En estos momentos, en que habían estado buscando entre los escombros cercanos comida y diferentes cosas que necesitaban para vivir el día a día, todo parecía que estaba bien por el momento. Pero, sin siquiera sentirlo, la preocupación de que varios alimentos que estaban enlatados podrían llegar a expirar muy pronto si no trataban de hacer algo al respecto, Ester empezó a sugerir que era necesario el poder conseguir un lugar en el cual poder empezar a sembrar y cosechar los frutos de la misma, pues no podrían mantenerse viviendo de esta forma por siempre, al igual que a Fernanda le empezaba a preocupar lo que sería de ellos si alguno se llegara a enfermar de algo grave y no contaran con los medicamentos para esto o si fuera necesaria la intervención de doctores para poder hacer el tratamiento.
En este mundo en el cual ya toda esta tecnología había sido reducida a casi nada, como era en el pasado, no podían tomarse las cosas tan a la ligera. Por el momento no había ni un problema, pero no podían ser tan ingenuos por siempre y esperar hasta que las cosas se pudieran realmente mal para empezar a hacer algo por corregir lo que no quisieron hacer en el pasado.
Con el fin de poder intentar lograr conseguir una forma en la cual poder conseguir por lo menos su sustento del día a día, decidieron que era momento de poder buscar, además de más sobrevivientes, un lugar en la cual pudieran sembrar y que este no estuviera a merced de las flores moradas ni los Flormor.
Elva, sintiendo que esto debía de ser resuelto lo más antes posible, dijo – si no logramos hacer nada en este momento, posiblemente de verdad terminemos muertos en muy poco tiempo. Además, no sabemos con exactitud cuánto tiempo es el que nos llevará el poder conseguir una solución a esto o siquiera si podremos lograr conseguir una. Por lo que debemos de pensar a largo plazo – Romario – pe… pe pero si ese fuera el caso, ¿entonces estas diciendo que nunca podremos regresar a tener la vida que teníamos antes? – Elva – no es que esté diciendo que ese sea el caso – Fernanda – por el momento es mejor pensar en un plan B en caso de que de verdad no podamos hacer nada – Esmeralda susurro – aunque en realidad no puedo pensar en una forma en la cual unos adolescentes como nosotros puedan hacer algo que los adultos no lograron hacer… – Romario – aunque digas eso… me gustaría que todo regresara a ser como antes lo más pronto posible – Dalo – bueno, será mejor que empecemos de una vez. No creo que nos lleve a nada si continuamos dudando en lo que vamos hacer – en el momento en que Dalo dijo esto, Elva pensó – ¿E… en qué momento fue que Dalo empezó a cambiar su forma de ser? Ahora parece que trata de ser otra persona a la que era antes, sólo espero que esto no vaya por mal camino – dio un pequeño suspiro para luego agregar – ya que todos estamos de acuerdo, ya sólo queda hacer algún plan para dar inicio a esta operación. ¿Están todos de acuerdo con eso? – todos al mismo tiempo dijeron “Sí” y con esto empezarían a realizar un plan para poder conseguir de primero un lugar en donde poder sembrar.
Aunque no fuera una tarea tan fácil, ya que la infestación de estas flores moradas parasitas alcanzaba grandes cantidades, tenían que lidiar con una forma de poder evitarlas. En cierto modo, aunque debían de llegar a tratar con estas, también se encontraba el que si se mantenían en demasiado contacto con las mismas, podrían llegar a afectarlos y convertirse también en Flormor.
Con todo esto en mente y provechando que aún contaban con suficientes suministros para un tiempo, empezaron a utilizar toda la información que tenían en mano. Haciendo uso de la moto que tenían a la mano, estuvieron surcando varios lugares y verificando si aún había algún lugar en el cual poder sembrar.
Desde la invasión de las flores moradas, uno de las cosas afectadas fueron los suelos en donde estos crecían, casi no podía crecer alguna otra planta, sólo los árboles y una que otra planta habían logrado mantenerse por el momento, aunque en realidad no se podría llegar a conocer con certeza el momento en que estos pudieran llegar a ceder ante el poder de las flores moradas.
Si no fuera porque hay plantas que aún son resistentes a los efectos de las flores moradas, posiblemente hubieran logrado avanzar a pasos agigantados y haber terminado con todo lo que había, pero, el por qué aparecieron y si es que ya existían desde un entonces, el qué evitaba que se reprodujera y afectara de esta a toda las cosas sobre la faz de la tierra en este momento era un completo misterio.
Habiendo pasado unas dos semanas desde que iniciaron el monitoreo de todo el lugar, al final lograron conseguir un punto en el cual podría llevar a cabo la labor de sembrar, pero para evitar que fueran atacados por los Flormor, tuvieron que buscar algunos materiales en su base, antes conocida como la casa abandonada, que pudieran servir para este trabajo.
Con un poco de experimentación, lograron hallar algunos instrumentos que mantendrían a salvo sus cosechas de los Flormor y, como las flores moradas estaban lejos de llegar a invadir muy pronto ese lugar, era el mejor sitio para que pudieran sembrar varias verduras. Entre el poder conseguir semillas, Esmeralda se había encargado de esto con Fernanda. Sin dejar nada de lado, Elva era la encargada de velar porque toda la plantación quedara bien y esta se pudiera sacar el mejor resultado posible. En cierta medida, ninguno de ellos sabía lago de agricultura, pero como Elva era alguien que se le daba mejor el entender los métodos para luego explicarlos, ella se encargó de investigar todo lo que pudiera y luego utilizar ese conocimiento para poder sembrar.