Habiendo pasado ya unas semanas desde el incidente con Florentina, Esmeralda y Elva habían comenzado a preparar un nuevo equipo para poder luchar contra ellos. Por otra parte, Dalo y Romario comenzaron a ponerse más serio con el entrenamiento. Habían estado ocupados estas últimas semanas y no estuvieron buscando a más sobrevivientes, ya que pensaban que si iban desprotegidos sería todo inútil.
Elva, durante el almuerzo, les presento el nuevo equipo que iban a usar. Romario, verlo dijo - que clase de broma es esta. ¿Qué es lo que podría hacer con una pequeña pulsera? -, Esmeralda, - no estás satisfecho con esto. Mira, si le prestaras menos atención a su apariencia, podrías ver lo muy útil que es. Hasta, incluso, los hemos hecho de colores muy bonitos -, Romario, - no pienso ponerme unos de esos -, Dalo, - vamos Romario, después de todo, ellas estuvieron trabajando muy duro. Por qué no le das una oportunidad y si no llegara a funcionar lo dejas -, Romario, - muy bien, pero sólo porque no soy alguien tan despreciable y grosero -, Elva, - ahora todos usaremos uno de ellos -.
Después de que cada uno tomara uno, se los pusieron y se preparaban para comenzar nuevamente con la búsqueda de la cura y de más sobrevivientes. Elva, al encontrarse sola con Dalo, dijo - gracias por convencer a Romario de usar la pulsera -, Dalo, - No hay problema. Además, debe de lograr hacer grandes cosas, ya que lo creaste -, Elva, - recuerda que Esmeralda y ustedes también ayudaron -, Dalo, - tal vez tengas razón, pero no hubiéramos hecho nada si no fuera por tu diseño -, Elva, - eso es cierto, ya muy pronto los pondremos a prueba -.
Levantándose, Dalo se dirigió a su cuarto donde quería relajarse por un momento. Al recostarse por un momento, pensó – no puedo creer que estemos todavía aquí con una esperanza de poder hallar la cura pero, yo – levanto su mano como tratando de tocar el trecho – qué ¡¿qué podría hacer para ayudarlos?! – en voz baja – si no fuera porque están aquí cada uno, de seguro ya estuviera muerto o me hubiera convertido en un Flormor – cubrió sus ojos con su brazo izquierdo – todos tienen algo que pueden hacer mejor que los demás. Sin mencionar las habilidades que han desarrollado. Mh… que será de mí si llego a perder algo más de lo que me queda. Me gustaría no llegar a pensar en ello más – escucho que tocaron la puerta de su cuarto.
Al abrir la puerta, Esmeralda estaba con unas pequeñas varas blancas en su mano. Ella, sin decir nada, le entrego uno a Dalo y luego bajo para ir le a entregar uno a Romario. Dalo, mirando la vara sin saber cómo reaccionar, dijo – y esto qué es – y, aprovechando que estos parecían ser desplegables, logro hacerlo un poco más corto de tal manera que lo pudo guardar en su bolsillo derecho y decidió ir con Romario para volver a salir a ver el comportamiento de las flores que estaban incrementando y ganando cada vez más terreno.
Al ir hacía el garaje, que era donde guardaban las motos que usaban para poder ir hasta donde se encontraban estas, miro que algo andaba mal con todo lo que estaban haciendo, sin mencionar todavía el misterio del por qué Elva conocía como reparar la casa abandonada, que al parecer fue construida para una situación como la que estaban pasando. Los secretos de la casa era mucho más grande de lo que se podía imaginar, ya que esta contaba con un dispositivo que no dejaba que los Flormor llegara con atacarlos ni mucho menos que las flores se siguieran expandiendo a más de unos diez kilómetros.
Al entrar, Romario ya se encontraba terminando de empacar lo que necesitaban para ir a su revisión del día de hoy. Dalo, sin decir nada, tomo una mochila y también reviso que contara con todo lo necesario para poder ir a revisar el área y, si fuera posible, conseguir a más sobrevivientes de esta terrible catástrofe que paso.
Romario, ya listo, dijo – creo que debemos de tener esta vez más cuidado de acercarnos mucho a las flores, ya que, a pesar que se nos fue fácil las otras veces que lo hicimos, si te das cuenta… – agacho un poco el rostro por unos segundos para no dejar ver su preocupación – han estado actuando de una forma muy extraña, según lo que han dicho ellas – y luego la levanto con mucho ánimo nuevamente – pero, eso no significa que vamos a perder. Después de que hemos logrado evadir caer ante ellas y forma en la que peleábamos antes, ya no es la misma ahora. Nos hemos preparado para no ser tan débiles – Dalo – tienes razón. Nuestro deber es poder hacer que todo vuelva a la normalidad – Romario – así es y, cuando eso pase, ya verás que volveré a darte problemas como antes – dijo esto mientras dejaba notar una gran sonrisa.
Dalo, llevando la mochila, se dirigió a una de las motos, al igual que Romario. Esmeralda, que les abrió la puerta para que pudieran salir, dijo – recuerden, no deben de estar demasiado tiempo cerca a las flores y Romario contestan al mismo tiempo – sí – y luego arrancan para irse a traer nuevos datos que necesitaban para poder enfrentar las luchas que les vendrían más adelante y conseguir la cura para ponerle fin a todo. Así es, mientras los dos recorrían por las calles, se podían ver las casas vacías y alguno que otro edificio que podrían tener algún Flormor como sobrevivientes dentro sin explorar por completo.
Sin embargo, durante todo el tiempo que había pasado, Dalo podía sentir que todo esto no podía ser peor y que el haber perdido varias personas que son importantes para él debía de ser su propia incompetencia. Sin siquiera lograr reconocer lo que le esperaba más delante de todo esto y el conseguir la cura, pensaba –sí llegase a volver a verlos como era antes, ¿Qué les puedo decir? – Romario – Que estaba tratando de no acercarse mucho a estas plantas, empezó a encontrar un lugar donde instalar las cámaras que había traído para poder vigilar los comportamientos de las flores moradas. Entre cada rayo del día, era lo único que indicaba el poder estar seguros y no tener que enfrentarse a los Flormor.