Hola, soy Dalo. Yo vivo una vida normal con mi familia. Peleo aveces con mis hermanos y hermanas. También podría decirse que hasta hay momentos en que nos regañan por estar discutiendo por cosas innecesarias.
Pero quién hubiera pensado que un día todo esto acabaría.
Rrrring, Rrrring, Rrrring, Dalo levanta la mano para apagar el despertador, - ¿Qué?, ya amaneció - y con un gesto de sueño - otro rato más voy a dormir - se cubrió la cabeza con su chamarra. Apenas había hecho esto, cuando sintió que alguien lo agarro y lo tiro al suelo. Era su hermano Breg, quien lo fue a levantar - Dalo cuánto tiempo más crees que vas a seguir durmiendo -, Dalo contestó enojado - déjame en paz Breg, voy a dormir un poco más, ya que hoy no hay clases -, Breg dijo, mientras miraba hacia un lado - esta bien, que tengas un buen sueño, ya que lo necesitaras para cuando le diga a papá y a mamá que deseas quedarte con... - Breg estaba diciendo esto, cuando Dalo se levantó inmediatamente y dijo - ya me levante, ahora supongo que estas satisfecho - Breg se rió.
Así paso el día. Ya una vez entrada la noche, Dalo empezó a notar que todos estaban actuando extraño. En eso llegó la hora de irse a dormir. Dalo se encontraba abajo, mientras que toda su familia estaba en la terraza.
Ya se iba a ir a dormir, cuando se le entró la curiosidad de ver que estaban haciendo todos, y pensó - tal vez están planeando salir de viaje sin mí. Eso explicaría el porque se comportaban tan extraño desde la tarde -. Empezó a subir por las gradas lo más silencioso posible. Una vez habiendo llegado a la terraza, Dalo pudo observar que las personas que estaban ahí no eran su familia. Podía ver que estaban todos, pero había cosas diferentes en ellos. Aunque ellos parecen normales pero, al hablar, Dalo pudo notar que sus dientes eran puntiagudos y afilados, sus ojos, al reflejar la luz de la luna, se ponían de color rojo.
Estaba observando eso, cuando uno de sus hermanos se empezó a dirigir hacia donde estaba él. Empezó a latir con fuerza su corazón y en eso empezó a correr, se dirigió hacia su cuarto, cerró la puerta y se escondió debajo de su cama. Entonces empezaron a tocar la puerta, Dalo, que estaba lleno de miedo, agarro una manta que tenia tirado en el suelo y se cubrió con ella. Seguían tocando, en eso empezaron a hablar - Dalo abre la puerta. O, ¿acaso ya estás durmiendo? - era la voz de su hermana Rida. Al no haberla visto con los demás, pensó - Quizás Rida si esté bien y sepa qué es lo que está pasando. Le voy a contestar, tal vez sólo ella me pueda ayudar - , Dalo estaba a punto de hablar, pero de repente tiraron la puerta. Dalo sintió que era su fin y se sentía mal, por no haberle advertido a su hermana de lo que estaba pasando. - ¿Quién habrá tirado la puerta?- pensaba aterrorizado. De pronto, entre el polvo empezó a ver que entraba su hermana, quien decía decepcionada - Aquí no está. ¿Dónde se habrá metido? -. Dalo miró fijamente a su hermana, debajo de su cama, y pudo notar que tenía el mismo aspecto que el resto de su familia. Rida salió de la habitación y Dalo, al no poder salir de ahí ya que a cada instante pasaban, se quedó ahí hasta que amaneció.
Una vez amaneció, Dalo, que permaneció toda la noche abajo de su cama, salió. No había nada de ruido, por lo que decidió ir a investigar si todo estaba despejado. Revisó por todos lados. Hasta que al fin los encontró a todos durmiendo. Al parecer eran inofensivos durante el día. Dalo se empezó a preguntar que fue lo que había pasado, ya que empezaron a actuar de esa forma. Estuvo pensando por un rato, hasta que se recordó que había escuchado sobre unas flores que ponían a las personas de esta manera.
Estando a punto de salir, cuando le gruñó el estómago - cierto aún no he desayunado, mejor me preparo algo antes de comenzar. De todas maneras no se puede hacer nada con el estómago vacío -. Una vez satisfecho salió a investigar por los lugares que pasaron ayer.
Ya casi era medio día y no había encontrado nada - que mala suerte, ya pasé por cada lugar en que estuvimos y no he encontrado nada de esas flores o el causante del comportamiento de mi familia - esto pensaba Dalo, pero de pronto se recordó - cierto, todos fueron por el parque mientras yo me encontraba enviando una tarea a Pepe -. Al recordar esto Dalo fue corriendo al parque, que se encontraba a dos cuadras de su casa.
Una vez llegó ahí, se dio cuenta de que había unas flores moradas ahí, al verlas se preguntó - ¿Qué raro nunca había visto esas flores aquí? -. Empezó a mirar detenidamente esas flores, en eso callo un pájaro entre ellas. Dalo no podía creer lo que miró, apenas el pájaro se acercó a ellas, cuando de pronto estás se movieron a una velocidad increíblemente rápida. En un instante el pájaro ya no estaba. Lo que se le vino a la mente a Dalo fue - ¿acaso estás se comieron al pájaro?, ¿serán estas las causantes del extraño comportamiento de mi familia? -.
Habiendo confirmado de que las flores eran las causantes del problema, Dalo se preparo para poder buscar una solución. Lo primero que hizo fue preparar un lugar donde pasar la noche. Colocó unos costales, que contenían en su interior tela, para dormir. Ya que su hermana no pudo ver que el se encontraba ahí al haberse tapado con la manta. Recogió una colcha y se colocó abajo de la mesa, que se encontraba en el cuarto de la terraza. Así, si algo salía mal, podría escapar por la terraza hacia la calle. En eso pensó - de esta manera no sospecharan que me encuentro ahí ni estaré en desventaja para escapar, si fuera necesario -.
Una vez empezó a entrar la noche, Dalo se preparo. Todo funcionó tal y como lo había planeado. Se juntaron en la terraza y empezaron a hablar. Dalo intento escuchar lo que decían, pero no le fue posible. Pudo darse cuenta de que cada vez que ellos hacían o decían algo, perdían un poco de velocidad durante una batalla que tenían entre ellos mismos. También se dio cuenta que sus heridas sanaban rápidamente. Y así Dalo los estudio durante un mes. En la noche podía ver como ellos reaccionaban y lo que hacían, mientras que en el día buscaba una solución para que regresaran a la normalidad. - Apunte número 100: ellos no se despiertan durante el día a pesar del ruido que se haga. - Mientras escribía esto en su libreta de apuntes, pensó - ya pasó un mes desde que todo empezó. Creí que solo mi familia era la única afectada, pero, pero al parecer todo el vecindario está igual -, con ésto Dalo lloró amargamente.
Editado: 20.02.2020