El sueño de las flores moradas: 3 Pesadilla

El diario

Dalo, después de haber estado entrenando con Romario, ahora se encontraban en mejor forma y ya empezaban a ver que era necesario el poder seguir buscando a más sobrevivientes en todo el lugar. Aunque ellos pudieren ser aún un poco infantiles en varios aspectos, debían de dejar atrás muchos de los privilegios de alguien de su edad. Pero en ese instante en que se encontraban bien por el momento, parecía que ya todo empezaría a volver difícil, esto era motivo y consecuencia de que nadie podía mantener en funcionamiento en ni un instante las instalaciones que mantenían en funcionamiento los servicios como es el agua, luz, Internet entre otros. Es por ello que eran conscientes de que ya era cuestión de tiempo para que perdieran parte o en su totalidad estos servicios y tendrían que buscar nuevas formas para seguir viviendo.

Dalo, aunque miraba como todos daban lo mejor de sí, sabía que no eran unos genios dotados que pudieran crear cosas excepcionales, aunque también las pulseras que tenían puestos no eran tan diferente a lo que en realidad podrían encontrar en cualquier otro lugar, lo que lo hacía diferente era que Elva había encontrado que podía echarle un líquido especial a estas que les ayudaría a poder mantener a los Flormor alejados, o por lo menos, no los dejaría que los encontrara tan fácilmente lo que les ayudaría a poder escapar con una mayor probabilidad. Sin embargo, este líquido no fue creado por ella, sino que lo encontró justamente en la casa abandonada que ahora era su base nuevamente después de haberlo logrado restaurar.

De por sí, la misma casa abandonada era un completo enigma, ya que poseía varias características que mantenían a los Flormor lejos de esta, además de que estaba este líquido en ella, era casi como si se hubiera hecho ya con la intensión de poder hacerles frente. Esta casa contaba con muchas más cosas que desconocían y era el principal tema de investigación de Elva y Esmeralda, además de ir viendo los resultados que habían traído Dalo y Romario en sus expediciones.

Elva, quien era la única que podía hacer cosas muy impresionantes para los demás, se debía a que en realidad había llegado a estudiar muchas cosas y quienes la instruyeron, la prepararon para poder ser una científica en un futuro, el cual ahora fue cortado y dejándola con un conocimiento aún inmaduro, pero era lo suficientemente competente como para que todos le puedan dar su completa confianza.

Dalo, que estaba en su cuarto, recordó nuevamente aquel diario que habían encontrado cuando se separaron con los demás y terminó conociendo a Elva. Él había guardado ese diario, además de que había visto que había otro similar pero no logró decirle a Elva tras haberse encontrado con los Flormor en el camino.

Dalo, sintiendo que era necesario el empezar a ver qué era lo que contenía aquel diario, tomo los dos que tenía guardado dentro de su cabecera. Estos no lo habían molestado al momento de dormir, al ser que en realidad tenía dos cabeceras para poder dormir en su cama.

Sin importar lo que fuera a pasar, el poder remediar la situación no se podría hacer por medio de unos adolescentes ni mucho menos por algunos niños que se encontraban aún entre los sobrevivientes. Había algunas cosas que no entendían aún, y era el motivo por el cual fue que estas flores aparecieron en el mundo, puesto que envolvieron de la nada a todos y de repente todo se volvió en un completo desastre en el que salir vivo sería tan difícil de conseguir conforme el tiempo iba pasando.

Dalo se empezaba a dar cuenta que los alimentos habían empezado a ser cada vez menos y, aunque trataron de sembrar diferentes tipos vegetales, no serían lo suficiente como para poder alimentarlos a ellos ni mucho menos si es que llegaran a encontrar a más sobrevivientes. Por tal razón es que debían de encontrar una forma de ser capaces de mantenerse vivos y poco a poco conseguir revivir también parte de la tecnología que estaba cada vez más cerca de desaparecer de la tierra al no contar con personas calificadas que las mantuviera en funcionamiento.

Aunque Elva era alguien muy inteligente para su edad, también tenía limitaciones y no podría hacer un gran avance hasta por lo menos haber adquirido más habilidad y conocimiento. Esta era una de las razones por la que ellos tendrían que volverse en su protección durante este tiempo, al igual que habría que ir buscando formas en las cuales poder estar preparados para todo lo que vendrá.

Si los Flormor fueran la única causa de sus preocupaciones, podrían estar bien, pero en realidad había muchas más cosas de las cuales estar al pendiente, que serían cosas como es el contar con medicamentos cuando alguien se enfermara, lo cual no parecía ser un problema en este momento al contar con medicamentos en varias tiendas y farmacias que había a los alrededores, pero en el momento que estos llegasen a caducar es cuando todo se volverá un completo desastre. Por otra parte, también debían de considerar que no son médicos ni nada parecido como para conocer los procedimientos a seguir en caso de que llegasen a tener que enfrentarse a heridas un poco más complicadas o en ciertos tratamientos que no tienen ni la menor idea de cómo hacerlo.

Dalo, abriendo el segundo diario, leyó la primera página que decía “Hoy hemos encontrado el fallo en toda esta catástrofe. De verdad que ha sido una completa y jodida forma de ver las cosas que pasaban a mi alrededor. NO logro comprender por qué todos decían que esto era algo tan revolucionario, pero no era así. En realidad, no logro ver nada bueno en estos experimentos, tampoco es como si esto viniera de otro mundo, no era como si cayo del espacio exterior, ni siquiera la ciencia lo creo, es algo natural de este mundo, algo que se encontraba tan bien escondido y que podía expandirse en cualquier momento, pero algo lo mantuvo en la raya durante no sé cuántos millones de años. No puedo estar equivocado, lo revisé más de mil veces y el resultado siempre fue que esta cosa ha estado viviendo aquí con nosotros desde antes, es más preciso decir que tuvo una época en la que podía estar en toda la tierra, pero por alguna extraña razón, quizás sean los cambios climáticos, la evolución, alguna erupción o algún depredador de esta, que casi llegó a su extinción. Sin embargo, veo un gran peligro, no lo sé con exactitud por qué, pero en todo mi cuerpo tengo esa sensación, espero que sólo sean unas alucinaciones debido al cansancio”.




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