— Uno, Dos...sigue los pasos — volvióa regañarme Amberly.
— Lo siento... — me disculpé.
La final se acercaba y mi cabeza estaba en todos los lugares menos en el que debería estar y eso me fastidiaba, había ensañado la coreografía millones de veces frente al espejo, pero en estos momentos me encontraba ausente.
Amberly me miró preocupada, sabía que algo rondaba en mi cabeza y también sabía que hasta que no lo solucionase no lo haría perfectamente.
— Sal, cuando vengas con la cabeza bien puesta, vuelve — sin más corrí hacía la salida.
Debería encontrarlo, tenía que hacerlo.