Compañeros

Estoy sentado en una pequeña silla, lo poco que me quedó con un pequeño televisor, viendo canales de aire. Las ganas de hacer ejercicios y correr, eran cosas del pasado. Veo un mensaje de mis amigos en el grupo, se me dibujo una sonrisa. Pienso... ¡la sonrisa!, ¡volvió!, los amigos son la clave, sin duda son muy buenos amigos. Cuando nos juntábamos nos mirábamos y éramos los de siempre, no éramos los substitutos, nosotros, nos veíamos verdaderamente.

El encuentro con los amigos fue gratificante, podía ver claramente quienes eran cada uno. Los gestos, las risas, todas genuinas, en esos momentos el substituto no estuvo presente.

Terminó la noche, tarde, y volvimos cada uno a nuestras vidas, cada uno debía llevar su substituto otra vez.

Suena un mensaje, veo, y era Clara.

"¿Cuando salimos a correr otra vez Oscar?"

Lo veo tarde, no podía responderle porque seguro estaba durmiendo. Al otro día retome las ganas de correr, Clara tenía un estado físico formidable, y al ver mi esfuerzo esperaba mi ritmo, la clave era el esfuerzo. Ya tenía dos claves, la amistad y el esfuerzo.

-¿Y Oscar... para cuando me vas a alcanzar?- me decía con una sonrisa alegre, y picarona.

El juego había empezado, el maravilloso juego de la seducción, donde solo hay sonrisas y nunca se sabe el resultado, cualquier error se paga caro, y la torpeza está a la vuelta de la esquina.

Fueron sucediendo los días, ya Clara no tenía que esperarme tanto. En la oficina nos llevábamos muy bien, de a poco nos empezamos a ver con más claridad, ambos buscábamos en el fondo lo mismo, como seguiría la historia con Clara era imposible de saber.

 Al poco tiempo estábamos celebrando con ella su asenso, ya era mi jefa de sector. Y teníamos que festejar.

Decidió Clara por primera vez aceptar una cena en un restaurant.

-Oscar es muy lindo el lugar que me trajiste, gracias por hacerme sentir bien, no sé, siento una conexión con vos, tenés algo, hay algo en tu sonrisa-

Estaba encontrando otra vez, mi genuina sonrisa, el substituto día a día aparecía menos. Ya tenía tres claves, la amistad, el esfuerzo y el romance. Debía ir al baño y ver en el espejo si mi sonrisa estaba. Vi mi sonrisa nuevamente en el espejo.

-Clara quiero decirte algo-

-Si decime Oscar-

-Sos una gran inspiración para mí Clara, siempre estas esplendida-

-Vos también tenes lo tuyo Oscar hay algo que veo en vos, pero también hay algo que me dice que no me involucre con vos, espero no te ofenda.

-Por supuesto que no Clara, ¿pedimos algún postre?

-Si vos queres Oscar... pedí el que quieras...

El substituto respondió- ¿qué te parece un flan con dulce?