Fernanda es la amiga de la infancia de Dalo. Se conocen desde pequeños, Dalo siempre, que podía convencer a su mamá o papá, iba a jugar con ella. Se contaban historias de terror, jugaban con sus juguetes y, también, corrían el uno al otro. Dalo siempre se divertía mucho con Fernanda. Aún para ir a la tienda o ir a hacer un mandado, los dos iban juntos.
Ellos se conocieron, porque sus padres son amigos, y desde entonces se apoyan él uno al otro en todo. Una vez, que empezaron a ir a la escuela, ya no se podían mirar siempre, por las tareas que les dejaban.
Fernanda siempre apoyo a Dalo en todo lo que hacía. Pero, con el pasar del tiempo, todo fue cambiando. Ya, casi, no se hablaban, ya que pasaban más el tiempo con sus amigos. Y, al ir a escuelas diferentes, no lograban encontrar de qué hablar. Cada vez, parecía que se iban distanciando más, por lo que no compartían mucho. Así, al empezar el básico, quedaron en la misma clase.
Empezaron a platicar y a compartir nuevamente. Cada vez que regresaban a sus casas, iban juntos, platicando de como fue el día, lo que no les gustó, de sus amigos y compañeros. Hubo una ocasión, en que Fernanda, abrazo a Dalo en su brazo derecho. Dalo, quien nunca había echo algo así, se sintió rígido, a tal manera, que casi, al caminar, parecía un robot. Se sentía avergonzado y no sabía que hacer, hasta se estaba empezando a poner rojo. Fernanda no se percató d esto y siguió platicando como de costumbre.
Una día, mientras platicaba con Rosa, logró ver que Dalo estaba diciendo algo impresionante con sus amigos. Le dio curiosidad, así que intentó escuchar, sin levantar ninguna sospecha, pero fue en vano todo. Al terminar las clases, se fueron juntos como de costumbre. Iban platicando, como siempre, pero esta vez, Fernanda, buscaba la manera de preguntarle a Dalo sobre lo que estaban hablando con sus amigos.
A pesar, de intentar encontrar el momento indicado, no fue posible. Cada vez estaban más cerca de su casa, ya que Dalo vivía unas cinco cuadras después de la casa de Fernanda, así que, agarrando con fuerzas unas hojas que llevaba en la mano, dijo - Oye Dalo -, Dalo, - Sí. ¿Qué pasa? -, Fernanda, algo nerviosa, - dime, este, de que estabas hablando hoy con tus amigos - Dalo - ¿Cómo así? - Fernanda - pues veras. Es que, - miró a un lado - a la hora de recreo, estabas diciendo algo a tus amigas y, no es que me importe pero, bueno parecía algo importante -.
Dalo quedó extrañado al ver a Fernanda comportándose algo extraño. Miró al frente y, ya que estaban a unas cuantas cuadras de la casa de Fernanda, dijo - Pues verás. Estábamos hablando de algo que le paso a Walter. No hablamos de otra cosa - Fernanda lo vio algo enojada, mientras murmuraba - no me quieres decir la verdad. A pesar de que nos conocemos desde hace tiempo -. Dalo, quien no pudo escuchar bien lo que le decía Fernanda, no entendía porqué estaba tan molesta. Así que se río y dijo - Muy bien, te lo diré. Pero, será hasta mañana - Fernanda lo vio, frustrada, y dijo - no me lo puedes decir ahora, y yo ¿Qué pensaba que éramos mejores amigos - Dalo se sintió mal, pero tratando de sonreír, dijo - no es que no te lo quiera decir. Pero, tú casa, está ahí adelante y no quiero que nadie lo escuche. Así que te pido que confíes en mí - Fernanda, no tan conforme, responde - esta bien. Pero mas te vale decírmelo mañana,sino, verás que te haré sufrir durante toda una semana -, Dalo - claro, - miró a hacia abajo, como arrepintiendo - lo entiendo -. Fernanda sonrió y, como ya habían llegado a su casa, se dio la vuelta y dijo - Ésta bien. Hasta mañana -, Dalo - adiós Fernanda, nos vemos mañana -.
Al día siguiente, Fernanda no podía esperar el poder conocer de lo que Dalo estaba hablando con sus amigos. Llegaron al instituto, pero no pudieron hablar, ya que fueron interrumpido por los demás. Fernanda estaba muy desanimada, pues parecía algo imposible el querer conocer de que hablaba Dalo. Al terminar las clases no pudieron irse juntos, ya que Dalo se tuvo que ir con su grupo, que les asignaron durante una clase.
Fernanda, al llegar a su casa, entró y se fue directamente a su habitación. Se tiró en su cama, mientras se preguntaba - ¿por qué tuvo que pasar todo esto?, así nunca sabré de que se trataba - agarro su almohada y, poniéndola sobre su rostro, pataleo diciendo - si esto sigue así, no podré resistir el quedarme con esa duda -. Entonces, escucho que su teléfono sonó, - Aló - dijo Fernanda - ¿Quién es? -, respondiendo le, él de la llamada - ¡Hola Fernanda!. Soy Dalo - Fernanda, sorprendida, responde - hay Dalo. ¿Por qué llamas a estas horas de la noche? -, Dalo no contestó, - aló, Dalo ¿estás ahí? -, Dalo ya había colgado.
Fernanda estaba quedando paralizada, por estar pensando si devolvía la llamada o no. El solo pensar qué dirá Dalo si le devuelve la llamada, le hacía pensar que el pensaría que ella está muy desesperada en conocer que le quería decir. Pero, por otro lado, si no lo hacía, él creería que a ella no le importa o que está enojada con él. Era un delirio, el que tenía en su cabeza y no le dejaba pensar claramente.
En eso se escuchó sonar el timbre. Fernanda salió a ver de quién se trataba. Al abrir la puerta, se llevó una sorpresa, se trataba de Dalo. Ella mirándolo, todavía sorprendida, dijo - Dalo, qué, ¿Qué haces aquí? -, Dalo responde con bastante sigilo - he venido a decirte lo que te prometí -, Fernanda lo pasa adelante y se dirigen a su cuarto. La mamá de Fernanda, al mirar a Dalo, dice - hola Dalo. Hace tiempo que no nos visitas -, Dalo un poco avergonzado contesta - buenas noches doña Vero. Este, verá que he venido a consultar sobre una tarea a Fernanda -, la mamá de Fernanda responde - muy bien Dalo. Pero preferiría que te quedaras a cenar con nosotros - Dalo responde, intentando evitar la propuesta - este, no quiero molestarles demasiado. Además, sólo vine por la tarea y me tendré que ir rápido para ir la a hacer -. La mamá de Fernanda no quedó muy feliz por la respuesta de Dalo. Así que dijo - está bien. Pero para la próxima vez nos acompañaras - Dalo acepto y subieron al cuarto de Fernanda.
Editado: 20.02.2020