Adán me está enseñando a casar peces un pequeño río que se encontraba un poco alejado de la cueva, es muy divertido.
- Muy bien toma bien la lanza, todavía no la sueltes y ves eso que se mueve
- Si
- Cuando te sientas lista la lanzas con todas tus fuerzas
- Está bien
Espero un momento me enseño como la tengo que tomar y a lanzar es un buen maestro así que me sentí lista y la lance, sí le di a uno, al tomar la lanza veo lo que atrape se lo enseñe a Adán, él me felicito y me dijo que lo repitiera, estuvimos mucho tiempo en el agua hasta que ya nos cansamos.
Me dirijo a la orilla para poder sentarme, pero antes de hacerlo Adán me patea agua siento como me moja, le sonrió y hago lo mismo que él, empezamos a jugar hasta que me abraza, me carga y empieza a dar vueltas, en eso siento que se tropieza y caímos al agua nos reímos de lo ocurrido,
Adán se encuentra en el agua y yo sigo encima de él, me acomoda mi cabello mojado, yo le sonrió, sigue teniendo su mano en mi cara, solo me observa, y miramos nuestros labios y si pensarlo más lo beso él me lo corresponde sus besos, son muy diferentes a los de Adolfo él me lastima siento mucho dolor cuando me besa, pero con Adán es muy diferente es tierno.
Seguimos en el agua, detengo el beso, Adán me mira se coloca de pie y me ayuda a ponerme de pie, me sonríe y nos sentamos en la orilla del río observamos el lago por un momento.
- Casaste muchos peces, serás una buena cazadora
- Enserió lo crees
- Si, nos podrías acompañar o canarias tu sola
- Muchas gracias Adán eres muy amable
- No tienes nada que agradecerme
- Adán
- Si – lo miro feliz no sé que me está pasta pasando quiero estar más cercas de él
- Ada
- Si
- Tengo algo que decirte – lo veo un poco triste y veo que agacha su mirada
- Que pasa
- No nada
Al escuchar eso su voz es triste y no me gusta verlo triste él siempre me ha dado alegría en todo lo que llevo aquí a su lado.
Estamos sentados juntos y Adán toma mi cara y siento sus labios con los míos, le correspondo el beso, me acomodo para estar enfrente de él, seguimos besándonos, sin pensarlo, separo mis piernas me coloco encima de las suyas. Adán solamente me abraza Empiezo a sentir mucho calor en la cara, nuestras piernas siguen en el agua.
- Ada…
- Sí...
Escuchamos unos ruidos no, nos aviamos dado cuenta que la noche caerá, tenemos que irnos.
Al darme cuenta del paisaje me separo de Adán, nos colocamos de pie, le doy la espalda a Adán y empiezo a caminar.
- ¡Ada!.
- Ya vámonos – lo digo lejos de él, pero en eso siento que me toma de mi brazo.
- Ada por favor tenemos que hablar.
- ¡No!
Demasiado tarde Adán se pone enfrente de mi veo que tiene las dos lanzas, se me avía olvidado una de ellas no tengo que dejarlas, no sabemos que fue ese ruido
- Ada mírame
No aguanto más y lo miro él me ve preocupado
- De que quieres hablar- lo digo con voz baja y agacho mi mirada
Adán me toma de mi cara, lo observo puedo sentir sus manos
- Ada yo te quiero, quiero que estés en mi vida, todo lo que hago es porque quiero que me escojas a mí por favor sé mi pareja…
- Adán...