenzó a teñirse de violeta y naranja pero de nuevo el sol no aparecia. La débil luz atravesaba la copa de los árboles y llegaba a los párpados haciendo despertar al grupo. Dina despertó pero negó abrir los ojos, acariciaba la delicada tela haciéndolo pasar entre los dedos.
_Ya amaneció._ entre un bostezo habló Dina.
_Oh vaya ¿A qué hora apareció ésto? Sorprendida de preguntó. *Pero si no me cubrí cuándo dormir de hecho ni Verónica lo hizo*.
Cuándo giró, Victoria seguía durmiendo, sigilosamente se levantó y caminó en dirección a donde se habían quedado los jóvenes.
_Ay no, por favor, por favor no._ al no encontrarlos, rogaba por qué sus compañeros estuviesen bien.
_¡Hey Di! Ven a echarnos una mano._ gritó Pablo.
Sin más pensarlo Dina corrió cuesta bajo hasta encontrarse con los chicos.
_¿Dormiste bien señorita?_ preguntó Miguel con una gran sonrisa en los labios.
_si, gracias, pero..._ Miguel la interrumpió.
_Fui yo…esté caballero ofreció la cobija._ dijo Miguel halagandose el mismo.
_Ugh, supongo que gracias._ Sorprendida agradeció.
_Ah por cierto ¿Que hacen aquí?_ preguntó la joven.
_Hey Miguel ¡Mira este pollo!, Oh sí._ alegremente gritó Pablo quien se encontraba con Rogelio.
_Ah ya no es necesario respuesta._ murmuró para sus adentros.
_Deja de gritar, pueden estar cerca._ susurró Miguel, bueno si al tono de su voz se le pudiera llamar así.
_¿Que te parece? Encontramos una granja y la saqueamos._ Entre risas habló Miguel.
_Bien todo sea por comer._ entre dientes respondió Dina.
_¡Ah! Hola Dina._ saludó Alexis quien iba saliendo de los arbustos.
_Hola, buenos días._ sonriendo y agitando las manos lo saludó.
_¿Que haces?_ preguntó la chica.
_Estoy recolectando algunas verduras._ respondió.
Dina asintió ofreciéndose a ayudarle con las verduras y si era posible a recolectar fruta.