No supimos que era ese ruido puedo ser un animal salvaje, corrimos de ese lugar tomado de la mano, pero nos fijamos bien que nadie nos siguiera.
Llegamos a la cueva, nos reímos en el camino cado uno tenía las lanzas y las devolvemos a donde pertenecen, le agradecía a Adán todo lo que hace por mí, le doy un beso corto para que todos los neandertales se dieran cuanta.
Los 2 sonreímos
- Adán
- Ada
Son dos voces diferentes, los dos nos juramos y era el papá de Adán y Adolfo
- Hijo ven conmigo por favor tenemos que hablar
- Voy papá
- Ada…
Solo miré a Adán y lo solté veo como Adán se va con su padre mientras que yo observo a Adolfo y me voy lejos de él, lo ignoro y escucho sus pasos que me están siguiendo así que trato de ir me atrás de la cueva donde Adán no nos puedan ver.
Adolfo me toma de mi brazo y me jala hacia él trata de besarme, pero yo no lo permito.
- ¡Suéltame! – Lo digo enojada, aventándolo, ya soy más fuerte
- Que te pasa
- No quiero que me toques
- ¿Por qué? Si ya avía decidido que serias mi pareja
- ¡No!
- ¿Qué?
- ¡Que no lo soy! Yo escojo a Adán
- ¿Qué?, Pero por qué, si ya habías dicho que yo seré el único hombre en tu vida
- Eso, cambio
- ¡¿Qué?! Pero porque – se me acerca más queriéndome agarrar el brazo con fuerza, pero soy más rápida que él y no lo dejo, lo alejo de mí.
- Escucha no me gusto como me has tratado no voy a perdonarte eso así que quiero que te alejes de mí soy pareja de Adán
- ¿Desde cuándo? – lo dice incrédulo
- Eso no te importa – trato de alejarme de él, pero me vuelve a tomar del brazo
- Mira Ada puedo cambiar te trataré bien, como te lo mereces
- No te creo nada
- Si mira - se me acerca más a mi para darme un beso, pero no lo dejo me mueve más lejos de él
- Déjame en paz Adolfo
- Ada por favor, quiero estar contigo, mira puedo dejar la carne, no te tocaré como te tocaba antes
- Adolfo eso ya es tarde – le doy la espalda, pero antes escucho sus pasos, es más rápido que yo, no me deja pasar, me acorrala, solo retrocedo pero antes busco piedras para poder defenderme
- Está bien Ada, respeto lo que decidas, solo te aviso que cuando Adán se canse de ti, como otras neandertales que llegaron
- ¿Qué?
- Crees que eres la única que hemos salvado, te equivocas, todas escogieron a Adán y ve ya no están aquí
- No te creo nada
- Como quieras, pero cuando te des cuenta que te estoy diciendo la verdad, yo te seguiré esperando - lo dice acercándome me da un pequeño beso en la cara, pero lo aparto rápidamente.
Veo como se va alejando de mí, no Adán no es así él es diferente, será cierto de esas demás mujeres neandertales, Adán me dejara…
…
No pude dormir toda la noche mi mente pensaba de lo que dijo Adolfo me salí de la cueva cuando ya a amanecido tomé lo necesario me aleje de a cueva y me senté y mi mente fue invadida por esas palabras.
Es que con el me divierto mucho y me enseña muchas cosas como a trepar los árboles, casar animales, pescar mientras que las veces que he estado con Alejo no quiere que salga de la cueva, y cuando me besa me ha llegado a lástima mis labios Adán se enojó verme así, pero le dije que me avía caído.
Me encontraba alejada de la cueva quería estar sola, me coloqué unas manzanas para poder comer algo.
- Todo bien – escucho la voz de Adán se coloca detrás de mí y me abrasa, e pieza a besar mi cuello
- Sí, que haces aquí
- No te vi en la cueva y me preocupé por ti
- Como sabías que estaría aquí
- Recosté este lugar no, aparte es hermoso
- Si lo sé – lo digo desanimada
- Te pasa algo
No quiero decirle lo que hable con Adolfo se puede enojar, no quiero que los dos hermanos se pelen.
- Ada –habla Adán, pero moviéndome sabe mente solo le puedo sonreír
- No, no, es nada…
- Segura
- Si
- Bueno
Adán me da un corto beso, le sonrió al igual que él a mí a hora yo decido besarlo,