El sueño de las flores moradas

¿No soy el único sobreviviente?

Al día siguiente, Dalo ya no tenía tantas ganas de continuar y solo podía pensar - ¿Para qué me esfuerzo?. Debería de convertirme en uno de ellos. Así, por lo menos, ya no me sentiría tan solo -. Camino por el parque y con una mirada, que parecía muerta, vio aquellas flores y dijo con una gran furia - todo esto es culpa de estas flores. Si nunca hubieran aparecido, todo seguiría bien - y con lágrimas en su rostro, grito a todo pulmón - ¡¡¡Regresame lo que me has quitado!, ¡Devuélveme la vida que tenia!!! - y entre sollozos, su voz entrecortada, continuó - por que ahora me siento tan solo. Tengo miedo, miedo de no poder luchar; miedo de no poder ver a mi familia de vuelta a la normalidad -. Entonces se cae y, sosteniéndose con sus manos en el suelo, se tranquilizó. Volvió a su casa y se colocó en el lugar de siempre, para observar a su familia. Una vez llegada la noche ellos regresaron a reunirse, como siempre, pero esta vez Dalo no tomó todas las precauciones.

Todo parecía marchar como siempre, hasta que Dalo empezó a notar que su familia ahora ya no luchaban entre ellos, ni siquiera vieron la luna. Al parecer estaban buscando algo, Dalo se preguntaba - ¿Qué habrá pasado?, ¿Qué será lo que buscan? -. Apenas termino de preguntarse eso, cuando escucho que uno de sus hermanos decía - ¡Lo encontré!, ¡lo encontré! -. De pronto todos se dirigían hacia donde se encontraba Dalo.

Dalo asustado trató de ponerse la sábana para cubrirse y evitar que lo mirarán. - he -, pensaba Dalo, - no puede ser - se empezó a estremecerse, sus pupilas se dilataban, su corazón se empezó a acelerar - no hay nada aquí. Me encontrarán si no hago nada. - escucho que cada vez se encontraban más cerca de él - ahora que haré - . Dalo trató de no hacer ningún ruido, pero a pesar de eso, no fue suficiente. Tiraron la mesa y los costales que tenía Dalo para no ser descubierto - ¿Cómo puede ser posible?, ¿Porqué no me encontraban antes y justo ahora me hallan?. Al mirar aquella mirada asesina, que hacían sus hermanos, Dalo sin pensar más corrió con todas sus fuerzas, abriéndose paso en medio de ellos. Se tiró de la terraza y fue en dirección al parque. Apenas llegaba al parque cuando empezó a salir el sol. Dalo sonrió mientras pensaba - estoy a salvó, ellos ya no me perseguirán más -,retomando el aliento, se paró y pudo fijarse que había un hombre acostado entre la hierva. Dalo se acercó a él. Parecía que no se encontraba mal como los demás. Se acercó a él y lo tocó diciendo - Señor se encuentra bien - pero no contestó - señor, despierte. Ya amaneció y estamos a salvo ahora - Dalo se preguntaba si estaba muerto, por lo que decidió revisar al señor si no tenía ninguna herida.

Apenas lo había tocado y el señor se levantó rápidamente. Empezó a correr como loco, por lo que Dalo corrió a esconderse atrás de un árbol. Mientras el señor corría, Dalo se percato que empezó a sacar espuma de la boca, sus ojos eran rojos y sus dientes eran puntiagudos. Dalo no sabía que hacer, tampoco podía correr, ya que si lo hacía lo podía atrapar. Mientras tanto aquel hombre se acercó a las flores, que apenas las tocó, estas lo comieron. Lo único que se pudo ver fue aquel polvo colorido, que quedó de él. Dalo, asustado aún, se hecho a correr. Pasó por un camino que lo llevaba hacia el barranco. Corría con todas sus fuerzas. Aquel camino era de tierra, el cual no estaba en buen estado. Apenas Dalo iba corriendo como unas dos cuadras de aquel camino, empezó a pensar - me refugiare en la casa abandonada cerca del barranco. Sí, así ni siquiera me podrán atrapar -. Era tanta las ansias de llegar a la seguridad de aquel lugar, que Dalo no se percato que lo seguían. De pronto Dalo sintió que lo agarraron por atrás, empezó a pensar - no puede ser. ¿Será este mi final? -, - Dalo no te preocupes, soy yo - Dalo, al escuchar esa voz, sintió un enorme alivio - esa voz la conozco, la conozco. - volteó mientras se decía a sí mismo - es, es Pepe -. Apenas vio a Pepe, lo abrazó mientras, que con una gran felicidad al ver a alguien conocido a salvó, empezó a llorar, - Pepe, Pepe. Eres tú Pepe. No sabes cuan feliz me siento de verte bien -. Pepe, quien también estaba feliz de encontrar a Dalo bien, dijo - No te preocupes Dalo. Yo también me siento feliz de encontrarte bien -, y con voz seria - Muy bien. Vamos con los demás. No vaya a ser que nos atrape la noche -, Dalo, algo confundido, pregunto - ¿Los demás?. ¿Quiénes han sobrevivido a este mal? -. Pepe le agarro la mano y lo llevó sin responder ante tal pregunta.

Después, de unos minutos de camino, al fin llegaron a la casa abandonada del barranco. Dalo pensó - así, que tuvieron la misma idea de venir a la casa del barranco -. Pepe tocó la puerta. - S shhh, shhh. Pop, Pop -, Dalo se preguntó que era aquello que había escuchado. Pepe respondió ante aquel sonido - tra, tra, tra. Sh -, una vez dijo esto, abrieron la puerta. - Hola a todos, ya he regresado - decía Pepe. Dalo no podía creer de quienes se trataban, eran, nada más ni nada menos que Martin, Walter, Sara, Florentina, Romario y Fernanda. Todos se quedaron admirados al ver que Dalo venía con Pepe. Romario dijo al ver a Dalo - quién se hubiera imaginado que alguien como tú logrará sobrevivir tanto tiempo. Bueno, quizás solo has tenido suerte de poder estar vivo aún...  - Fernanda, al escuchar lo que Romario decía, le interrumpió inmediatamente - Oye Romario, no molestes a Dalo. Si el está bien, solo puede significar que es fuerte y no es tan débil como lo miras - , - Sí, Fernanda tiene razón. Si Dalo continúa bien, significa que a logrado mantenerse a salvo todo este tiempo - dijo Walter. Romario, al escuchar ésto, apretó fuerte sus dientes y haciendo un gesto de inconformidad, dio la vuelta y fue a otro cuarto.

Walter, quien siempre defendía a Dalo cuando se metía en problemas, era el más ágil y mejor amigo de Dalo. Martin era un mini genio, aunque también era muy arrogante pero a pesar de ello se podía confiar en él cada vez que se necesitaba. Romario, con quien no se llevaba bien Dalo, era el más fuerte, nadie le ganaba cuando se trataba de fuerza. Sara, quien era un poco delicada con sus cosas, era una de las personas más creativas y, sobretodo, cuando se trataba de hacer planes estratégicos ella era la mejor. Florentina, de quien estaba enamorado Dalo, era muy optimista y buscaba soluciones para salir de cualquier situación, aunque estas conllevará algún sacrificio de los involucrados, por lo que no se podría decir que ella perdiera algo. Fernanda era muy audaz para conseguir las cosas necesarias, también se podría decir que es muy buena amiga de Dalo. Pepe, quien es un as en todo lo relacionado con la informática, era quien lideraba al grupo, ya que todos confiaban en el, menos Dalo. Dalo siempre se enfrentaba contra Pepe, cuestionando aveces su forma de actuar o pensar, ya que para él solo hay una manera de hacer las cosas.




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